Esa juventud que pone de su coraje y su cuerpo para transgredir la heteronormatividad es protagonista de esta historia. Bailan para hackear los estereotipos de ese supuesto orden establecido en un país tradicionalmente conservador.
En Colombia, para contener la defensa de derechos humanos, se han cometido crímenes de Estado. A las más recientes movilizaciones sociales que duraron casi el cuatrienio de un gobierno se sumó con brío una generación que resiste desde el discurso: nos quitaron tanto que nos quitaron el miedo y lo demuestra poniendo el cuerpo.
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Con el baile fue como jóvenes buscaron mitigar la represión de la fuerza pública. Ese es su acto político: ante las armas, piel.
Esa generación de activismo escénico enseñó cómo oponerse a un estado de cosas. Durante largas jornadas de arengas y gritos de rechazo, la incursión de sus cuerpos disidentes entre cientos de personas lució como el camino entre el agua por el que caminó un pueblo: la posibilidad de otra tierra, sin espantos, para todxs. El maquillaje, el vestuario, las siluetas y la vivacidad en sus rostros demuestran el poder de la expresión pacífica en un país que está acostumbrado al enfrentamiento feroz.
En este especial periodístico coordinado por FesComunicaciones y editado por Pere Ortin, presentamos tres biografías de algunxs de ellxs que, desde el drag, el voguing y la fiesta, encuentran sentido para reivindicar agendas íntimas. Myth Drag Queen, Sol Tornasol y Laika Tamara hablan sobre cómo hacen lo que hacen, en qué circunstancias y con qué carácter cuentan para sobreponerse a un contexto que, silenciosamente, es represivo y censor.
✹ Este introducción hace parte de SIN BAILE NO HAY REVOLUCIÓN, uno de los 18 relatos del especial periodístico JÓVENES CON DESTINO en el que 16 mujeres de Latinoamérica y el Caribe escriben sobre subjetividades políticas. Este especial fue apoyado por el programa de medios y comunicación de la Friedrich-Ebert-Stiftung en Colombia.