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Cinco desafíos para la libertad de prensa en Colombia

Una periodista asesinada. Más de 300 casos de agresiones a la prensa. Políticos que señalan periodistas, que dicen cuáles ‘son buenos y cuáles malos’. Una pauta estatal a dedo. Jueces que obligan a  revelar fuentes. Un presidente experiodista que pudo hacer más por la prensa. Análisis del Director ejecutivo de la Fundación para la Libertad de Prensa.

por

Pedro Vaca


08.02.2018

Ilustración: María Elvira Espinosa Marinovich

El informe anual de la Fundación para la libertad de prensa (Flip) de 2017 se llama Estado depredador. Lo que queremos es recoger episodios de censura en 2017 y situarlos sobre quiénes son los censuradores y exponer, cuando el censurador es un funcionario público, que esto tiene doble reproche. Porque en 2017, todos los poderes públicos –ejecutivo, legislativo y judicial– de alguna manera afectaron la libertad de prensa en Colombia.

El primer capítulo está dedicado al presidente de la república, Juan Manuel Santos, el cual más que un balance de 2017 es un balance de todo su gobierno y cómo en distintos episodios Santos, que se plantea como un experiodista, cuando se veía en situaciones críticas o de cuestionamientos, afectaba la libertad de expresión.

070 RECOMIENDA...

El informe sobre la situación de la Libertad de prensa en Colombia para 2017: 'Un Estado depredador de la libertad de prensa', de la Fundación para la libertad de prensa (Flip)

Click acá para ver

El informe recorre los casos más emblemáticos del año en términos de obstrucciones al ejercicio periodístico: las agresiones y la violencia sexual a periodistas mujeres, la Corte Constitucional versus la libertad de expresión en la red, las agresiones de la fuerza pública contra periodistas, la violencia contra lo medios indígenas, la falta de transparencia en la pauta estatal,  la poca efectividad de los mecanismos de protección y un conglomerado de cifras que encienden todas las alarmas en términos de riesgos para la libertad de prensa.

Por eso acá están cinco de los principales desafíos que tiene que enfrentar la libertad de prensa en colombia para 2018.

Un compromiso de los políticos con la libertad de prensa

Este es un año de elecciones. Y en este contexto, algo que no es nada vanguardista y que es un acuerdo básico, es que al renovarse el congreso y la presidencia estos liderazgos políticos deben situarse del lado de la libertad de prensa. Yo quiero ver sectores de izquierda y de derecha, de todas las tendencias políticas, que controviertan en lo público sin necesidad de atacar o estigmatizar a la prensa. Que los ciudadanos presionen para que sus líderes sean personas que cumplen estos mínimos democráticos.

Reformar  el sistema de protección a periodistas en Colombia

El sistema de protección a periodistas es un sistema completamente ineficaz y muy lento.  Es  bueno que exista, por supuesto, pero desde la Flip no queremos una prensa escoltada. Queremos una prensa libre. Esa es la dirección en la que creemos que debe llevarse esto, Colombia lleva 17 años protegiendo en un enfoque policivo a las personas que están en riesgo, entre esas a los periodistas. Si llega una amenaza el Gobierno lo que hace es poner un carro blindado, con unos escoltas y unas armas, pero eso no es una prensa libre.  Hay que preguntarse cómo la protección se entiende como una  protección integral, y Colombia tiene mucha experiencia en eso. La discusión es cómo proteger desde una perspectiva holística e integral que involucre a autoridades nacionales y regionales,  que no  sea un programa exclusivo del ejecutivo sino que participe la Defensoría del pueblo, la Procuraduría de una manera orgánica donde la justicia llegue.  De nada sirve que se asignen medidas de protección cuando los factores de riesgo siguen rondando las salas de redacción. Pasa lo que sucedió con Luis Carlos Cervantes, que en el momento en que quitan el esquema de protección lo matan.

Esta es una deuda que se tiene con el periodismo y ojalá este pueda ser un año en el que se salde, sobre todo porque este esquema puede ser replicable a otros grupos poblacionales como líderes sociales y defensores.

Esperamos que toda la arquitectura de la justicia transicional esté pensada en clave de transparencia para que los periodistas puedan tener acceso a la información

Justicia transicional

Acá hay tres temas. Primero, nosotros esperamos que la justicia transicional asigne responsabilidades y aclare hechos de violencia contra la prensa  en el marco del conflicto armado. La violencia contra la prensa debe  tener un abordaje especial desde la dimensión de la libertad de expresión por parte de la justicia transicional, en la comisión de la verdad y la jurisdicción de paz.

