Tanto las paredes quieren elevar una voz de protesta que ha sido brutalmente silenciada, como la Policía inhibir esa capacidad de expresión. La pelea es por la memoria en el espacio público.
En Colombia aumentaron los asesinatos de líderes sociales, autoridades indígenas, defensores de derechos humanos, ambientalistas, ex combatientes acogidos a los Acuerdos de Paz y también de civiles en enfrentamientos con la Fuerza Pública. Por eso, en ciudades como Medellín, Bogotá, Armenia, Pereira, Barranquilla, Cali, Duitama, Neiva, Concepción e Ibagué se alzan generosos graffitis para gritarlo: #NosEstánMatando.
En noviembre de 2019 empezaron con la #CampañaPorLaVerdad. Once organizaciones estamparon la pregunta ¿Quién dio la orden? con los rostros de ex miembros del Ejército involucrados en 5.763 ejecuciones extrajudiciales entre 2000 y 2010. El mural fue borrado por el mismo Ejército y la Policía. Algo similar ocurrió con los murales en memoria de Dilan Cruz, como contamos.
Un año después, las cosas pintan igual. Tanto las paredes quieren elevar una voz de protesta que ha sido brutalmente silenciada, como las autoridades inhibir esa capacidad de expresión.
Según Ana Renata, de Dexpierta Colectivo, que nace hace 9 años para combatir ante el olvido y denunciar, resistir, incomodar y transgredir en el espacio público con los rostros de quienes no están, estos letreros gigantes son así, más allá del componente estético, por su componente político: la disputa del sentido común en lo simbólico. Así define la serie que se desprende del clamor #NosEstánMatando, que se hace enorme como consecuencia del mismo borramiento y hasta de la criminalización de la protesta social.
“Se han pintado colectivamente. Mencionar a los involucrados va en contra de la naturaleza del ejercicio pero también pone la seguridad y la vida de la gente en riesgo”, anticipa. Ya les pasó: cuando hicieron el mural de la #CampañaPorLaVerdad, las autoridades allanaron sitios de trabajo y se llevaron cámaras, computadores y hasta aerosoles, carteles, pinturas y pinceles. “¿Qué pueden hacer con todo eso?”, se pregunta la activista, “aseguraron que era material de propaganda subversiva, cuando en realidad fue un ejercicio artístico, por supuesto crítico, que en ningún momento daba para estigmatizar asegurando que éramos guerrilla”.
Dice que esto muestra que el arte sigue siendo un arma para impactar a la ciudadanía, tanto que hace que las autoridades se vuelquen a perseguir artistas. Además, asegura que estos murales sirven para difundir los mensajes que los medios no comunican. Las paredes, entonces, están para decirlo. Y aunque los borren, ir y volverlos a pintar es también resistencia. “Ese espacio público también es nuestro y es posible dejar un mensaje completamente claro de la realidad en que vivimos”.
Este es el recuento:
Medellín, Antioquia
Instalado en una vía del sector Tricentenario, antes de llegar por la paralela a la Estación Acevedo. El mural mide más de 250 metros y fue elaborado por más de 70 artistas y grafiteros de la ciudad. Hasta el momento, las autoridades no lo han intervenido. A propósito se pronunció Crew Peligrosos, con un hilo en el que cuestionaron públicamenteal Gobierno actual: “¿Quién nos cuida o nos protege? Esa es la gran pregunta cuando hemos visto cómo la fuerza pública (Policía Nacional de Colombia y el Ejército de Colombia) también hacen parte de la manera macabra como el pueblo está siendo asesinado”.
Pereira, Risaralda
El mural fue instalado en uno de los costados del Centro Comercial La 14, entre la carrera 10 con calle 15. Horas más tarde fue tapado por las autoridades. Lo volvieron a pintar. Las autoridades lo volvieron a borrar. Esta es la tercera vez que lo repiten.
La Presidenta de la CUT de Risaralda cuestionó la justificación de las autoridades para borrarlo: “¿Cómo que la frase Nos están matando puede incitar a la violencia?”, escribió en su cuenta de Twitter. “Este es el pensar de la Administración de Carlos Maya y su Secretario de Gobierno, Álvaro Arias. Al parecer no le gusta que digamos la verdad. Nos están matando por pensar diferente, por ser mujer, joven, indígena, sindicalista, etc., etc. Yo pregunto más bien, ¿por qué guardan un silencio cómplice frente a estos hechos?”.
Bogotá, Cundinamarca
En la capital han hecho varias intervenciones. Una fue en Suba, al noroccidente de la ciudad, a la altura del puente de 21 Angeles. Otra fue en el sector de apogeo, antes de llegar a Bosa, donde la Red Popular de Derechos Humanos denunció que la Policía realizó un procedimiento irregular en contra de los jóvenes que estaban pintando el mural, incurriendo en el uso excesivo de la fuerza e incumplimiento a las normas de bioseguridad.
