En el último año han sido muchos los sucesos mediáticos que evidencian la falta de claridad que hay con respecto a los asuntos que se refieren a la sexualidad. En este blog me voy a referir a los tres malentendidos más populares.
Primero, se confunde la sexualidad con la actividad sexual y dado que esta falta de claridad genera rechazo de algunos grupos a la educación de la sexualidad de niñas y niños desde la infancia, es importante aclarar el malentendido. La sexualidad es un aspecto importante de la personalidad, revela el concepto que la persona tiene de sí misma en lo concerniente a su sexo, su género y su orientación sexual. Este concepto se expresa en las características y valoraciones que la persona incluye cuando se describe a sí misma al responder la pregunta ¿quién soy yo?
La actividad sexual, por su parte, se refiere a la variedad de comportamientos que las personas realizan con el fin de activar el deseo, mantener la excitación, experimentar placer y obtener gratificación, independientemente de que culminen o no en el orgasmo.
Segundo, se confunden los términos sexo y género. El sexo se refiere a las características biológicas del cuerpo con base en las cuales se categoriza a las personas como hombres, mujeres o intersexo. El género es una característica sociocultural y se refiere a las normas sociales que establecen cómo deben ser y comportarse las personas por ser clasificadas como mujeres u hombres. Mientras los aspectos biológDdicos que se asocian a cada sexo no varían según el contexto histórico y temporal, las normas de género sí cambian, no se espera lo mismo de las mujeres y los hombres en Colombia que en Gana o en Suecia.
Tercero, se confunde identidad con el sexo, identidad con el género e identidad con la orientación sexual. La identidad con el sexo se refiere a la descripción y valoración que hace la persona de las características biológicas de su cuerpo sexuado; la identidad con el género, concierne a la descripción y valoración que la persona hace de sí misma cuando tiene en cuenta las normas sociales de género con las cuales puede o no estar de acuerdo; la identidad con la orientación sexual implica la descripción y valoración que hace la persona de sí misma cuando tiene en cuenta el sexo de las personas por las cuales descubre que se siente atraída eróticamente.
El gran malentendido es asumir que todos los seres humanos aceptamos y valoramos de la misma manera el sexo, el género y la orientación sexual. La evidencia indica que en cada persona estas tres dimensiones de la sexualidad se combinan de una manera única, de ahí que lo que nos caracteriza es la diversidad.
