Mientras la biología se emplea como argumento para excluir a personas trans y no binarias, la ecóloga Brigitte Baptiste reflexiona sobre el concepto de ‘Naturaleza Queer’ en cuya filosofía no cabe la discriminación.
“Los seres humanos somos objeto indeterminado persistente”.
Desde hace algún tiempo hemos visto cómo feministas transexcluyentes y grupos políticos de derecha invocan a la biología, como si evocar esta disciplina les diera carta blanca para deshumanizar y excluir a personas con experiencias de vida trans o no binaria. Sin embargo, cuando se examina de cerca lo que la biología ha estudiado sobre diversidad de especies y la manera en la que se conforma el sexo en los humanos, nos encontramos con hallazgos fascinantes que se escapan de lo binario y que nos hacen preguntarnos por qué cómo sociedad hemos escogido una matriz rígida y prescriptiva como “lo de machos” y “lo de hembras” para perpetuar prejuicios e ideas de opresión.
Click acá para verEso, que suena a aforismo alquímico, hace parte de la reflexión sobre la ecología o naturaleza queer de la bióloga Brigitte Baptiste, y quiere decir, palabras menos, que somos maleabilidad pura. El estudio de la ecología le ha permitido entender que hay escuelas de pensamiento obsesivas con la ontología, es decir, con la necesidad de nominación y descripción de identidad de los seres vivos. Pero eso, dice, no es lo más importante en la naturaleza. “Lo más importante es la plasticidad genética, de comportamiento y de los atributos biológicos que no necesariamente están definidos”.
En 2018 Baptiste nos recibió como directora del Instituto Humboldt para hablar sobre la visibilidad de las mujeres científicas en Colombia. Aquella vez nos dijo que el tema de la participación paritaria en distintas áreas de conocimiento no es realmente plural si no se tienen en cuenta a las personas trans o no binarias en la discusión. El mismo trasegar suyo, de ser una mujer transgénero que ha dedicado más de un tercio de su vida al ejercicio pedagógico de la ciencia, la ha llevado a pensar que la aplicación de teorías estrechas sobre la naturaleza marginan la construcción de vida social.
Hoy es directora de la Universidad EAN, después de una larga trayectoria que incluye un periplo en la región Amazónica y andanzas por el territorio colombiano investigando su biodiversidad. A raíz de la discusión generada por el episodio de Womansplaining · ¡No metas a la biología en esto! ·, sobre por qué se acude a “la biología” como argumento para excluir a personas trans y no binarias, decidimos traer de vuelta las palabras de Baptiste con su autorización.
Baptiste cree que en la sociedad habita una obsesión, muy propia de la taxonomía, por precisar, constreñir y contener: “Insistimos, por ejemplo, en que la mujer y el hombre son objetos puros, ontológicamente definibles y fijos en la Historia, pero así estamos acabando con la capacidad de reflexión sobre nuestros propios roles desde un lugar extremadamente destructivo y que inhibe la capacidad de adaptación de lo humano, que es siempre cambiante física y culturalmente”.
En esta charla, Baptiste enfatiza en el concepto de naturaleza queer con el que propone que las definiciones rígidas sobre género —que provienen de la violencia TERF, es decir, de las Feministas Radicales (o no) que se muestran Trans Excluyentes— comprometen integridades elásticas. Para Baptiste la ecología es una gran fuente de pensamiento filosófico que ha sido malinterpretado y del que se ha echado mano buscando una pretendida estabilidad. Con eso, dice ella, el discurso de la ecología se usa para discriminar e inhibir las capacidades dúctiles y blandas que permiten moldear con libertad.
*Esta entrega hace parte de Perifonea: voces ultravioleta, un especial periodístico con una serie de entrevistas a mujeres con una voz notable en el panorama político, social, cultural, académico, entre otros.
