‘Battles for Belonging’: sobre la resiliencia, transgresión, conformismo y lo que implica ser mujer en un mundo de hombres

El nuevo libro de la investigadora Sandra Sánchez-López narra la historia de cinco mujeres pioneras en el periodismo colombiano de mediados de siglo.

por

Isabella Mejia Michelsen


06.05.2024

En años recientes, las luchas por la igualdad han ganado especial protagonismo en la sociedad colombiana y los medios de comunicación, incluyendo aquellas luchas por el lugar de la mujer en la sociedad. En este contexto, la historia de cinco mujeres que labraron un espacio propio en el periodismo y la esfera pública casi exclusivamente masculinos de la Colombia de mediados del siglo XX está más vigente que nunca. Esta es la historia que narra Sandra Sánchez-López en el libro Battles for Belonging: Women Journalists, Political Culture, and the Paradoxes of Inclusion in Colombia, 1943-1970.

Sánchez-López es una investigadora que se ha enfocado en el estudio de la historia de los medios en América Latina, con énfasis en las dinámicas de poder asociadas a estos y los movimientos de resistencia (particularmente en temas de raza y género) que surgen a su alrededor. Es profesora del Centro de Estudios en Periodismo de la Universidad de los Andes, donde forma a sus estudiantes en el análisis crítico del poder en los medios; precisamente a lo que dedica su nuevo libro. 

Este hace parte de la colección Social Movements in the Americas, editada por el historiador y académico colombiano Ricardo López. Se publica inicialmente en inglés –a pesar de tratar sobre la historia de un país de habla hispana y de tener una autora cuya lengua nativa es el español– debido a la convicción de López de la importancia de que las voces latinoamericanas sean escuchadas en el contexto de la producción académica latinoamericanista en el extranjero. También obedece al mayor dinamismo del mercado editorial académico en países de la angloesfera, añadiendo otra capa de complejidad a las dinámicas de poder dentro y alrededor del libro. 

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Battles for Belonging retrata la lucha por la inclusión de las mujeres en la Colombia de mediados de siglo, a lo largo de tres décadas que fueron claves para nuestra historia como país: los años 40, 50 y 60. Lo hace a través del análisis de cinco publicaciones periódicas elaboradas por mujeres: Mireya, de Josefina Canal y Mercedes Triana; Agitación Femenina, de Ofelia Uribe; Mundo Femenino, de Mariaurora Escovar; Verdad, también de Ofelia Uribe; y Mujer, de Flor Romero. La investigación evidencia una riqueza singular de fuentes, que incluye no solo los contenidos de los periódicos mencionados, sino también la examinación de archivos universitarios y académicos, archivos personales y familiares y, quizás lo más valioso de todo, testimonios orales de algunas de estas mujeres, sus familias y sus colaboradoras. 

A lo largo de cinco capítulos, Sánchez-López describe los esfuerzos de estas mujeres para crear prensa femenina y, a través de ella, labrar un espacio para las mujeres en la esfera pública, con todas las dificultades y resistencia que esto implicaba en una sociedad de mediados de siglo machista, violenta y parroquial. Esto las obligó a encontrar sus propias formas de irrumpir en espacios hasta ese momento considerados exclusivamente para hombres, al tiempo que buscaban diferenciarse de la prensa masculina con elementos novedosos que rompían reglas y paradigmas del periodismo de la época. Como elemento transversal, el libro continuamente reconoce y resalta el poder singular que blandía la prensa escrita para moldear el imaginario colectivo y los ideales de la nación colombiana de mediados de siglo.

Lejos de quedarse en un análisis complaciente y unidimensional, Sánchez-López dedica una porción importante del libro a examinar las contradicciones embebidas en la lucha por la igualdad que libraron estas mujeres. Estas incluían la instrumentalización de estructuras dinámicas de clase (e, indirectamente, raza), así como de roles y valores tradicionales femeninos que reforzaron al mismo tiempo que los resignificaron. 

Esto resultó en la inclusión exclusiva de un grupo específico de mujeres (de “buena” familia, con educación profesional, que conformarían una naciente clase media) que encarnan estas características inherentemente femeninas que las convierten en actores idóneos para incidir en la esfera pública colombiana, entre las cuales destaca la “respetabilidad”. Esta inclusión, a su vez, vino a expensas de reforzar la exclusión de otros grupos marginados. Como explica Sánchez-López, “los periódicos femeninos podían simultáneamente rechazar y aceptar normas y prácticas jerárquicas, y esto incluía rechazar algunos prejuicios de género y también aceptar la mayoría de divisiones de clase”.

En este sentido, Battles for Belonging logra retratar los ideales tremendamente conservadores y esencialistas que, como producto de su época, persistían enraizados incluso en algunas de las mujeres más transgresoras y progresistas del momento. Estos van desde una visión del trabajo doméstico como “inmoral” –aunque, paradójicamente, estas mujeres dependían de las trabajadoras domésticas para poder dedicarse a otros oficios más “respetables”–, hasta una marcada condescendencia hacia la población pobre y campesina. Las abundantes paradojas se ilustran a la perfección en el caso de la anticoncepción, defendida en la prensa femenina como vehículo para la emancipación de la mujer, al mismo tiempo que estos periódicos reafirman continuamente el rol reproductivo de la mujer –realizado a través del matrimonio y la crianza– como su principal misión en la vida.

