¿Paz con la naturaleza? Organizaciones preparan una COP Divergente en Cali

Según los líderes de esta convocatoria, las COP no buscan preservar la biodiversidad sino extraerla. Dicen que el Gobierno colombiano no ha sido coherente en su agenda medioambiental.

por

Gabriela Herrera


25.09.2024

Arte por Nefazta

Mientras las entidades gubernamentales de Colombia y el mundo entero se preparan para la organización de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Biodiversidad Biológica (COP16) en Cali este 21 de octubre hasta el 1 de noviembre –y que tiene como eslogan ‘Paz con la naturaleza’–, más de 15 organizaciones han convocado a una mesa de debate denominada COP Divergente – Cumbre Ambientalista Ciudadana y Autónoma. Esta tendrá lugar el 26 y 27 de octubre en Cali y esperan recibir 160 personas aproximadamente. Los lugares donde se concertará esta COP Divergente aún no son públicos.

“La gente tiene que saber que se le está vendiendo a todo el mundo una florecita, que todo el mundo cree que se está defendiendo la biodiversidad”, explica Catalina Toro, profesora de Ciencia Política de la Universidad Nacional y Coordinadora del Grupo de Investigación Derecho y Política Ambiental de la misma entidad. También es una de las organizadoras de la COP Divergente. “No puede ser que un gobierno que esté planteando en serio el tema ambiental esté respaldando una COP donde justamente se hace lo contrario”, señala. 

La convocatoria reúne a colectivos, organizaciones, investigadores de todo el país y según dicen sus líderes, se está financiando con sus propios fondos. El movimiento busca hacerle frente y resistencia desde un espacio de diálogo a lo que denominan “la mercantilización de la naturaleza”. “No es una anticop o una cop antipetrista. Buscamos advertir las incoherencias de las políticas de Naciones Unidas”, explica Jorge Castellanos, Vocero Regional del Comité Movimiento Cívico Conciencia Ciudadana e integrante del Comité para la Defensa del Agua y el Páramo de Santurbán en Santander. 

Para ellos, pese a que el discurso ambiental ha sido una bandera constante en el gobierno de Gustavo Petro, siguen existiendo los mismos problemas. “Seguimos siendo el país con mayor número de líderes sociales y ambientales asesinados, los proyectos extractivos ni de gas ni petróleo se han parado, tampoco los proyectos extractivos ahora denominados ‘minerales para la transición energética’. Siguen los conflictos socioambientales, entre otros”, continúa Toro. 

Por ejemplo, Castellanos cuestionó la inacción del Gobierno frente a la situación del páramo de Santurbán, en Santander. Este se encuentra amenazado por intereses de explotación minera. “Si destruyen el páramo, destruyen el agua y la región. En el Comité requerimos claridad jurídica y política. Una política de Estado que garantice la prohibición de minería en los páramos. Que de verdad el Estado proteja las zonas de biodiversidad y no les haga conejo”. 

"Son solo agendas neoliberales ambientales manejadas por intereses de las empresas extractivas”.

El núcleo básico de la COP Divergente está integrada por 10 personas que representan a distintas organizaciones como Fundación Biodiversidad, Poder Negro, Salvemos Gorgona, Indepaz, Acción Colombiana por la Soberanía Ambiental – Acolsam, Fundación Pangea, Magma y otras más. La convocatoria está abierta para que más organizaciones se sumen. 

El objetivo de esta convocatoria es conversar sobre temas que consideran ser incoherentes con las intenciones del Gobierno en resolver las problemáticas socioambientales. “Ya han pasado dos años desde el inicio del Gobierno. Entonces dijimos: ‘reunamos problemáticas que estamos viendo hoy, que nos muestran esas incoherencias y recordemos qué han sido estas Conferencias de las Partes para darnos cuenta que nada bueno nos han traído nunca. Son solo agendas neoliberales ambientales manejadas por intereses de las empresas extractivas”.

Armando Palau, director de la Fundación Biodiversidad, dice que el gobierno ha intentado vincular a comunidades locales con las que ya tenían contacto desde la COP Divergente. “Con aquellas comunidades y espacios en los que hemos hecho contacto, la ministra de Ambiente ha cooptado a dichas comunidades visitándolas y relacionándolas con la COP16. Por ejemplo, a la Unión de Resistencias Cali y varias de las organizaciones articuladas a ese espacio”. 

