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La memeduquemanía: La democracia por un meme

¿Un meme es más poderoso que una moción de censura? Pues parece que sí, a eso hemos llegado. El problema es que la risa-burla-ironía que despierta el presidente, le ha servido para salirse con la suya

por

Omar Rincón


16.09.2021

Los memes, “estos mensajes breves y generalmente irónicos son el auténtico telón de fondo de nuestra época. Y antes de reírnos y compartirlos, valdría la pena analizarlos, especialmente por su contenido político, pero también como una forma artística” analiza el crítico cultural y escritor Jorge Carrión.  Marca de nuestro tiempo, poder político, forma artística, el meme es el fenómeno cultural de nuestra época. Contundente, simple, directo. Poco más que decir, solo invitar a leer el maravilloso texto de Carrión. 

Pero, tal vez sí habrá que decir algo más, ya que Colombia se convirtió en una democracia memética. Su meme maker es Duque. Y ahora sus ministros y asesores. Los memes serán el legado de Duque. Cuando queramos evaluar su gobierno, solo bastará con mirar la serie de memes producidos por su no-gobierno. El profesor y artista X Andrade ha hecho memoria y ya lleva más de 10 capítulos sobre la memeduquemanía

EL MEME COMO DISPOSITIVO CULTURAL

Antes de entrar en abudinear y otros memeduquismos digamos qué es un meme. Un meme representa la economía política de la imagen en nuestro tiempo (simple, concisa, contundente, conectada con el ecosistema pop and cool, que se hace de modo serial y expresa la opinión al estilo coolture). Un meme tiene como características que es:

  • Un Objeto Cultural Vagamente Identificado (Carrión) que requiere y exige nuevos criterios y categorías de análisis porque es una especie que se mueve y vive distinto. 
  • Curaduría de la actualidad digital.
  • (La columna de) Opinión de nuestro tiempo.
  • Crítica vía la irreverencia, la parodia y la caricatura digital.
  • Narrativa pop mundo: solo se comprende en referencia a los consumos culturales y referentes de cultura mainstream que tenemos.
  • Memoria cultural: para saber qué ha pasado e importado, ahí vamos.
  • Breve, Feo, Humor.
  • El lugar de la política: Duque es un meme-maker involuntario
  • Un meme no significa, su marca está en la serialidad.
  • Los memes no tienen autor, son más una especie colectiva que lo hace salir de la enunciación clásica.
  • No es un asunto teórico sino coolture.

MEMEDUQUISMO: SE ROBA PERO CON CHISTE

ABUDINEAR: “Documentamos las formas «abudinar» y «abudinear» en textos de redes sociales como verbos de reciente creación, usados en el habla popular de Colombia con el sentido de ‘robar, estafar’”, tuiteó la RAE. Y se cayó una ministra “dicen” por el poder de las redes y los memes. O por lo pusilánime de Duque que la apoyó totalmente y, luego, me hago el pendejo y no pongo la cara. Y ciao Alcaldía de Barranquilla. Y otro golpe de frente al charismo y sus formas de hacer política (no decir nada, pero clientelizar presupuestos). 

Lo claro es que los congresistas que nos representan no nos sirven para nada, solo representan sus apetitos de presupuesto porque no llegaron a votar contra la ministra. 

"El problema es que la risa-burla-ironía que despierta el presidente, le ha servido para salirse con la suya"

En Colombia matan en las protestas a cerca de 100 colombianos y nadie pide ni la renuncia ni la judicialización del presidente, se hacen mociones de censura para el show mediático y luego no pasa nada, se cae un ministro y lo premian como a Carrasquilla o Buitrago, esperen el premio de la Abudinem, o miren el premio por destruir RTVC a Vieri. 

El embajador de España dice que se premia la Literatura Neutra de Jaramillo y Ramos, y no pasa nada. El oso en la feria del Libro de Madrid es apoteósico donde los libros son pintados y ajá  sombrero vueltiao y hamaca, y no pasa nada: solo una peleíta entre el embajador y Procolombia… y así vamos en este país donde no pasa nada y un meme o una red es más poderoso que nuestros políticos. 

¿Un meme es más poderoso que una moción de censura? Pues parece que sí, a eso hemos llegado.

El poder del meme es el mismo de la política y del periodismo, se basa en encontrar los tags, las palabras, los nombres para las cosas. Por ejemplo, falsos positivos, proceso 8000, el elefante de Samper, Polombia o De qué me hablas viejo o cualquier meme involuntario de Duque o la mermelada de Echeverry que fue una metáfora y se volvió sinónimo de corrupción, o abuidenear de ahora en más.

Todo se explica porque la política se volvió un chiste, se le perdió el respeto a la democracia y con Duque llegamos a nuestro nivel más bajo. Ante Duque la gente ya decidió que toca reír e ironizar para sobrevivirlo a él y sus asesores.

Y en la misma onda, los medios han decidido usar –como los géneros periodísticos para contar la política– al humor como tono (¡todo es un chiste: la corrupción, la muerte de líderes sociales, la xenofobia….), el chisme como reportería (¡nada está basado en hechos!), el periodista como protagonista (Guillen, Vicky, Vélez, Hassan…). Y con este nivel de periodismo, pues el meme se convierte en el género más poderoso de opinión. 

Pero hay que entender a los medios y a los periodistas, con estos políticos (Duque o Bukele o Trump o Bolsonaro o Maduro) es imposible que tomen como estadistas y gobernantes con ideas que cumplen con el pacto de verosimilitud (decir la verdad) con la sociedad en defensa del Estado, la Democracia y la Ciudadanía… Sabemos que mienten y lo hacen deliberadamente, que solo les interesa llegar a ser íconos pop, y que ahí es donde los memes habitan y los periodistas pontifican.

"Necesitamos un periodismo que provea criterio, mejore la conversación y nos lleve de la risa al activismo"

A estos personajes es imposible narrarlos como “estadistas” porque su verbo y performance es la celebridad sin ideas y la irresponsabilidad política, la poca empatía y la mucha indolencia.  Y lo mismo con otros políticos como Petro  y sus bobadas y hasta Gaviria con su jugarreta de me lanzo o no… o las frases tibias de Fajardo.

Lo bueno para la democracia está en que la gente se divierte/burla/critica a sus gobernantes y políticos, pero lo pésimo para la democracia está en que la corrupción, la indolencia, las tragedias, la decidía del gobernante se vuelve chiste y no pasa nada real (se diluye la responsabilidad: robar no cuesta nada). 

Su lugar pobre en política es que nos hace inteligentes a la masa, pero tiene pocas consecuencias políticas. El problema es que la risa-burla-ironía que despierta el presidente, le ha servido para salirse con la suya: toleramos su gobierno porque nos hace reír y nos da pesar. En vez de exigirle resultados, publicamos trinos y memes con sus frases.

El reto periodístico y ciudadano es recuperar a la política y la democracia para las ideas, la empatía, el respeto a los ciudadanos, el bienestar del común. Y para eso necesitamos un periodismo que provea criterio, mejore la conversación y nos lleve de la risa del meme al activismo por la democracia. 

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