Al final, con todas sus contradicciones, la prensa femenina consiguió insertarse como un actor en la esfera pública del país, aportando a la construcción de una clase media en Colombia y un nuevo ideal de la identidad nacional alrededor de esta. Este logro, producto de una continua batalla cuesta arriba, es especialmente impresionante en el contexto de una época donde las mujeres aún debían justificar su derecho al voto. Las mujeres en Colombia ni siquiera tenían cédula; su inexistencia ante el Estado como sujetos políticos era absoluta.

El gran logro de estas mujeres no fue conseguir un espacio dentro del paisaje periodístico masculino, sino hacerse por sus propios medios con una ciudadanía que el Estado les negaba, y así convertirse en actores políticos que contribuyeron, como lo demuestra Sánchez-López, a la construcción de país e identidad nacional. Como afirma en el libro, “[la] batalla de las mujeres periodistas dentro de la cultura de prensa existente era una lucha por su existencia social y política”.

Battles for Belonging nos deja lecciones valiosas sobre las luchas por la igualdad y la inclusión que siguen vigentes hasta el día de hoy. La primera es que, por muy tenaces y capaces que sean las poblaciones que libran esas luchas, es difícil que lleguen muy lejos por sí solas: la ayuda de aliados en posiciones de poder político o económico, así sea tangencial, no deja de ser clave. Aunque en el libro es evidente que la mayoría de puertas eran abiertas por mujeres para mujeres –una sororidad que incluso trascendía las divisiones partidistas y que es ilustrada a la perfección en la cooperación para difundir las publicaciones en otras ciudades e incluso otros países–, destacan los casos de la ayuda para la financiación de Mireya y Mujer por los esposos de Canal y Romero, respectivamente, y el importante apoyo que le dio Luis Gabriel Cano a Flor Romero para dar sus primeros pasos en el mundo del periodismo (incluyendo su formación profesional). Así mismo, el apoyo de hombres a las causas promovidas por la prensa femenina, evidenciado a través de cartas al editor, no deja de ser un elemento clave para la incidencia que estos periódicos lograron alcanzar en el foro público. 

La segunda lección es que el progreso nunca es lineal, y no por eso hay que perder el impulso ni la esperanza. La inclusión de las mujeres a lo largo de las tres décadas visitadas en el libro sufrió varios retrocesos (encontré especialmente descorazonador el cierre de las primeras escuelas de periodismo cuando los hombres empezaron a verlas como una amenaza). Así mismo, las cinco publicaciones examinadas fueron efímeras, exentas de la durabilidad propia de varios medios hegemónicos de la prensa masculina. Sin embargo, nada de esto convierte las luchas de estas mujeres en algo fútil; al contrario, sus profundos efectos en la esfera pública y la inclusión de las mujeres resaltan que un logro no tiene que ser duradero para tener un efecto permanente. Hoy seguimos sintiendo los coletazos de la desestabilización de un orden construido exclusivamente por y para hombres que lograron estas mujeres periodistas.

El gran logro de estas mujeres no fue conseguir un espacio dentro del paisaje periodístico masculino, sino hacerse por sus propios medios con una ciudadanía que el Estado les negaba

Por último, y creo que esta es la lección más importante, Battles for Belonging nos enseña que las luchas por la igualdad y la inclusión siempre son luchas imperfectas e incompletas. No por esto son menos valiosas. Cada triunfo gana una batalla, pero nunca gana la guerra, porque es imposible pelear en todos los frentes al mismo tiempo. Parafraseando a Sandra Sánchez-López en el lanzamiento de su libro: en el juego del poder y la resistencia se crean por necesidad espacios de negociación. Como explica en el libro, “desafiar las normas imperantes en los medios y la cultura política existente [conlleva] negociaciones, concesiones y aprobación”. 

Me quedo con muchas frases del libro, pero creo que ninguna es tan poderosa y tan ilustrativa del estilo matizado e incisivo de Sánchez-López como esta: “El poder no es necesariamente ordenado, ni tampoco es siempre vertical”.

Battles for Belonging relata, analiza y critica los esfuerzos de estas mujeres periodistas, pero, sobre todo, los reivindica, después de que han permanecido en gran medida ignorados por la academia y los recuentos históricos sobre la época. Como dijo Sánchez-López en el lanzamiento, este libro “es sobre valentía, persistencia y paciencia, incluso después de la muerte”. Es un libro sobre resiliencia, sobre perseguir proyectos por muy alto que sea el costo, solo porque creemos en lo importante que es hacerlos a pesar de todo. 

Pero, más que nada, este es un libro sobre la historia universal de las mujeres, y cómo desde años inmemoriales, y todavía hoy, luchamos continuamente por abrirnos espacio a codazos en un mundo hecho por y para hombres. Como las mujeres valientes del libro, libramos día a día –de formas más y menos confrontacionales– batallas por nuestro derecho a pertenecer a espacios donde solo los hombres tienen cédula y derecho al voto, labrando un lugar propio con las uñas y de manera imperfecta pero persistente. Battles for Belonging ilustra las dificultades de navegar esta lucha por insertarnos en mundos masculinos que, en palabras del libro, deploramos al mismo tiempo que queremos pertenecer a ellos. Y nos invita a preguntarnos con qué normas y estructuras de poder nos estamos conformando, o incluso reforzando, al mismo tiempo que transgredimos otras.

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