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“La canasta familiar de los bogotanos incluye los conciertos”: Santiago Trujillo, secretario de Cultura de Bogotá

Ya pasaron tres semanas desde que se realizó Estéreo Picnic y más allá de la música, el festival generó varias preguntas sobre lo que se viene en materia de cultura para Bogotá. Por eso hablamos con el nuevo Secretario de Cultura, para conocer un poco de lo que se viene.

por

Juan Sebastián Barriga


09.04.2024

Todas las fotos por Bárbara Fonseca

Lo primero que llama la atención de Santiago Trujillo es la seriedad de su semblante. Siempre viste muy elegante, su voz es gruesa y habla con soltura pero al tiempo mide bien sus palabras. Si bien de vez en cuando revisa rápidamente su celular mientras se le hace una pregunta, intenta tomarse su tiempo para responder y se esfuerza por no dejar cabos sueltos. Eso seguramente es producto de sus más de veinte años de gestión en el sector cultural. 

Trujillo es violinista, realizador audiovisual y gestor cultural. Entre sus logros más destacados está el de ser de los creadores del Instituto Distrital de las Artes (Idartes) y de los Centros Locales de Formación Artística para la Niñez y la Juventud (CLAN). Pero también ha trabajado con los Festivales al parque, la Cinemateca de Bogotá, la Galería Santafé, fue director del programa de Cine y Televisión de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y ha trabajado en diversos programas culturales tanto distritales como nacionales. 

Ahora es el nuevo secretario de Cultura de Bogotá, un cargo importante teniendo en cuenta la inquieta creatividad de esta ciudad. La agenda cultural de Bogotá es una de las más variadas y activas de toda la región. Esta es una capital que no se queda quieta y que ha encontrado en la cultura una forma de expresión, unión, inclusión y lucha. 

Desde sus paredes rayadas, pasando por sus calles que nunca están en silencio, hasta los grandes festivales que se organizan, esta ciudad ha logrado posicionarse como una capital creativa y el mayor reto no solo es mantener esto, sino lograr que las personas vivan de la cultura. 

La última edición de Estéreo Picnic se realizó en el Parque Simón Bolívar y fue el primer anuncio en materia de cultura de Carlos Fernándo Galán hizo una vez fue electo como alcalde de la capital. 

Esta fue una alianza público privada que unió a 17 entidades del distrito con los organizadores del festival, que al final tuvo un balance bastante positivo tanto en los experiencial como en lo económico. Según cifras del propio distrito, el FEP dejó a Bogotá 113 mil millones de pesos, de los cuales 5.400 millones son recaudo del impuesto parafiscales destinado a la cultura. 

Dado que este fue el primer gran evento que se realiza bajo esta administración, nos contactamos con el secretario Trujillo, para conocer más de lo que se viene en materia de cultura. Entre los planes está hacer una política y una bienal de arte urbano, fortalecer los barrios como nodos culturales y buscar una forma de que tanto las grandes empresas como los independientes puedan captar recursos y desarrollar sus proyectos en toda la ciudad. 

Sin duda este festival marca un antes y un después en materia de realización de grandes eventos en la ciudad ¿qué podemos esperar de aquí al futuro en temas relacionados con la organización de estos grandes espectáculos?

Nosotros quisiéramos que, tanto desde la iniciativa pública como de la privada, Bogotá dé las condiciones para poder albergar eventos de talla mundial. Eso pasa primero por reconocer que todas las ciudades del mundo, al menos las capitales, han podido organizarse internamente y han podido llegar a consensos ciudadanos, sociales, culturales, económicos; para habilitar espacios, zonas, programas políticos; que hagan viable hacer estos eventos. 

Bogotá, al igual que otras grandes capitales, tiene una condición de espacio temporal para albergar estos eventos y creo que eso pasa primero por reconocer que los parques de la ciudad tienen distintas vocaciones y tienen también la posibilidad de desarrollar distintas actividades. Estos son espacios para el esparcimiento, son espacios para fortalecer estructuras económicas, son espacios para generar oxígeno y tener árboles y poder habitar con la fauna urbana que convive armoniosamente con el territorio. También son espacios para el ejercicio de la libertad creativa, el desarrollo económico y para el ejercicio de los derechos culturales de la ciudadanía. 

Queda en evidencia después de Estéreo Picnic, pero también después de 25 años de hacer Festivales al parque, que actualmente Bogotá es una capital de los espectáculos públicos; no solamente para Colombia, sino para toda la región. Eso es importante para la ciudad. Eso es importante para Colombia. Eso genera empleo. Eso genera identidad, eso genera una cantidad de cosas a las que no podemos renunciar. Estéreo Picnic es uno, seguramente será el más grande por un tiempo, pero quisiéramos albergar muchos otros festivales; no solamente en el Parque Simón Bolívar, sino en otros polígonos de la ciudad con parques dispuestos y apropiados para desarrollar estas actividades.

