Lo efímero de sentirse presente – Juan Esteban Alvarado Hace ya un tiempo no había visto una película con la cual me sintiera tan identificado, pues desde mi interpretación, esta película me re afirmó cómo a través del tacto (del sentir con la piel) nuestra existencia tiene aun más sentido y nos sentimos presentes. Veronica […]
Lo efímero de sentirse presente – Juan Esteban Alvarado
Hace ya un tiempo no había visto una película con la cual me sintiera tan identificado, pues desde mi interpretación, esta película me re afirmó cómo a través del tacto (del sentir con la piel) nuestra existencia tiene aun más sentido y nos sentimos presentes. Veronica estaba obsesionada con sentir la cosas y se evidencia a lo largo de la pieza audiovisual. En la primera escena donde sale Verónica, se nota el placer que le produce la lluvia sobre su rostro en el pigmento que adoptan sus mejillas… o la forma en la que sostenía la esfera transparente que de alguna forma u otra le mostraba el mundo como lo quería ver (aun así cuando constantemente se cuestionara qué era eso que en realidad buscaba).
En un principio, Verónica emprendió su aventura en búsqueda de su libertad – pero pronto ese objetivo final mutó, no solo una libertad específica sino al verse y conocerse tal y como es… lo cual (desde mi opinión) el director de la película logró hacerlo en el encuentro con su “alma gemela” en la plaza de Cracovia. Precisamente lo curioso en este relato, es que una revelación de estas (encontrarse a sí mismo) no siempre marca un camino a un final feliz, en el caso de Veronica terminó en pocas palabras… horrible. (Aun así, estas revelaciones son inevitables ante la sedienta libertad). Me quedo con un sentimiento muy bonito de la película, un sentimiento de entusiasmo por conocerme, conocerme a través del tacto, siempre de la mano de la libertad o lo que sea que signifique eso hoy en día.
Entre Veronika y Véronique: una aproximación a la problemática del doble desde el lenguaje cinematográfico. – Santiago Mendoza Gamboa
“Como hacer vendas para un soldado que todavía no ha sido herido y sentir eso de grato, que se le está aliviando desde antes, previsoramente.»
Lejana (1951). Julio Cortázar.
Cuando nos referimos al cuerpo humano se suele omitir que el aspecto de una persona, y en especial su rostro, es una parte primordial de ese cuerpo. Si, por un momento, nos aferramos a este postulado, es plausible comprender de un mejor modo la naturaleza de la identidad del hombre; pues nuestras facciones, además de constituir nuestras señas de identidad, son únicas e irrepetibles.
Por su parte, Krzysztof Kieślowski problematiza dicha situación al presentar en La double vie de Véronique, a través de una narrativa fragmentaria y repleta disrupciones espaciotemporales, la historia de dos mujeres idénticas que coexisten en un mismo mundo ficcional. Aunque la temática del doble no es nueva, y en este punto el lector quizá recordará cuentos como Wilson Wilson de Edgar Allan Poe o Lejana de Julio Cortázar, la manera en que Kieślowski, paulatinamente, retrata la confrontación que surge del conflicto identitario de la protagonista brilla por su singularidad.
Así, con ayuda del lenguaje cinematográfico, y en este caso, por medio de una serie de planos detalles, se utiliza la materialidad que rodea a las protagonistas como una de las principales conexiones entre una joven polaca, que padece de una dolencia cardiaca, y una maestra francesa. De esta suerte, una pequeña esfera de cristal, un cordón marrón y un anillo, se transforman en elementos llenos de significados, cuya valía radica en su capacidad para manifestar la unión entre dos mujeres separadas por miles de kilómetros, con la certeza de que algo en sus vidas no está bien.
Por último, quisiera cerrar mi reflexión con la importancia de las sensaciones dentro de la película. En repetidas ocasiones, el espectador se enfrenta a secuencias en donde ambas jóvenes lloran desconsoladamente, aún incluso después de haber hecho el amor. Si bien este gesto podría explicarse debido a la melancolía y la sensibilidad de Veronika y Véronique, desde mi perspectiva personal, es otro de los mecanismos empleados por Kieślowski para exhibir la relación de dos existencias paralelas, que tienen en común una misma fisionomía.
