«Arte y cárceles», así se llama la clase de Lucas Ospina, profesor del Departamento de Arte Universidad de los Andes, en la que los estudiantes se atrevieron a hacer teatro y foto novelas con reclusos de la cárcel Modelo de Bogotá. “Ninguno tiene beneficios penales en su condena. Algunos se equivocaron y con otros se equivocó el sistema, pero todos son personas complejas con mucho que ofrecer”, dice Ospina. La Cuarenta es el resultado de este esfuerzo conjunto y tres de sus montajes fueron presentados el martes 11 de octubre en el marco de la Semana de las Artes y las Humanidades

De los reclusos sale una historia que los estudiantes convierten en guión, y más tarde, en foto novela dibujada. Tienen tres montajes escritos y se han presentado nueve veces durante los dos últimos años. Cada puesta en escena es una oportunidad para hablar de derechos, de la situación penitenciaria en Colombia y de la vida en la cárcel. Es también, una ocasión para salir y ver, desde el escenario, a sus familias en el público.

Ramiro cumplió más de la mitad de su condena y obtuvo el beneficio de prisión domiciliaria para estar con «La Monita», su esposa. Misael, gracias a su buena conducta pudo visitarlo quince días con un permiso especial. Libertad a Domicilio es la primera foto novela que produjo La Cuarenta.

“Quiero enviarle un saludo a mi abuelita, que está en el público y la semana pasada cumplió 80 años”, dijo uno de los reclusos mientras se despedía entre aplausos. Los integrantes del grupo Abrakadabra, cumplen condenas por delitos sexuales y no tienen ninguno de los privilegios que otorga el sistema judicial. Las funciones de sus montajes son las únicas oportunidades que tienen para re encontrarse con sus familias.

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