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Una película animada basada en ‘El canto de las moscas’ de María Mercedes Carranza

Una lectura comparada del famoso poemario de Carranza y de una película animada a partir de ese texto.

por

Katalin Steiner

investigadora de la obra de María Mercedes Carranza


07.08.2024

Fotograma de la película "El canto de las moscas. La repetición de la violencia" dirigida por Ana María Vallejo.

Este texto hace parte del especial “El mundo es esto que miro: vida y obra de María Mercedes Carranza”. Para ver otros textos del especial, haga clic aquí

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El canto de las moscas: (versión de los acontecimientos) de María Mercedes Carranza ha tenido, desde su publicación en 1998, algunas adaptaciones plásticas. Me quiero concentrar en una: la película animada  El canto de las moscas. La repetición de la violencia (2021)  dirigida por Ana María Vallejo, et al. Se trata de un cortometraje colaborativo basado en el emblemático poemario El canto de las moscas. La película animada trasciende las dimensiones del arte visual para conmemorar y reflexionar sobre las memorias colectivas polifónicas y pluridimensionales llevadas a cabo tanto en Colombia como en el exilio, honrando, así, a las víctimas del conflicto armado.

El poemario

¿Quién fue María Mercedes Carranza?

Pero antes, hablemos del poemario. El canto de las moscas: (versión de los acontecimientos) aborda de manera poética y profunda las masacres ocurridas en Colombia en la década de los noventa. El legado de María Mercedes Carranza muestra la importancia de la poesía en medio del conflicto armado y en el periodo posterior al conflicto, donde a menudo faltan las palabras. 

En 24 poemas cortos, casi en forma de haikus japoneses, María Mercedes Carranza describe 24 masacres, asesinatos y desplazamientos forzados en toda Colombia en los años 90. Carranza logra expresar el sufrimiento y la tristeza colectivos con pocas palabras. Son poemas cortos y expresivos.

El poemario surgió a raíz del asesinato del líder liberal y amigo Luis Carlos Galán, el 18 de agosto de 1989 en Soacha. El poemario, publicado nueve años después, está dedicado a Galán: “A Luis Carlos: siempre”, así como su último poema 24 Soacha: “Puede ser Dios o el asesino: da lo mismo ya”. Otro motivo fue la intensificación de las masacres en la segunda mitad de la década de los noventa, y el despliegue paramilitar. Cada poema lleva el nombre de un lugar.

En una entrevista Melibea Garavito Carranza, hija de la autora, compartió la anécdota que María Mercedes Carranza cogió un mapa de Colombia y un lápiz, se sentó en su cama y seleccionó cuidadosamente 24 lugares asociados a estos dolorosos eventos, algunos de ellos muy conocidos, otros quizás elegidos por la sonoridad de sus nombres: Dabeiba, Vistahermosa, Pájaro etc. (Melibea 2024). En este sentido, la obra ofrece una dimensión temporal y espacial del conflicto armado. 

El poemario es una obra maestra que demuestra la habilidad lírica de María Mercedes Carranza para expresar la fragilidad de la vida, el dolor y la muerte en pocas y conmovedoras palabras. Esto se advierte en los motivos principales utilizados, como es el caso de la tierra y el agua —asociados normalmente a la vida— unidos a la sangre, la muerte y los pájaros negros, y exponen los efectos de la violencia.

La tierra desempeña un papel fundamental en los poemas Canto 5 Encimadas, 7 Tierralta, 10 Amaime, 13 Uribia, 17 Pore, 18 Paujil y 21 Taraira. La tierra es vida fértil y al mismo tiempo simboliza la importancia del territorio en el conflicto armado. No obstante, la tierra se convierte en una tumba que cubre los cadáveres y está llena de vida en descomposición. Los seres humanos caminamos por esta tierra y conmemoramos a las víctimas del conflicto, no deben caer en el olvido.

