Así se hizo este trabajo
Un equipo de reporteros de Cerosetenta ha estado en las calles, siguiendo de cerca el desarrollo de las protestas. Otro grupo ha estado en la sala de redacción recogiendo el material que han recolectando los reporteros en terreno, el que ha circulado en redes y buscando nuevos registros audiovisuales.
Con ese material empezamos a alimentar una base de datos que creamos en 2020 y que sirvió para publicar nuestro mapa la primera vez que cubrimos las protestas en Bogotá del 9 de septiembre de 2020. (De ese trabajo resultó también la serie de investigación La oscura noche del #9S). Rápidamente nos vimos desbordados: ocho días de disturbios, más de 20 ciudades afectadas y con reportes de abusos policiales, día y noche, y también una avalancha de información, mucha de ella falsa.
Nuestros colegas de Bellingcat, con quienes ya hemos trabajado otras historias (como esta sobre la muerte de Dilan Cruz en las protestas de 2019) ofrecieron una mano. También se sumaron otros colegas y varios estudiantes de periodismo. Teníamos ahora un equipo expandido: expertos en análisis de imágenes y geolocalización, más mineros de datos y verificadores. Incluso, colegas periodistas que fueron formados en un taller que ofrecimos con Bellingcat en la Universidad de los Andes hace un año, se sumaron.
El trabajo es arduo, lento y dispendioso. Pero más o menos funciona así: en un primer momento recogemos todo lo que circula en redes sociales y que consideramos interesante, revelador o útil como contexto.
Ese material circula por un canal de todos los reporteros y editores, un poco caótico y que se mueve, en tiempo real, a mil por hora. Allí se zambullen algunos de nuestros reporteros que empiezan a organizar el material en una base de datos en la que ubicamos ciudades, fechas y describimos someramente lo que se ve en el video.
Además, descargan todo el material en un sitio seguro que nos permite tener certeza que ese material no desaparezca (a veces la gente borra lo que ha subido y otras, las plataformas censuran ciertos contenidos).
Así recogimos más de 600 registros de hechos relacionados con las protestas, muchos de ellos choques entre la policía y los manifestantes y dentro de ellos evidencias de abusos policiales, disparos y, por supuesto, heridos graves y, lo peor, muertos.
De esa gigantesca base que sigue creciendo todos los días, seleccionamos lo más importante: los hechos en los que personas han perdido la vida. Con cada uno tratamos de responder a estas preguntas. ¿Por qué? ¿En qué circunstancias? ¿Quién es el responsable?
Con la ayuda de todo ese equipo expandido, seguimos tratando de reconstruir otros hechos violentos que se han presentado, de ordenarlos en el tiempo, de ubicarlos en el espacio y en últimas de ofrecer una narrativa que permita entender, en cada caso, qué sucedió. Siempre lo intentamos, pero no siempre lo logramos.
En las próximas semanas publicaremos nuevo material en el que investigamos en detalle algunos casos en varias ciudades de Colombia.