“Buenaventura sigue siendo un territorio en disputa”, Leonard Rentería y los discursos de paz

Los pactos humanitarios, la estrategia de Paz Total y el inicio del trámite de la Ley de sometimiento aún no son suficientes para frenar el conflicto armado que mantiene cautivo al pueblo de Buenaventura. Cambió el gobierno pero aún no se salda la deuda histórica con el principal Puerto Marítimo de Colombia.

por

Tatiana Andrea Bonilla Segura

Periodista


28.05.2023

Las balaceras, el asesinato de líderes juveniles y el confinamiento vuelven a recrudecer la escalada de violencias en el Distrito Especial de Buenaventura, según lo que reportan los medios locales.

La ruptura de la tregua entre las bandas de los “Chotas” y los “Espartanos” evidencia la necesidad de reforzar las políticas de seguridad, comentan miembros del congreso como el senador Ariel Ávila y el representante a la Cámara por el Valle, Cristóbal Caicedo a El Espectador.

Aunque la Ley de sometimiento se expide para incluir dentro de los diálogos de la “Paz Total” a grupos al margen de la ley que no tengan carácter político y es una de las grandes apuestas lideradas por el gobierno de Gustavo Petro, hay incertidumbre.

El 7 de mayo de 2023, por ejemplo, las alarmas de los medios se prendieron para enfocar al líder social, Leonard Rentería, por cuenta de una de sus publicaciones en twitter en que hace contundentes señalamientos contra la alcaldía liderada por Victor Hugo Vidal y pide al gobierno nacional que fije su mirada en Buenaventura. Cosa que llama la atención por la supuesta cercanía de Rentería con la vicepresidenta Francia Márquez, ya que en 2018 ambxs se presentaron en la misma lista para lograr la Cámara de Representantes por la Circunscripción Afrodescendiente. “No podemos transformar a Colombia en ocho meses, está claro, eso no significa que nos quedemos solamente en el discurso del pasado”, dice. 

Leonard Rentería se define como artista, estudiante de psicología y poeta. Es el director de la organización Eleggua comunicaciones y su nombre se dio a conocer a través de un video en redes sociales del 4 de septiembre de 2016, cuando refutó la campaña promovida por el senador Álvaro Uribe Vélez apoyando el “no” en el marco de las discusiones del plebiscito por la paz, que tuvo lugar, entre otros lugares, en el Distrito Especial de Buenaventura. 

“Mi liderazgo y rebeldía vienen como reacción a los malos tratos que mi mamá recibía por parte de mi papá cuando yo era niño y fue al vincularme a organizaciones de jóvenes cuando pude encauzar esa energía contenida”. Así, dice, terminó participando en actividades sociales que no solo lo llevaron a reconocer sus derechos y los de su familia, también “los de toda una comunidad históricamente excluida y marginalizada como es el pueblo de Buenaventura”, comenta.

Su voz se hizo notar en medio del paro cívico de 2017 que paralizó a la ciudad por veinte días y puso en jaque al gobierno nacional de entonces. Pese a los acuerdos alcanzados allí, en 2021 se recrudeció nuevamente la violencia urbana. Hubo enfrentamientos entre bandas delincuenciales, hurtos, reclutamiento forzado y otros delitos según lo que reportaron líderes y lideresas sociales y las declaraciones de Rentería se viralizaron otra vez, sobre todo por la entrevista en que Paola Ochoa, periodista de Blu Radio preguntó al joven “si acaso bloquear una vía del puerto no era más perjudicial para 50 millones de colombianos”

Como indica la revista Cambio en su publicación del 25 de mayo de 2023 en palabras de Kyle Johnson, investigador de Conflict Responses —organización que ha venido adelantando monitoreos allí— «en Buenaventura, eso de cero asesinatos durante la tregua no resultó tan cierto” y según lo que comenta Rentería tiende a variar cuando hay cambios en las políticas de paz. A continuación la entrevista sobre la crisis de violencia que está volviendo a despertarse en Buenaventura y que este portavoz no teme denunciar.

¿Qué está pasando en Buenaventura? 

Hace tres años Buenaventura ha estado viviendo el recrudecimiento de la violencia. En 2021 todo se hizo tan difícil en términos de convivencia y garantía de derechos básicos que los ciudadanos decidimos tomarnos la calle para llamar la atención del Estado y los medios de comunicación, que casi siempre reaccionan cuando se afecta de alguna manera la dinámica portuaria, principal actividad económica de este Distrito Especial. 

Las balas en Buenaventura

A inicios de 2021 el país se volteó a mirar hacia Buenaventura, una región que desde el 30 de diciembre vive un recrudecimiento de la violencia en sus calles. Le explicamos por qué protesta Buenaventura.

