El Castillo de las Artes, que antes era un prostíbulo, es un lugar para ser, para celebrar el arte y la existencia de las personas que encuentran aquí un espacio seguro para la juntanza y la reivindicación de los derechos a la cultura; que se resignifican día a día a través del canto, la danza y el diálogo en un Castillo que ha sido testigo de lo difícil y doloroso que es, muchas veces, ser en Bogotá.

Este reportaje fue realizado para la clase de Sonido de la Maestría en Periodismo de la Universidad de los Andes.

COMPARTIR ARTÍCULO