La metáfora del agua aparece en el Canto 4 Dabeiba y en forma de ríos y del mar en los Cantos 12 Pájaro y 16 Humadea. Sabemos que el agua dulce da vida, pero el mar también puede ahogar. Las personas asesinadas son arrojadas a las aguas. Por lo tanto, los ríos se convierten en ríos de sangre en la poesía de María Mercedes Carranza: “No son rosas, es la sangre que toma otros caminos”. Además, en el Canto 16 Humadea dice “Ríos quietos”, pero ríos quietos no hay. Este es el arte poético de María Mercedes Carranza, que parece bello a primera vista, pero cambia inmediatamente.

La tierra y el agua, que normalmente dan vida, se mezclan con la sangre, la muerte y los pájaros negros, que simbolizan a los perpetradores. Como en el Canto 4 Dabeiba, la sangre se tematiza también en el Canto 6 Barrancabermeja, donde dice “La sangre desangrada”, un verso con palabras de la misma familia gramatical para crear un efecto más intenso. En este sentido, María Mercedes Carranza nombra directamente a la muerte en los Cantos 8 El Doncello “la danza de la muerte” y en el Canto 17 Pore “La muerte pasa de mano a mano” así como en 19 Sotavento y 23 Cumbal. En el contexto colombiano, los pájaros negros implican los asesinos. Esto se puede ver principalmente el el último Canto 24 Soacha dedicado a Luis Carlos Galán: “Un pájaro negro husmea las sombras de la vida”. También se puede reconocer el pájaro negro en el nombre del lugar Pájaro del Canto 12. A pesar de la crudeza de los temas, sus poemas son breves, sutiles e interpretativos y capturan la esencia de la tragedia de manera poética. Cabe pensar que los pájaros también pueden ser palomas de la paz.

La película animada

Ahora, El canto de las Moscas. La repetición de la violencia (2021) fue dirigida por Ana María Vallejo y producida por su equipo de ocho profesoras y artistas colombianas que viven en Colombia, Alemania y la República Checa en un proceso colaborativo transnacional.

La película animada es una adaptación y transformación del poemario. Lleva el legado de María Mercedes Carranza a un nivel visual, sonoro y conmovedor. El proyecto plástico ofrece una experiencia audiovisual integral del conflicto armado. Se convierte en una obra que fusiona elementos animados, documentales, experimentales y narrativos, utilizando diversas técnicas y registros para dar vida a los paisajes devastados por la violencia del conflicto armado en el poemario.

El cortometraje dura 44 minutos y tiene una estructura tríptica, se divide en tres partes: mañana, tarde y noche, una idea que surgió del primer Canto 1 Necoclí que dice “Quizás, el próximo instante, de noche tarde o mañana”. Es más, la estructura de la animación se divide en 24 horas para los 24 poemas, lo que significa que cada animación de los 24 poemas dura algo más que un minuto, es decir, 44 minutos en total. Esto se asemeja a la incertidumbre, de que pudiera ocurrir una masacre cada hora en los años 90. 

En una entrevista con la directora Ana María Vallejo, las animadoras Cecilia Traslaviña y Bibiana Rojas Gómez y la sonidista Carolina Lucio en Bogotá el 9 de abril de 2024, el equipo presentó su proceso colectivo. La directora destacó que se sintió urgida a actuar ante el conflicto armado. Gracias a su iniciativa y a su investigación en la Biblioteca Nacional de Bogotá se formó el equipo de profesoras y artistas. La animación y creación de sonidos fue un proyecto colaborativo que incluye imágenes del archivo, las propias memorias de las artistas y el uso de la técnica de loops para dialogar entre las animadoras (Vallejo et al. 2024). El tríptico amplifica la voz poética de Carranza y construye una polifonía de memorias y duelos que resuenan universalmente.