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Desde ese momento vimos luces sobre la posibilidad de una nueva realidad y al terminar el gobierno de Iván Duque, muchos miembros de las estructuras armadas ilegales que están en el territorio pensaron también en caminar hacia la paz. Se articularon procesos con el obispo de Buenaventura, Rubén Darío Jaramillo, y las voluntades de los agentes y actores que habitan en el puerto empezaron a trabajar para proyectar propuestas de paz y avanzar en el cese de la violencia. Fue así que se dio el relacionamiento entre Iglesia, Estado y estructuras armadas ilegales que empezaron a pensar también en condiciones para el sometimiento. 

Pero como estas cosas no van al ritmo de las esperanzas y necesidades inmediatas de la gente, ha vuelto a nacer una especie de recelo que empieza a desequilibrar los caminos hacia la paz. Y aunque el Alto Comisionado Para la Paz se ha reunido con representantes de las estructuras armadas ilegales, estamos viviendo un nuevo pico de violencias, cosa que es grave.

Ante esta situación en Buenaventura, ¿qué espera la comunidad del gobierno liderado por Gustavo Petro y Francia Márquez?

No se puede negar que en comparación con gobiernos anteriores hay una disminución evidente de los hechos violentos y por primera vez el Gobierno Nacional no viene al territorio a justificarse, ni a darle alas a las estructuras criminales desmintiendo a la comunidad. Gustavo Petro y Francia Márquez han tratado de construir con la ciudadanía y el gobierno local. A pesar de la gravedad de los hechos que vivimos sabemos que por fin hay otro enfoque.

Pero tampoco se puede negar que aún falta mucho por estructurar, lo relativo a la Paz Total, por ejemplo. Es innegable que a esa iniciativa le faltan aspectos por mejorar y seguramente, escuchando a las personas que habitan el territorio y han sido víctimas van a poder reforzar esa apuesta de gobierno. Ahora hay quienes salen a decir que aman al pueblo porque vienen elecciones locales y les interesa hacerse a un lugar. Lo que temen mayormente es perder su posición cómoda y que se les acaben los privilegios que la política les ha dado. Hay mucha gente hipócrita en la administración que nunca ha estado del lado del pueblo de Buenaventura, sino que son complacientes con los oligarcas. 

En 2018 usted se postuló junto con Francia Márquez a la Cámara de Representantes por la Circunscripción Afrodescendiente y perdieron. ¿Qué concluyó de esa experiencia? ¿Piensa participar nuevamente en política electoral?

Después de ese acontecimiento vinieron grandes reflexiones para mí. He concluido que para participar en política electoral hay que tener cierta madurez, entender cómo funciona el Estado y con base en eso desarrollar ciertas habilidades que estén al servicio de la gente y cumplan con las expectativas de los votantes. Hay muchas personas en el territorio que me dicen que yo debería aspirar a la Alcaldía de Buenaventura, pero no quiero terminar repitiendo los errores de quienes llegan y no cumplen, como es el caso de quiénes hacen parte del gobierno local que venían de los movimientos sociales y que ahora simplemente siguen con la herencia de corrupción. 

Honestamente este no es el momento para mí. Estoy luchando por terminar mi carrera de psicología y aspiro graduarme. Luego de eso quiero continuar mi formación académica y desarrollar herramientas que me permitan hacer frente a esta realidad social. Ser responsable implica aspirar a esos niveles del poder, sí, pero sólo cuando se esté preparado para asumir el desafío que significa gobernar Buenaventura, un territorio abundante, lleno de complejidades y permeado por la mafia y la corrupción.

¿Por qué su antagonismo con el actual alcalde de Buenaventura?

En 2017 hicimos un paro cívico que tuvo lugar entre el 16 de mayo y el 6 de junio de ese año. Fue la gente, la ciudadanía la que se organizó para lograr un cambio, entre esos, el Plan Integral Especial para el Desarrollo de Buenaventura que gracias a lo que hicimos, hoy está vigente.

Quienes hicimos parte del Comité Central y el Paro Cívico entendimos que no se le podía ceder el poder a los mismos y a las mismas que han gobernado para mal. En consecuencia, se pensó en otro tipo de candidaturas y algunas personas propusieron a Victor Vidal. Yo nunca estuve de acuerdo, porque al ser parte de los procesos pude notar algunas formas de proceder que no me convencieron y que en mi concepto no fueron moralmente ejemplares. Por ejemplo, dividieron una misma organización en dos para dejar allí a personas del mismo grupo y sumar dos votos más a favor de Vidal en detrimento de la diversidad de luchas que hay en el territorio. 

Luego, en los debates se reafirmó mi percepción de que quien es hoy el alcalde de Buenaventura no está preparado para el cargo y cuando traté de hacerlo evidente mucha gente me cayó encima. Algunas personas me increparon preguntándome qué era lo que yo quería, lo que yo buscaba. Vidal llegó a la alcaldía y aunque era la persona más decente entre quienes le han antecedido y se enfrentó a un montón de dificultades, entre ellas la pandemia, ha tenido desde entonces fallos importantes. 

¿Qué tipo de fallos? 