¿Cómo se logró hacer esta alianza público privada?

Todo esto fue una alianza liderada por el alcalde Carlos Fernando Galán. Este es un festival privado que pertenece a Páramo. Son empresarios bogotanos construyendo y haciendo cultura en Bogotá; y una ciudad tiene que también gobernar y trabajar para que la gente pueda sacar adelante sus sueños empresariales y sacar adelante sus sueños culturales. 

Entonces yo creo que nos corresponde apoyar: desde el gestor local que está sacando adelante un proyecto juvenil en un barrio popular, como también un evento como estos que genera 14.000 empleos directos y casi 50.000 empleos indirectos. 

Con los primeros nos debemos con líneas de fomento que cofinancien o financien en su totalidad los eventos. Con los segundos, dar facilidades a los empresarios que quieran invertir 70, 80, 100 mil millones en un evento que produce felicidad, bienestar y desarrollo económico de la ciudadanía. 

Es importante pensar en todo el abanico de posibilidades y formas que da la industria. Luego de ver lo que fue Estéreo Pícnic, la pregunta que muchas personas se hacen es: ¿Qué viene para los Festivales al parque? Teniendo en cuenta que ya van más de 20 años realizándose, que hay una nueva generación apropiándose de estos espacios y que ya hay propuestas de hacer nuevos festivales como es el caso de Vallenato al Parque. 

RESEÑA | Estéreo Picnic día cuatro: un canto a la amistad

Luego de cuatro días de emociones intensas y mucho movimiento, hubo que pausar un poco para interiorizar lo que fue el final de este festival.

Click acá para ver

La canasta familiar de los bogotanos incluye los conciertos y los eventos culturales como un insumo de primera necesidad; y eso, en gran medida, fue posible gracias a una política pública que tiene 26 años, a iniciativas públicas y a gestiones públicas. Ahora, con festivales como los que tenemos y con una industria cultural consolidada como la que tenemos; sería ingenuo e inconveniente pedirle a los Festivales al parque que cumplan el rol que cumple Estéreo Picnic.

Los Festivales al parque no compiten con la iniciativa privada. Yo creo que es al contrario, son complementarios y esa complementariedad es la que tenemos que empezar a entender. 

Obviamente este es un evento en el que creo que se invierten unos 80 mil millones de pesos, esa es una cifra totalmente inalcanzable para un festival público. Pero además, un festival público no tendría porqué gastarse eso en dos o tres días, teniendo esta ciudad tantas necesidades culturales.

Por eso no se le puede pedir lo mismo a un Festival al parque que un Estéreo Picnic. Si eso es claro para la ciudad, entonces vamos a entender qué rol tiene cada uno de ellos. Lo segundo es que obviamente eso no tiene que ir en detrimento de la calidad musical, tanto de los grupos locales y nacionales como de los internacionales. Creo que los Festivales al parque tienen que potenciarse como festivales de bandas emergentes que tienen un gran futuro en la escena nacional e internacional; que tienen en el parque un peldaño para seguir creciendo en su proceso y en su proyecto profesional.

Y con Rock al parque, por ejemplo…

Rock al Parque, que desde sus fundación hasta la actualidad es un espacio de apropiación creativa de los parques y el espacio público de la ciudad y por eso es un espacio gratuito. Entonces está muy bien que haya un festival en donde uno tenga que meterse la mano al bolsillo y ahorrar un año porque la cultura cuesta, a los artistas se les tiene que pagar y los empresarios y gestores que tienen que ganarse la vida con algo. 

La alcaldía ha sido garante del ejercicio constitucional de la protesta social

Pero también hay que entender que hay gente que no puede pagar, y para esa gente hacemos los esfuerzos para que, por ejemplo, nos den los derechos de transmisión de los festivales, como hicimos con Estéreo Picnic. Entonces Rock al Parque tendrá que seguir siendo el festival gratuito más grande de música rock de América Latina; Jazz al Parque tendrá que ser la plataforma gratuita de jazz más importante de los países andinos; Colombia al Parque tendrá que seguir siendo el escenario en donde se pone en escena la diversidad cultural, ancestral, regional de las músicas de nuestro país, más allá del ámbito comercial; y vienen nuevos festivales que están integrando seguramente esa diversidad musical de un país que se expresa a través de la música. Lo que queremos es que eso siga adelante y que la gente pueda disfrutar tanto de las mega bandas internacionales como de las bandas emergentes. Eso también habla muy bien de una sociedad.

Estamos hablando de lo macro. Pero uno de los planes que ustedes tienen es también apuntarle a lo micro, materializado en los barrios. Primero ustedes, ¿cómo entienden el barrio? y ¿cuáles son las estrategias para lograr este fortalecimiento cultural? 