Esta obra cinematográfica inspira a través de su forma artística y peculiar. En esta animación se combinan varios registros como dibujos, novelas gráficas, imágenes de archivo y de periódicos, materiales naturales como tierra y arcilla, sonidos de instrumentos, cantos y susurros, etc.,

 de manera que también transmite, con sensibilidad, la desolación causada por la violencia.

Por ejemplo, un carácter típico de las animaciones de Cecilia Traslaviña en los Cantos 7 Tierralta, 14 Confines y 23 Cumbal, es que la tierra se cubra y se descubra repetidamente sobre una superficie. Ríos, montañas y formas se dibujan en la tierra plana sobre una superficie con la cámara situada encima. Se abre un hueco, aparecen personas caídas y el agujero vuelve a cerrarse. También en la arcilla aparecen rostros de personas, motivos de las artesanías locales y símbolos como los pájaros y se vuelven a difuminar. Una escena fuerte que muestra la violencia es cuando emergen unas manos de personas afrodescendientes del Pacífico de la tierra, tratan de alcanzar el oro y vuelven a desaparecer. Los ríos se forman con agua, adquieren un color rojizo, se mezclan con hojas secas y se cubren de tierra. En la última escena Canto 24 Soacha, una de las más violentas, un hombre sin cabeza hecho de plastilina alimenta a un pájaro negro con su cabeza y su cerebro. En otras escenas también se dibujan escenas de personas desplazadas forzadamente y hogares destruidos, se mueven y vuelven a desaparecer.

Mientras que el poemario tiene un registro escrito, la animación tiene varios registros gráficos, plásticos y sonoros. Las nueve artistas han conseguido re-mediar, es decir, representar la violencia del conflicto armado, el dolor y las memorias colectivas del poemario con sensibilidad artística y han creado una versión nueva. Las dos obras son similares en el sentido de que se basan en los mismos poemas, y diferentes en su medialidad. El audiovisual tiene más registros.

La película animada ha recibido numerosos reconocimientos, incluyendo premios a nivel nacional, como el Bogoshorts en 2021, e internacional, como el premio alemán Kurzsuechtig en 2022 y AluCine Latin Film and Media Arts Festival en 2022, evidenciando su impacto y relevancia en la representación artística del conflicto y su contribución a las memorias colectivas polifónicas y multidimensionales en Colombia y en el exilio. Recientemente, la directora ha publicado un libro María Mercedes Carranza: Der Gesang der Fliegen – El Canto de las Moscas – Gedichtband und Buch zum Film (2023) con traducción al alemán.

Cuando usted vea la película, me gustaría hacerle algunas preguntas que invitan a la reflexión y la exploración: ¿qué sensaciones, percepciones visuales, sonoras y emociones despierta en usted esta película de animación?, ¿qué significado y representación personal le otorga a esta obra cinematográfica?, ¿qué nuevas perspectivas y formas de representar la violencia identifica en esta creación artística? Y, por último, ¿cómo cree que la influencia de esta película de animación impacta en la memoria individual y en las memorias colectivas en Colombia y en el exilio?

Al plantear estas preguntas, se abre la invitación para sumergirse en un viaje emocional y reflexivo a través de esta obra de arte audiovisual que trasciende las barreras del tiempo y del espacio, generando un diálogo profundo sobre la importancia de recordar, conmemorar y resignificar las narrativas de un pasado marcado por la violencia y el dolor. ¡Descubra y reflexione sobre la riqueza artística y emotiva de El Canto de las Moscas. La repetición de la violencia (2021) y permítase explorar las múltiples capas de significado que esta película ofrece a las memorias colectivas!

Re-mediar

Una cosa más. Quiero ahondar en el concepto de re-mediación, para pensar en la relación de estas dos obras. Este concepto procede de los estudios de los medios de comunicación. El término de la re-mediación se deriva del latín «remederí» y significa reparar, sanar o compensar. Sin embargo, el sustantivo «la remediación» todavía no aparece en los diccionarios oficiales. Cabe señalar que la re-mediación con guion es una propuesta propia para referirse a los cambios generados por los medios y sus lógicas en la sociedad y en entornos culturales. En este artículo, la re-mediación se entiende como nuevas formas de representar la violencia y la representación de un medio en otro medio.