Cuando empezaron nuevamente los ciclos de violencia en 2021, la administración no tenía respuesta inmediata y los secretarios que acompañaban las protestas eran déspotas y groseros con la gente; tampoco entendían hacia dónde quería ir el alcalde, que hablaba de la revolución de la educación y la salud. Sin embargo, el gerente que designó para administrar el Hospital Departamental de Buenaventura tuvo que ser sacado por su mal manejo de la institución. Quienes nos vendían la revolución de la salud terminaron implicados en hallazgos y la Superintendencia tuvo que intervenir. También hubo malos manejos de recursos en temas de internet para estudiantes que han salido a marchar una y otra vez por los incumplimientos. 

En Buenaventura los temas básicos no están resueltos y todavía hay un montón de licitaciones en proceso que la administración no gestiona, hoy aún no existe intervención social. El Plan Integral Especial para el Desarrollo no se está cumpliendo y a este alcalde siempre le ha resultado fácil decir que no es cuestión de pobreza sino de delincuencia.  Aún así, hay gente en el Congreso de la República y de la administración que ha insistido en que tengo una riña con el alcalde y lo único que yo he hecho es visibilizar las cosas que no sirven con posturas críticas. No puedo simplemente sumarme a quienes están en el poder, porque yo me debo por entero al territorio.

¿Por qué lo que pasa en Buenaventura debería importarle a todo el país?

Buenaventura es considerado el principal puerto de comercio exterior en el país, dado que por esta zona portuaria se moviliza cerca del 45 % de carga internacional, principalmente de importación, la cual en 2019 representó el 32 % del total nacional. La Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura (Sprb) informó que a cierre de 2021 recibió 8,9 millones de toneladas de carga. Esto representa un incremento de 43,5 % frente a la cifra vista en 2020, cuando fue de 6,2 millones de toneladas. Es decir, Buenaventura aporta mucho más al país que Bogotá, la capital. 

La gente que vive aquí, los negros y las negras, los indígenas y mestizos que trabajan son los que logran que a cada ciudadano del país le lleguen mercancías indispensables. Si este puerto se ve afectado por la violencia, si nuestra gente no puede desempeñar sus labores sin arriesgar la vida y las extorsiones aumentan, obviamente se afecta la productividad y la movilidad de mercancías que todos necesitamos.

Es importante que se entienda que no es por deporte que nosotros cerramos las vías, realmente no nos queda otra alternativa. Ha sido la única manera efectiva que hemos encontrado para que los medios, los gobiernos locales, el Estado e incluso agentes internacionales se fijen en nosotros. Cuando hacemos eso todos los ministros se pronuncian, aunque hablan del puerto en referencia a las pérdidas económicas que genera el cierre de las vías, pero nunca se refieren a la pérdida de vidas humanas a causa de la precariedad y la falta de garantía de derechos básicos. 

Lo mejor que le puede pasar a este país en términos económicos, si se quiere, es que en Buenaventura se garanticen los derechos de la gente. Entonces, no nos veríamos obligados a tomar vías de hecho como ejercicio de protesta para poder llamar la atención del Estado.

Si el gobierno local no escucha y el gobierno nacional tampoco ¿Qué sigue entonces?

La verdad tenemos muchas expectativas en el plan de gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez. Ha habido avances respecto al hospital y este gobierno se comprometió a seguir implementando mejoras. La Dirección de Gestión Interinstitucional y la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas están haciendo presencia en el territorio y se logró que el Plan Integral Especial para el Desarrollo de Buenaventura hiciera parte del Plan Nacional de Desarrollo, aunque lo más relevante fue lograr de manera colectiva la Ley 1872 de 2017 y un fondo específico para su implementación. Actualmente se está priorizando la inversión en nuestro estadio y otras obras importantes, ya que en ocasiones anteriores el gobierno no permitía que la inversión en este territorio subiera más allá del 6 % del presupuesto total de la nación. Esas acciones suman al bienestar y son evidentes, entonces creo que se nos está escuchando aunque los problemas estructurales que tenemos son urgentes y dramáticos.

Sin embargo, se requiere más trabajo en lo que respecta a la paz y la seguridad y es sobre esos puntos que estoy llamando la atención. Seguimos exigiendo, sin desconocer los avances. Somos conscientes de que construir la paz en un territorio no depende 100 % del gobierno, también entra a jugar  la voluntad de las estructuras ilegales que se comprometen en principio y luego se desdibujan con actos de violencia.

Asimismo estamos haciendo un llamado al papel que desempeña la Fiscalía General de la Nación a puertas de un acuerdo para la consolidación de la paz. Algunos mensajes son confusos y dificultan las posibilidades. Sabemos que el cambio no será inmediato, así como todo lo que implica la Paz Total, pero las divisiones que se están generando al interior de las estructuras criminales hacen que se acentúen nuevamente las violencias. 

Creemos en el compromiso que demuestran Petro y Márquez y esperamos que evolucione hacia el fortalecimiento de las capacidades organizacionales que son las que le siguen apostando al territorio con independencia de las actividades políticas. Esto es un pulso, si el gobierno no se mueve rápido, las estructuras criminales toman el liderazgo. Buenaventura sigue siendo un territorio en disputa.

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