La banda más prolífica del rock contemporáneo pisó suelo bogotano
Los australianos de King Gizzard & The Lizard Wizard nos mostraron el presente y el futuro de un género que solo está muerto para los que se quedaron en la nostalgia. Un show que recordaremos con el pasar de las décadas.
Anoche en el Escenario Adidas del Festival Estéreo Picnic nos convocaba una banda de culto de esas que casualmente presentan shows de los que se sigue hablando veinte o treinta años después. Fue el debut de King Gizzard & the Lizard Wizard, sexteto australiano que se había bajado del festival hace un par de años y que más que tener una deuda con Bogotá, tenía una base de seguidores fieles esperándolos y meticulosamente preparados para darse una probadita por lo más de 20 álbumes de estudio que han lanzado en la última década.
Estamos hablando de la banda más prolífica del rock contemporáneo. De los lagartos que todos los años se mandan uno, dos o hasta tres discos, en los que navegan entre las tantas posibilidades dentro de género –alternativo, psicodélico, synth, metal– y se les ríen en la cara a los puristas y a los que dicen que el rock está muerto porque no se han podido salir de las mismas tres bandas que escuchaban de adolescentes.
Por eso es tan importante decir que en un FEP en parte armado alrededor de glorias pasadas como Limp Bizkit, Blink 182 o The Offspring, los KG se encendieron como un faro que nos mostró el presente del género y de paso, hacia dónde va la vaina. Con la portada geométrica de su icónico Nonagon Infinity en el fondo, se mandaron una presentación en la que, como siempre, fueron de manera aleatoria por distintas etapas de su discografía pasando por la garajera “Danger $$$” de 2011, la progresiva “The Lord of Lightning” de 2017, la sabrosamente psicodélica The Dripping Tap” de 2022 o la thrashera “Super Cell” de 2023. Por su discografía inabarcable, es raro que la banda toque el mismo setlist dos veces, una de las razones por la que cada show, por pequeño o grande que sea, queda inmortalizado para siempre.
Como tenía que ser, salimos de los 45 minutos del lagarto con la garganta herida, el cuerpo golpeado por el pogo, un oído pitando y el otro no y, sobre todo, la sensación de haber presenciado historia viva. Los mega festivales como el Estéreo Picnic dan y quitan, nos llevan al límite de lo físico y ponen en evidencia a todos los poderes que se mueven dentro de la industria de la música, pero también nos dan la chance de ver a artistas que están poniendo al mundo a dialogar en medio de sus giras y por medio de sus canciones. King Gizzard & the Lizard Wizard es uno de esos artistas que ponen la brújula en ‘El Presente’ y que bueno haber estado ahí para presenciarlo.