El barrio es el lugar del afecto, es el lugar que se habita, es el lugar en donde se va a dormir, es el lugar en el que uno se despierta. Es el espacio en donde conozco a ese otro diverso que vive a mi lado. Pero el barrio también es un escenario de tensiones, es un escenario en donde hay confrontación, donde hay malentendidos. El barrio también es donde se tejen distintas emociones. 

En esta apuesta que ha propuesto el alcalde de recuperar la confianza ciudadana, eso pasa primero por recuperar la confianza de quién vive a mi lado. Es volver a resignificar el barrio como un espacio de encuentro creativo de la ciudadanía para desarrollar procesos de innovación social a partir de dispositivos y estrategias culturales que permitan promover el bienestar y la calidad de vida de la gente. 

Queremos que cada barrio sea un proyecto cultural. Nos parecería fantástico que no sea un proyecto cultural en el barrio sino que el barrio sea el proyecto cultural de la comunidad. Eso lo vamos a hacer a través de laboratorios de cocreación barrial, en donde vamos a convocar no solamente artistas y gestores culturales sino a las Juntas de Acción Comunal, las asociaciones de padres, de líderes comunitarios y sociales; atender los comerciantes para pensar apuestas culturales que transformen la vida social y cultural del barrio.

Otra de las banderas de la Secretaría es la diversidad. Ahora estamos en un momento de mucha polarización y conflicto. Cuéntenme desde la cultura, ¿cómo se ayuda a aliviar un poco esa polaridad? Y ¿cómo se hace frente a cosas como el racismo, la xenofobia, la discrimianción?

Uno no puede decir que todo en la cultura es bonito y fantástico. La cultura también tiene enfermedades y también legítima y normaliza comportamientos totalmente contraproducentes. Muchas de las estructuras racistas, machistas y clasistas de esta sociedad son sobre todo prácticas culturales que están normalizadas. Bogotá todavía tiene estructuras culturales poderosamente machistas, clasistas y racistas que tenemos que transformar. 

Esas exclusiones terminan en agendas segregadas. Por eso el reto es mayor y eso es un poco lo que queremos empezar a ejercer en nuestra nueva visión de la cultura ciudadana. Una cultura ciudadana que apuesta por una diversidad que nos une, no que nos fracture. Una cultura ciudadana que atiende e identifica dónde están los lugares de exclusión, discriminación, segregación para trabajar de forma situada. O sea, no se trata de regañar a toda la ciudad por el mal comportamiento de un grupo de personas, sino más bien ir a trabajar con ese grupo de personas para que transformen su mal comportamiento y llegar a acuerdos y consensos con ellos y sobre eso empezar a producir transformaciones que vayan venciendo estas discriminaciones históricas con las que todavía convivimos. 

Uno de los temas que más atañe a la noche bogotana y que además ha sido una lucha de varios sectores independientes es el tema del consumo responsable de sustancias psicoactivas. Hay un esfuerzo por pensar y debatir las formas en las que consumimos y la importancia de medirse. ¿Cómo contemplan ustedes este tema? ¿Qué han analizado y qué acciones tienen planeadas?

Me estás poniendo en una pregunta muy complicada. Todavía estamos teniendo debates con ese tema, entonces preferiría no darte una respuesta hasta no tener una línea clara. ¿Qué es lo que yo particularmente siento? El tema del consumo de drogas es un tema que  tiene que ver con asuntos de seguridad. Sí, por supuesto que tiene que ver con temas de ciertas vulnerabilidades que se presentan en ciertos lugares de la ciudad que no tienen una atención inmediata y priorizada por parte de las autoridades. Pero sobre todo es un problema de salud pública. Poder articular esas visiones y encontrar los equilibrios que se necesitan es fundamental, porque una política de mitigación del riesgo nunca puede ser vista como una política de promoción. Al menos nosotros desde la Secretaría de Cultura no queremos que la gente consuma. No nos parece sexy que la gente consuma. Ni drogas, ni alcohol, ni cigarrillo, ni vapeadores. 

Hay muchos conservadurismo de izquierda que se camuflan en la agenda progresista

Pero obviamente a quienes, en el libre ejercicio del desarrollo de la personalidad, optan por consumir el Estado no puede decir: “no estoy de acuerdo, entonces me importas un pepino”. Estamos empezando a construir una agenda con la Secretaría de Salud que pueda, de una manera sistemática, primero evitar que la gente consuma, sobre todo menores de edad. Es inadmisible que haya algún tipo de dispositivo social publicitario que pueda siquiera promover de manera directa o indirecta cualquier tipo de consumo. Pero que, una vez se haga y sobre todo si se hace cuando se es mayores de edad, debe haber una política clara de mitigación del daño. Pero por ahora hay que evitar que eso pase. Ese es el reto. Pero vamos a esperar cuáles son las disposiciones y si quiero ser muy claro sobre eso: todavía estamos dando el debate. 

