Por universidades pilas

El futuro de Ser Pilo Paga se define el sábado, luego de dos semanas de marchas de estudiantes que exigen más plata para las universidades públicas. Hablamos con Julián de Zubiría para entender si el fin del programa significa su salvación.

por

cerosetenta


17.10.2018

Tras las marchas de los estudiantes en las últimas dos semanas y los anuncios del presidente Iván Duque de que habrá en efecto más recursos para la universidad pública, el futuro del programa Ser Pilo Paga sigue en veremos. Ese fue precisamente uno de los reclamos de los estudiantes porque aunque se han beneficiado 40 mil estudiantes, la mayoría de los dos billones de pesos que ha costado el programa se ha ido a financiar a las universidades privadas que son las que más eligen los Pilos. Cerosetenta habló con el consultor en educación Julián de Zubiría y director del instituto Merani para entender si acabar Ser Pilo Paga puede ayudar a financiar la universidad pública.

¿Si se acaba Ser Pilo Paga se arregla la crisis de la Universidad Pública?

El problema financiero de las universidades públicas es estructural e histórico y por ello el que se acabe un solo programa no resolverá la crisis. Este es un país que invierte poco en educación y estamos viendo las consecuencias de ello.

Pese a lo anterior, se puede afirmar que el programa Ser Pilo Paga causó que la crisis de las universidades públicas se agravara coyunturalmente, ya que el gobierno no tenía los recursos para mantenerlo y tuvo que tomar recursos de la última reforma tributaria previstos inicialmente para la universidad oficial, particularmente los recursos del CREE y del incremento al impuesto del IVA.

Ser Pilo Paga va a ser considerado como el “florero de Llorente” de las marchas por la defensa de la educación pública en el país. Defenderla es defender la democracia. Los estudiantes se indignaron cuando se dieron cuenta de que mientras las universidades públicas estaban por completo desfinanciadas y literalmente se estaban cayendo, el gobierno optó por transferir el 88% de los nuevos recursos hacia las principales universidades privadas del país. Es una reacción comprensible. Lo mismo harían los hijos si supieran que sus padres les han dado a dos de ellos comida muy nutritiva, mientras que al 98% de ellos les dan agua de panela con pan.

¿Cuáles son los problemas de Ser Pilo Paga?

Ser Pilo Paga tuvo múltiples errores de diseño, los cuales surgieron de definir una política pública entre una universidad privada y el Estado, dejando de lado al país. El programa nunca fue llevado al Congreso, no se discutió con los partidos políticos, no estaba en el plan de desarrollo, tampoco en el plan Decenal. Fue un programa hecho de espaldas al país. Es así que, teniendo el país universidades públicas de tan alta calidad, fue equivocado transferir los pocos recursos hacia las pocas universidades privadas. Fue equivocado, como política regional, trasladar a los estudiantes a las capitales y fue equivocado para consolidar la paz, ya que ésta es esencialmente regional.

Al acabarse el programa Ser Pilo Paga no se va a acabar el grave y estructural déficit de las universidades públicas, pero su culminación será muy importante a nivel simbólico: Se acaba con un acto de profunda inequidad promovida desde el Estado.

¿Qué puede pasar entonces si termina?

Los recursos de Ser Pilo Paga le pertenecen a la educación y allí deben seguir. La sociedad no dejará que se trasladen hacia otros sectores. Lo que debe hacer el país es aumentarlos e invertirlos de mejor manera. Ante la suspensión del programa Ser Pilo Paga, el país tiene una oportunidad de oro: invertir esos recursos en las universidades públicas regionales para garantizar el derecho a la educación de más estudiantes, crear nuevos polos de desarrollo y construir la paz.

Con los mismos recursos, el país puede garantizar la educación de una población mayor, disminuyendo los costos de traslado y mantenimiento que genera el llevarlos a las grandes ciudades y a las universidades más costosas del país, y fortaleciendo nuevos polos de desarrollo. De eso se trata una política pública responsable: de construir desarrollo, equidad y paz. Un programa que seleccione y fortalezca universidades públicas, “pilas” y regionales nos ayudará a lograrlo.

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