Por ahora, tampoco se ha conocido una agenda específica sobre los eventos que habrá en Cali. En este comunicado publicado en el mes de agosto se reúnen todas las preocupaciones que se llevarán a esa mesa. No obstante, han organizado distintos espacios de discusión previos a la COP sobre las problemáticas ambientales que afectan al país. 

En Santander, el pasado viernes 20 de septiembre se organizó un Foro en Bucaramanga en alianza con la Universidad Industrial de Santander que recogió varias intervenciones sobre la defensa del agua y los páramos, en especial del Comité para la defensa del agua y el Páramo de Santurbán. “Hacemos este foro para convocar a más personas y tener unos puntos claros. La COP Divergente no es ir a protestar, es ir a presentar problemáticas que requieren una política ambiental”, señala Castellanos, del Comité Movimiento Cívico Conciencia Ciudadana. Aquí se pueden ver los temas discutidos. Este diálogo se va a continuar el próximo viernes 27 de septiembre en un Foro en Barrancabermeja sobre temas como las limitaciones de la agroecología, alternativas de implementación de comunidades energéticas en zonas como el Magdalena Medio, entre otros. En las redes de la COP se pueden consultar más detalles. 

Asimismo, desde el lado de Toro, se están organizando espacios en la Universidad Nacional de la sede de Palmira con expectativa de convocar a 300 personas. También se están dando espacios de manera online. Por ejemplo, este  sábado 28 de septiembre habrá un conservatorio sobre perspectivas de transición energética en el contexto de La Guajira con la participación de la profesora, organizado por Indepaz, Magma y Aktion Guajira.

Principales reclamos: los recursos genéticos y la distribución de beneficios

Toro ha trabajado toda su vida en la investigación sobre la COP y su verdadero impacto en los países del cono sur. “Mi tesis de doctorado fueron las negociaciones alrededor del Convenio de Biodiversidad. Le dediqué 10 años a escribir qué son las COP. En este gobierno no hay paz con la naturaleza y ahora con la COP plantean continuar profundizando el modelo de entrega de los recursos de la naturaleza”. 

Para la investigadora, el cambio de paradigma en las políticas de conservación a un mercado global de la naturaleza y como resultante, un modelo transaccional, inició hace 30 años en la Cumbre de la Tierra en Río 1992. Los regímenes ambientales que se crearon allí se subordinaron a los regímenes comerciales posteriores. Por ejemplo, en Colombia fue el caso del TLC con Estados Unidos en 2006 y con la Unión Europea en 2012. “Esta ha sido una iniciativa comercial que ha generado  los denominados bionegocios”. Los bionegocios o  negocios verdes se refieren al conjunto de servicios derivados de la biodiversidad que deben garantizar el bienestar de las comunidades y la conservación de los recursos naturales como el ecoturismo.

Uno de los puntos neurálgicos de la discusión de la COP Divergente se refiere al biocomercio por el acceso a los recursos genéticos. De acuerdo con el comunicado publicado en INDEPAZ que recoge las preocupaciones de esa mesa, uno de los principales intereses de las empresas que financian las COP es “establecer un mecanismo multilateral para fijar una distribución financiera de los beneficios del uso de la información de secuencias digitales sobre recursos genéticos”. Esto, según dice el texto, es el insumo de la biotecnología farmacéutica, del mercado agroquímico, de las armas biológicas y patógenos.

“El gobierno está haciendo un show en una feria y tenemos la obligación unos poquitos de decir no, no les creemos, no les creemos y tenemos la obligación de darle un debate”.

“Nosotros decimos que queremos defender la biodiversidad pero, ¿por qué nuestras semillas están en los bancos de genes de los países del norte? ¿por qué estamos importando alimentos y no produciéndose? ¿Por qué la empresa farmacéutica y agroalimentaria tienen las patentes y los derechos sobre nuestros conocimientos, semillas y recursos genéticos? ¿por qué los seguimos entregando?”, se pregunta Toro. 

Por otro lado, la investigadora señala que los acuerdos de la COP16 están basados en una lógica desproporcionada. En teoría, cuando los países del Norte global acceden a los llamados ‘hotspot de biodiversidad’, esto es, a regiones biogeográficas con una alta concentración de biodiversidad amenazadas por la acción humana, se crean los mecanismos de distribución equitativa de beneficios para facilitar esta transacción. Eso en realidad, está lejos de ser así. “¿Qué distribución equitativa de beneficios puede haber cuando hay brechas tecnológicas, científicas, sociales y económicas tan grandes?”.