Por un lado, la película animada re-media el poemario de María Mercedes Carranza, es decir, hace su propia propuesta en otro medio (el audiovisual) con varios registros (imágenes, dibujos, materiales artísticos, sonidos, canto). Por el otro lado, la película re-media la violencia del conflicto armado y hace parte de las memorias colectivas en Colombia y en el exilio.

El análisis comparativo entre el poemario y la película animada también se enriquece con el concepto de la transmedialidad. La película de animación puede definirse como el proceso estratégico y artístico para ampliar el poemario o el contenido transmedia sobre el conflicto armado. Mientras el poemario representa una versión de los acontecimientos de forma escrita, la película animada reinterpreta esta versión, desplegando diferentes plataformas de animación para crear un universo compartido en el que las estrategias de animación funcionan por separado y al mismo tiempo se complementan y se relacionan entre sí. Ya que cada poema animado cuenta con la colaboración de dos artistas, una para la animación inicial y otra para la técnica de loop, es decir, una animación de la animación, un intercambio entre las artistas (Vallejo et al. 2024).

También parece interesante analizar la intertextualidad en el poemario. Mediante esta práctica, los poetas entablan un diálogo con el patrimonio de la tradición literaria al retomar, reinterpretar y reformular los temas, motivos y formas de expresión de otros textos. De este modo, la intertextualidad en la poesía se convierte en un puente que conecta épocas, culturas y movimientos literarios, enriquece la experiencia poética y abre nuevas perspectivas tanto de análisis como de comprensión. Por ejemplo, María Mercedes Carranza menciona los versos de Julio Daniel Chaparro en el Canto 9, Segovia y la película animada cita el poema Si una noche cualquiera me encuentran muerto en una calle (1991) del autor en su propia voz.

Por su parte, la iconotextualidad en las producciones audiovisuales fusiona texto e imagen en un contexto iconográfico con varios registros, dando lugar a una combinación interesante. La iconotextualidad puede verse en la película animada en el Canto 8 El Doncello, donde el poema no se escucha en voz alta, se susurra o se canta, sino está escrito.

En una entrevista con el profesor Jerónimo Pizarro Jaramillo, de la Universidad de los Andes y cofundador del Archivo de María Mercedes Carranza, compartió que 

“la película remedia la violencia del conflicto armado colombiano a través de la animación, utilizando elementos visuales y sonoros para transmitir el impacto emocional y psicológico propio de toda violencia. […] La re-mediación de la violencia del conflicto armado a través de la animación permite una exploración más abstracta y simbólica de la violencia, en contraste con representaciones más directas y realistas. Esto permite abordar temas difíciles desde perspectivas que pueden ser más accesibles emocionalmente y crear ciertas experiencias inmersivas. […] No obstante, estos métodos conllevan el riesgo de traumatizar a las víctimas o de simplificar las complejidades del conflicto. Es crucial que tales proyectos se gestionen con sensibilidad y responsabilidad”.

(Pizarro Jaramillo 2024)

La película de animación re-media la violencia del conflicto armado al transmitir los 24 poemas con diversos registros y técnicas animadas. La película se basa en una adaptación del poemario y lo transforma añadiendo varios registros y diferentes técnicas de animación para traducir la violencia de forma sensible y artística. A pesar de las capturas de los pantallazos de la película utilizadas en este artículo, se enfatiza que estas imágenes son solo una representación parcial de la obra total, y se subraya la importancia de experimentar la película de forma íntegra para apreciar su profundidad y complejidad. Por eso es aconsejable ver la película, escucharla, sentirla y sumergirse en su profundidad y en su suspense. 

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Katalin Steiner

investigadora de la obra de María Mercedes Carranza


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