Pero en Bogotá no solo han querido hacer gigantes los murales de #NosEstánMatando. En el piso del Parque Nacional instalaron un enorme letrero que decía “Resistimos a sus balas sin olvido”, una acción realizada durante la Jornada cultural y de movilización desarrollada, entre otras organizaciones, por El gran latido sound system, el Proceso de Comunidades Negras PCN en Colombia, Pacifista!, Échele cabeza y la Red Comunitaria Trans. Lo hicieron con el liderazgo de lo que ellos denominan una Articulación Antimilitarista conformada por Dexpierte Colectivo, MAL Crew Bogotá y Tribu Laches.
En el último mes pintaron otros dos gigantes, uno en la Calle 26 que dice “País Indolente” y otro sobre la Carrera 30, en el viaducto, que dice: SOS GENOCIDIO COLOMBIA.
Barranquilla, Atlántico
En la vía Cuarenta varios jóvenes se animaron a pintar el mural y en medio de esto llegaron las autoridades e impusieron comparendos. Poco tiempo después, las autoridades lo borraron. Pero hasta ahí no llegó la iniciativa, el joven activista Reynaldo Torres aseguró y mostró en su cuenta de Twitter cómo rodaría el mensaje por cualquier medio, con una foto que enseña billetes sellados con el mismo mensaje.
Armenia, Quindío
En la entrada del barrio Santa Rita de la capital del Quindío, cerca de 30 personas entre artistas y voluntarios pintaron el mural. Fueron convocados por el Colectivo Lisérgico, uno de los más activos de la región quienes, detrás de esta iniciativa, advirtieron que la pintura rechazaba de manera contundente las masacres que se han cometido, sobre todo en estos últimos dos años. Reivindicaron también con esta acción una forma de protesta pacífica. La convocatoria, además, la hicieron a través de redes sociales aunque en el sitio se sumaron vecinos del barrio apoyando su realización.
Concepción, Santander
🇨🇴 #Nación ¡ Qué tal Esto !#Concepción, #Santander La #Policía y el Alcalde multaron a una ciudadana que en su casa dibujó un mural que decía : Nos están matando, quién dio la orden?
Este caso es distinto. Una ciudadana pintó en su casa el letrero #NosEstánMatando y la Policía, por orden del Alcalde, la multó. En un video ciudadano, ella enseña el procedimiento de la Policía mientras se identifica, y advierte: “Tengo a la inteligencia por un letrero que puse. A mí me duele el país, me duele que maten a mis amigos que mataron [sic] en Puentes, en Cali, en el Chocó, en Nariño y en todo lado, ¿y no puedo poner un letrero que diga que no nos maten?”. Después deja en evidencia cómo ella misma se siente perseguida por las autoridades.
Duitama, Boyacá
El mensaje en Duitama fue otro e hizo parte del eco de #NosEstánMatando. En este caso, los jóvenes pintaron un muro con cerca de 70 metros de largo en el que dicen: ‘NO MÁS GUERRA PARACOlombia’.
Neiva, Huila
Según anunció el alcalde Gorky Muñoz Calderón junto a la gerente de las Empresas Públicas, Gloria Constanza Vanegas Gutiérrez, en el departamento construirán el mural más grande en la historia de Colombia, exactamente con 5 kilómetros en total. Pero otro mensaje se alzó paralelo: tres organizaciones instalaron dos murales de protesta. Reiniciar, Severa Flor y el OBSURDH pintaron al lado del Cementerio Central la reproducción de ¿Quién dio la orden?, interviniendo los números de ejecuciones propias del Departamento. Al mismo tiempo, y como parte de su iniciativa en la Semana por la Paz, pintaron también un mural en contra de los feminicidios ocurridos en la región. Las autoridades lo han tapado una y otra vez, este no es el primero, pero luego aparecen colectivos con el ánimo de hacerlo nuevamente.
Ibagué, Tolima
Un colectivo de jóvenes se sumó a esta iniciativa y plasmaron el #NosEstánMatando entre varios artistas urbanos de la ciudad y en contra de las masacres. Definieron su intervención como una contestataria frente a todas la violencia ocurrida a lo largo del año en Colombia. “Unidxs somos más poderosxs, mucha resistencia y aguante para todxs. Las calles son nuestras” fue lo que escribieron en la muestra de su intervención urbana.
Cali, Valle del Cauca
Aquí pintaron el mensaje “Paren las masacres, vencerá la vida”, que todavía no ha sido tocado por las autoridades. Se realizó durante el Festival del mural en Cali, en la Calle 25 entre carreras 1a y 5a, en el antiguo ferrocarril. Participaron varias organizaciones sociales y junto al mensaje dejaron el rostro de Juliana Giraldo, la mujer que falleció luego de recibir un disparo de un soldado del Ejército, en Miranda, Cauca.