¿Cómo ha sido su recepción?

La COP está dividida por dos zonas en su agenda. La Zona Azul es un área para la negociación y allí sólo tendrán ingreso los países miembros y observadores acreditados. La Zona Verde está fuera del espacio principal de negociación y busca promover la participación de la sociedad civil. Está ubicada en el Bulevar del Río. 

Para Dario González, de INDEPAZ, y los líderes de este espacio divergente, otro de los puntos centrales de su postura crítica es la imposibilidad de negociar en estos espacios. “Ya está negociado. La Zona Azul será en un lugar de Convenciones entre Cali y el aeropuerto de Cali pero ahí no tiene acceso nadie más. Exclusivamente  los representantes del Estado y la fuerza pública”, explica. Además, enfatiza en que para ellos la Zona Verde es una distracción de lo que ocurre en las negociaciones. “Nosotros le denominamos pan y circo. Va a haber música como en el Petrónio Álvarez”. 

Según el comunicado de la COP Divergente, “en estas negociaciones están las grandes ONGs Verdes financiadas por las trasnacionales, como WWF y otras como Conservación Internacional y The Nature Conservancy, que reciben fondos de grandes empresas, incluyendo mineras y petroleras”. Toro explica que estas organizaciones tienen acceso a los informes que se discuten en la Zona Azul.  “La construcción de estas políticas en materia de biodiversidad se hace en el Fondo [el Fondo Mundial de la Naturaleza, una de las ONG ambientales que están involucradas en las COP], y esto es pagado por las empresas farmacéuticas por intereses económicos”. 

Esta denuncia que en el marco del proyecto «Implementación del Convenio sobre Diversidad Biológica» para países como Colombia, Brasil, Kenia, Zaire, Costa de Marfil e Indonesia (2005), WWF decidió centrarse en la colaboración con la industria farmacéutica, recibiendo donaciones para establecer sucursales en diversas naciones biodiversas, como explica en su investigación. “Pregúntate por qué el texto de negociación nunca ha sido público. Quien tiene esa información son las ONG como el Fondo Mundial de Naturaleza. Yo trabajé ahí”, agrega.

“Para nosotros la COP nos pone en altísimo riesgo. Como son cosas secretas y a puerta cerrada, no sabemos qué más se va a poner en juego en este país. ¿Semillas? ¿Riquezas biológicas? Muchas empresas farmacéuticas están interesadas en llevárselas”, insiste Jorge Castellanos, del Comité Movimiento Cívico Conciencia Ciudadana

“Allá solo van abogados y comerciantes”, continúa la investigadora Toro. “Lo que yo llamo en mi tesis de doctorado son los mediadores de la negociación que tienen conexión con los grandes bancos y con los grandes gobiernos. El texto que se discute está escrito en inglés comercial técnico. En Colombia reciben el texto dos semanas antes, son aproximadamente 20 o 21 puntos en una agenda con temas muy técnicos”. Y agrega: “El gobierno está haciendo un show en una feria y tenemos la obligación unos poquitos de decir no, no les creemos, no les creemos y tenemos la obligación de darle un debate. Ese texto ya viene aquí [listo] para firmar. No es que se vaya a negociar”.

Cerosetenta le consultó a algunas de las organizaciones y autoridades de comunidades indígenas que han confirmado su participación en la agenda de la COP16  como la ONIC, la Guardia Indígena, la Comisión Nacional de Comunicación de los Pueblos Indígenas (Concip), uno de las miembros  de la Red de Mujeres Indígenas sobre Biodiversidad del pueblo wayuu y la organización ambientalista Censat si tenían conocimiento de esta agenda divergente y sus posturas al respecto. 

La mayoría dijeron haberla escuchado mencionar pero no conocerla en profundidad a excepción de casos como la Guardia Indígena y la ONIC que no conocían ninguna información de esta agenda. La Organización Censat Agua Viva señaló que, pese a que han conocido el proceso de esta mesa divergente y comparten algunas posturas, consideran que casi ninguna de estas organizaciones tiene experiencia en participación en COP. “Siempre hemos asistido desde una postura crítica y creemos que es posible hacer incidencia e influir para que los Estados se ganen su lugar”. Y agregan: “Pese a que la COP se desarrolla en Colombia y somos el Estado anfitrión, esta es una discusión global en donde nosotros somos un actor más en un ecosistema de Estados en las Naciones Unidas. Lo que buscamos es influenciar no solo al gobierno colombiano sino a los gobiernos globales para que generen compromisos reales de protección de territorio y biodiversidad”. 