El segundo reto acá está en los medios y tiene que ver con la tragedia actual de no revictimizar a las víctimas en el abordaje noticioso. Los medios tienen que prepararse  para que el interés legítimo de la sociedad sobre cómo va la justicia transicional no termine en acciones de revictimización. Es una situación paralela a la de exigirle político que asuma las críticas porque ser un personaje público ser una persona pública. Una víctima, en cambio, no elige su condición.  

El tercero es que 2018 va a ser clave para la estructuración de procedimientos de la comisión de la verdad. Hasta ahora hay  instrumentos legales que crean estos organismos y que designan quiénes van a ser los magistrados, pero al final las etapas reservadas y públicas, los niveles de  cubrimiento van a variar con lo que llaman los ‘Procedimientos’. Nosotros venimos de una pesadilla en términos de cubrimiento periodístico que fue la ley de justicia y paz. Lo que había era una fase reservada que se llamaban ‘Versiones libres’, las cuales duraban mucho tiempo y eran inaccesibles. Casi que a los periodistas les tocaba filtrar la información.  Ahí lo que queremos plantear es que hay casos en los que este tipo de diligencias pueden ser reservadas, pero es claro que si la sociedad está siendo condescendiente con los victimarios, aplicando penas alternativas, esto sólo puede ser a cambio de mayor verdad. Y mayor verdad no es sólo  lo que digan las instancias de justicia y paz, sino el cubrimiento y la discusión pública a través de su funcionamiento. La apertura debería ser la regla y no la excepción. Desde la Flip esperamos que toda la arquitectura de la justicia transicional esté  pensada en clave de transparencia para que los periodistas puedan tener acceso a la información.

Publicidad oficial

Se requiere de un Congreso decidido por la democracia para que haya criterios claros y para que haya transparencia. Si la Contraloría dice que siete de cada diez contratos de  publicidad oficial son por contratación directa estamos hablando que ahí hay un nivel altísimo de discrecionalidad. Y eso es algo que se debe reducir. No se trata de eliminar la pauta, se trata de que para todos los ciudadanos y para todos los medios sea transparente cómo se está haciendo. Los medios están acostumbrados a como funciona la pauta oficial, eso se ve especialmente en los medios regionales. Yo creo que esto va a ser difícil en una primera etapa para los medios, porque es algo que afecta los ingresos. Pero creo que en el mediano plazo es liberador, porque debe ser muy jarto para un medio, que quiera informar, poder recibir un contrato de pauta y tener que estar pensando si publica o no una denuncia sobre quien le está dando la pauta.

Si los medios y los periodistas  ven la discusión de pauta, a mediano plazo como un ejercicio liberador, esto tendría mucho sentido.

Hay al menos 6,9 millones de colombianos que viven en lugares donde no se produce información local, sobre los asuntos locales. Esto es gravísimo

Zonas en silencio

Hay medios que están en un nivel de desarrollo y cubrimiento muy alto, sobre todo en las grandes ciudades, y al tiempo hay ecosistemas mediáticos muy precarios en varias zonas del país donde no hay casi medios de comunicación. Esto tiene una correlación alta con el conflicto armado y es a lo que nosotros llamamos el país silenciado. La conclusión es que hay al menos 6,9 millones de colombianos que viven en lugares donde no se produce información local, sobre los asuntos locales. Esto es gravísimo. Uno de los retos  acá es cómo activar la información en estos lugares y otro es cómo incentivar que los medios nacionales despierten interés por el cubrimiento de temas locales.

Una ñapa

Hay una pregunta recurrente en la Flip: ¿Cómo llevamos los temas de libertad de expresión a una apropiación social importante? La polarización del país ha llevado a que la verdad no sea importante. Es importante sólamente si este contenido que yo veo confirma o no lo que yo creo, ataca o no a quien yo apoyo, etc. Esto es un laboratorio de fermentación de contenidos falsos ideal: si la gente no cree en la verdad, si la gente no se interesa por lo que pasa sino por lo que otros opinan que pasa, es una sociedad que  toma un rumbo muy emocional y poco realista.

Y esto tiene que ser una política de los nuevos políticos que entran en este periodo electoral. Porque el reto acá es cómo contagiar a los ciudadanos que el derecho a la libertad de prensa, a la libertad de expresión y a la información son valores importantes en una sociedad.

 

* Pedro Vaca es el Director ejecutivo de la Fundación para la Libertad de Prensa – Flip.

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