Usted trabajó en la Bogotá Humana, también trabajó con el presidente Petro en su campaña y evidentemente el alcalde Galán no es un alcalde de izquierda. Incluso algunos políticos de derecha lo criticaron a usted cuando fue nombrado en este cargo. ¿Cómo ha sido estar dentro de esta administración que es de derecha, viniendo de una formación que está más cercana a la izquierda? 

Lo primero que yo diría es que esta administración justamente no es de derecha, sino que es una administración que se está posicionando en el centro del espectro político. Eso tiene que ver justamente con la conformación de un gabinete en donde el mensaje a dar es precisamente que la diversidad no es una fractura. Es posible construir una gestión pública eficiente, efectiva y afectiva desde la diversidad. Cuando el alcalde construye un gabinete donde no solo prioriza gente competente y técnica, porque yo creo que hay que darle un valor a la competencia técnica de la administración pública, pero además con procedencias políticas e ideológicas diversas, el mensaje que está enviando es justamente que es un dirigente capaz de administrar la diversidad con la diversidad; y para la diversidad de la ciudad; y ojalá algún día del país.

Galán no es una persona que vino a improvisar, es una persona que tiene claro no solamente una línea de ciudad, sino que tiene claro cómo construir un equipo de trabajo. Me siento feliz de venir de una visión liberal, progresista de la sociedad. Hay muchos conservadurismo de izquierda que se camuflan en la agenda progresista y hay muchas visiones radicales de izquierda que se camuflan en una visión progresista de la sociedad. Yo creo que aquí lo que hay que construir es una mirada de que es posible construir país y es posible construir ciudad desde la diversidad. 

Ya pasaron tres semanas desde que se realizó Estéreo Picnic y más allá de la música, el festival generó varias preguntas sobre lo que se viene en materia de cultura para Bogotá. Por eso hablamos con el nuevo Secretario de Cultura, para conocer un poco de lo que se viene.

Ha hablado mucho de recuperar la confianza de la ciudadanía, sus instituciones, sus dirigentes y su fuerza pública. Pero lamentablemente hace un mes, el 8 de marzo, aquí en la Plaza de Bolívar hubo una situación en la que la fuerza pública se extralimitó, y que generó mucha discusión y muchas críticas hacia el alcalde. Mi pregunta es, ¿cuál es la posición de ustedes frente a los hechos? y ¿cómo se va a trabajar para recuperar esa confianza ciudadana en la institucionalidad? 

Este no es un tema de competencia directa del sector cultural. Me cuesta mucho trabajo pronunciarme oficialmente sobre una situación en donde no tuve ningún tipo de participación, ni en uno ni otro sentido. Pero lo que sí puedo decir es que creo que la alcaldía desde el primer momento ha sido garante del ejercicio constitucional de la protesta social. Creo que hay que respetar los protocolos, pero también evitar encuentros innecesarios y situaciones innecesarias. Aunque siento que no se incumplió ninguno de los protocolos, sí se pudo haber generado una estrategia para evitar un encuentro que era a todas luces innecesario y que desafortunadamente se dio y propició una tensión que yo esperaría que no suceda. 

Nunca se quiere generar una confrontación y menos en una fecha tan importante, tan significativa como el 8M, por toda la implicación histórica social que tiene. Lo que me parece importante es lo primero que hizo el alcalde fue decir: “sí, aquí hay un error, lo vamos a investigar y tomar decisiones”. El alcalde nunca dio la orden de que hubiese algún tipo de enfrentamiento. Eso me parece que hay que validarlo, pero también es un alcalde que está dispuesto a si se tiene que aceptar un error, aceptarlo. Si tienes que hacer una modificación, pues modificarlo y así nos lo ha hecho saber en las distintas instancias en las que se ha conversado sobre el tema. 

Creo que de su parte, y de la parte de los secretarios que somos parte de esta administración, no solamente por obligación, sino por convicción, se debe garantizar el derecho constitucional a la protesta. Pero, esa protesta no debe agredir a la ciudadanía que no está protestando, ni agredir los bienes públicos de toda la ciudadanía y tampoco los bienes privados. Y que cuando se generan situaciones irregulares o que atentan contra el valor constitucional de esa protesta, se deben tomar las medidas con la proporción que constitucionalmente corresponde. Una alcaldía de centro con una visión liberal como siento que representa el alcalde Carlos Fernando Galán, tiene que garantizar y va a garantizar, no tengo duda de que eso sea así. 

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Juan Sebastián Barriga


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