¿Hay soberanía sobre nuestra diversidad? El caso de la Isla Gorgona

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El origen de la COP Divergente no inició con el anuncio de la ONU al nombrar a Cali como la sede de esta edición. Hace más de un año algunos líderes se habían reunido a raíz de la inconformidad sobre la construcción de una ‘base militar’ en la Isla Gorgona. Este proyecto empezó a tramitarse en el gobierno de Juan Manuel Santos en 2015. En este momento están suspendidas las obras debido a la movilización social y acciones jurídicas. Pero no se han cancelado definitivamente.

Darío González, investigador de Indepaz, organizador de la COP Divergente, investigador y conocedor de la isla por su exploración como apneísta, explica: “nosotros rechazamos esa base militar ahí porque el territorio es de la exclusiva soberanía popular  de pueblos ancestrales del litoral Pacífico”, señala. “Esto está planteado en el artículo tercero de la Constitución”. Y añade: “Esta base, que pretenden minimizar con el nombre de “subestación naval de guardacostas”, hace parte de las vergüenzas que intentan tapar con la COP16, a pesar del lema Paz con la naturaleza’. La ministra menciona el término de soberanía, de gobernanza. ¿De cuál soberanía habla el gobierno? Cuando se mantienen unos acuerdos militares que no se cuestionan”. 

Para González, esto hace parte de la política de “seguridad hemisférica” de los Estados Unidos. “Gorgona está ubicado en un lugar estratégico en relación mundial y está ubicado en el corredor donde están las Islas Galápagos, las islas colombianas ubicadas en el Océano Pacífico del territorio ecuatoriano, entre otras”, señala González. En los últimos años, también lugares como Cartagena, Barranquilla y Coveñas en el Caribe colombiano han sido epicentro de operaciones navales y despliegues de los Estados Unidos. “El ejemplo de Gorgona muestra la incoherencia de este gobierno que habla de paz con la naturaleza y que quiere militarizar una isla en lugar de entregarle a la comunidad y a los pueblos ese territorio que es ancestral”, considera Toro.

Armando Palau, de la Fundación Biodiversidad, también señala que si bien desde el Gobierno no se han dirigido a ellos directamente, sí han respondido a sus críticas. En febrero de este año, la Cancillería publicó en X una serie de imágenes para rechazar las afirmaciones sobre la Isla Gorgona que estaban haciendo las organizaciones sociales. “El gobierno trató de colocarnos en la orilla de los mitos, es decir, nos dijo mitómanos cuando logramos llamar la atención de la opinión pública nacional. Posteriormente, cuando el Tribunal Superior de Bogotá ordenó suspender la licencia ambiental para la construcción de la estación guardacostas con sus tres obras militares en Isla Gorgona, empezamos a tener un mayor posicionamiento ante la ciudadanía”


De hecho, el Ministerio de Ambiente ha anunciado que presentará  en el desarrollo de la COP un  Tratado vinculante relacionado con la protección del Corredor Marítimo Ecuatorial Oriental, el corredor biológico que reúne al archipiélago de Galápagos, Malpelo, Gorgona, la isla Coiba de Panamá, y la del Coco en Costa Rica. En palabras de la ministra de Ambiente, esto muestra  la soberanía y gobernanza frente a los intereses geopolíticos. Pero Dario González responde: “¿Cuál soberanía cuando se mantienen unos acuerdos militares que no se cuestionan. Desde que se conformó el Comando Sur de los Estados Unidos, Colombia es un país subordinado. Quieren presentar en la COP16 la defensa biológica del Corredor como un logro importantísimo que mostraría la independencia del país. Eso no es cierto”.

¿De qué van a hablar?

La agenda propuesta por la COP Divergente reúne más de 20 problemáticas medioambientales que afectan el país. En esta lista, se puede encontrar las principales. Los líderes están haciendo una convocatoria para que cada vez más organizaciones puedan sumarse.

*Base Militar y Biodiversidad en Gorgona, 

*Modelo agropecuario azucarero

*Problemáticas ambientales de los ríos Cauca y Magdalena

*Defensa del páramo en Santurbán, Santander

*La Guajira – Falsas Soluciones Energéticas

*Intervención extranjera del Amazonas

Aquí puede encontrar la convocatoria con otros temas de la agenda.

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