El amor como la vida, a veces es perro. – Camila Moreno Mesa
La película prima del director Alejandro González Iñárritu “Amores perros” es un thriller que nos hace reflexionar sobre las acciones y como el amor nos puede llevar a re-direccionarlas, independientemente de si es por una persona o un animal. La película narra una union y un entrelazamiento de 3 historias que a pesar de que sus personajes principales no se conocen entre sí, coinciden en una misma desgracia: un accidente automovilístico. La película sin embargo, más allá de este accidente, los une por su amor a los perros y como sus decisiones se ven impulsadas por ellos.
Lo que más puedo guardar de esta película, fue probablemente esta escena, donde se aprecia que a pesar del mal contexto social y económico de El Chivo, sus perros son leales a él y más aún, el decide hacer un giro en su vida y sus planes pues sufrió demasiado tras la muerte de su manada mediante Coffe. Esto, le hace conscientizarse de sus acciones y de como él también pudo haber hecho sentir así a alguien; pero quizá lo que más marca de esta escena, es reconocer que El Chivo es tan solo uno de los muchos resultados de una sociedad latinoamerica que desampara y margina a las personas, hasta que las mismas, sin ayuda alguna, tocan fondo como instinto de supervivencia. En conclusión, la película me logró ayudar a entender que absolutamente toda acción, incluso aquellas impulsadas por amor, va dejando balas perdidas y daños colaterales. El amor como la vida, a veces es perro.
Una radiografía del conflicto – Erika Sofía Torres Narvaez
No hay nada que logre explicar un fenómeno como el conflicto armado en Colombia. La guerra tiene tantas caras y la mayoría de nosotros somos meros espectadores cuando se trata de explicar lo que ha pasado adentro, en la selva. Guerrillero/Paramilitar, Secuestrado/Secuestrador, Asesino/Victima, la película muestra que en la guerra no hay bandos, todo es caos y los roles se transforman del mismo modo que el conflicto se transforma hasta que el rol de cada personaje es irreconocible. Aunque el conflicto armado colombiano se analice y estudie en el contexto político, económico y social, en la consciencia colectiva queda la sensación de un panorama borroso y desdibujado.
Resalto el protagonismo de los jóvenes en la película, finalmente esta es la población de la que se nutre la guerra. Y por último quisiera mencionar el papel de la selva como personaje y no solo “escenografía”. Considero que la selva representa eso que no se puede catalogar como bueno o malo, que puede ser el símbolo de vida y paraíso, pero al mismo tiempo se ha convertido en un sinónimo de desapariciones y de condiciones hostiles que pueden amenazar la vida.
Monos, normalizando una vida en un grupo armado ilegal – Sofía Helena Rodriguez Arcos
Monos, una película dirigida por Alejandro Landes que impacta con la representación de las diferentes vidas y pensamientos dentro de algunos actores del conflicto armado. Desde el principio de la película me enganche con el personaje de “La doctora”, pues sentía que se trataba de mostrar fundamentalmente como este personaje, la cual era prisionera de un grupo rebelde de comandos adolescentes, vivía privada de su libertad, con ganas de escapar dejando el miedo a un lado, después de no lograr su objetivo en el primer escape, esperó la oportunidad perfecta para huir.
Es impactante la escena en donde se ve que sueña con su libertad sumergida en aguas de una remota montaña en algún lugar de Colombia , encadenada por culpa de su primer fracaso y con hambre de libertad, la doctora logro su escape con éxito después de ver a Boom Boom bañándose desprevenida en las mismas aguas de este remoto lugar, su desespero logro ahogar a su guardia. Con esta escena me gustaría mostrar que no importa pasar los límites y principios, pues este personaje al inicio se muestra incapaz de hacer daño a sus prisioneros pero cuando el desespero le gana al miedo nos demuestra que en circunstancias como estas realmente dejamos a un lado nuestros principios y el miedo, siendo capaces de ir más allá de nuestros propios límites.