Ejercicio de memoria urbana donde registramos las especies que más serán taladas por cuenta de las obras del Metro de Bogotá y de la troncal de Transmilenio por la Av. 68.
Los árboles nos recuerdan el paso del tiempo.
La construcción de la primera línea del metro de Bogotá ya es una realidad que veremos por los próximos años y con ella, las talas de árboles y los impactos ambientales y sociales serán parte de nuestra cotidianidad durante las obras.
Click acá para verLos árboles permanecen en un mismo espacio y le dan vida al lugar en el que se encuentran. Distintas especies, humanas o no humanas, encuentran en estos algún refugio un sustento o simplemente la oportunidad de permanecer. La vida urbana en una ciudad como Bogotá nos obliga a transitar. Ante esta realidad, el arbolado urbano es una oportunidad para pensar en la quietud, en el tiempo y en la posibilidad de pertenecer mientras se permanece.
Sin embargo, en los últimos años la existencia de muchos árboles ha sido un tipo de obstáculo para la construcción de infraestructura de transporte que busca que nos movilicemos rápidamente. Durante los últimos 4 años el sonido de las motosierras en la Avenida 68, en la Primera de mayo y en la Avenida Caracas ha sido más constante que de costumbre. Con la inmediatez y la rapidez con la que se puede talar un árbol, se tala también parte de la historia de la ciudad, pues son los árboles quienes desde su permanencia llevan en su corteza, sus hojas y sus raíces marcas del pasado: las marcas de quienes han caminado cerca de estos, las manchas por el aumento del smog, la ruptura de adoquines por sus raíces que se engrosan y crecen tras el pasar de los años, entre otras.
Este Almanaque es un ejercicio de memoria urbana. A partir de un trabajo de análisis de las bases de datos proporcionadas por la Empresa Metro de Bogotá y la Secretaría de Ambiente, cuya información se basa en la base de datos SIGAU del Jardín Botánico de Bogotá, se comparte las 10 especies de árboles que más han sido y serán taladas por la construcción de la Primera Línea del Metro de Bogotá y la Troncal de Transmilenio de la Avenida 68.
Para esto se hizo una unificación de las bases de datos obtenidas por medio de varios derechos de petición. Posteriormente se hizo un análisis estadístico y un estado del arte sobre las características principales de los árboles que desaparecerán. En total se identificaron 3226 árboles que serán talados para la construcción de ambos proyectos de infraestructura, sin contar los árboles que, por decisión del Jardín Botánico deben tener otro tratamiento que consiste en trasladarlos a otras partes de la ciudad.
En este link está el visualizador de datos del SIGAU en el que se puede encontrar a tiempo real los árboles que serán y han sido talados en Bogotá.
La Alcaldía de Bogotá ha insistido en que por cada árbol talado, al menos en la obra de la Primera Línea del Metro de Bogotá, sembrará cinco más. Así mismo ha mostrado en su estrategia de comunicaciones que se está desarrollando un plan para reverdecer la ciudad. Aplaudimos estas iniciativas y esta preocupación por la silvicultura urbana. Sin embargo, es importante resaltar dos preocupaciones:
Muchos árboles que han sido talados son árboles que fueron plantados por la comunidad en años atrás. Bogotá es una ciudad en la que los ciudadanos han participado en su reverdecimiento. Por lo tanto, si las personas no son incluidas no habrá apropiación, no solo del arbolado sino del espacio público de utilidad que puede surgir de estos. No basta con plantar árboles en terrenos no utilizados para luego trasladarlos. El crecimiento y el paso del tiempo son fundamentales para la creación de identidad, sentido de comunidad y de pertenencia.
La realidad es que el paisaje urbano en Bogotá ya no se verá nunca igual. El Urapán Fresno que antes se ubicaba en la calle 73 con Avenida Caracas ya nunca más estará ahí, aunque se planten cinco árboles al lado. La revitalización es fundamental, pero a la vez se debe reconocer las heridas que puede dejar la ausencia de un árbol que lleva años creciendo en un mismo lugar. Así mismo, el tiempo que se demorarán en crecer los nuevos árboles es largo. Por esta razón es importante que, mientras crecen los nuevos árboles prometidos, se reconozca esta afectación al espacio público y que a la vez se impulsen medidas de mitigación ambiental ante las afectaciones en calidad del aire, islas de calor y ausencia de sombras.
Páginas web consultadas:
Investigaciones consultadas:
Arbolado Urbano Bogotá: Identificación, descripción y bases para su manejo. Jardín Botánico. 2010.
Cuentos verdes : experiencias de arborización con participación comunitaria. Jardín Botánico. 2000.
Aproximación a la silvicultura urbana en Colombia. TOVAR-CORSO, G. 2013.
Arborizado urbano y crimen en Bogotá. CESED. 2016.
