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Bejuco, afrofuturismo y resistencia desde la Perla del Pacífico

A través del sello Discos Pacífico se acaba de publicar ‘Batea’, uno de los discos definitivos para entender la actualidad de las músicas afro en Colombia. Hablamos con el director de la agrupación y con algunos de los que posibilitaron este puente directo entre Tumaco y África.

por

Eduardo Santos


21.03.2021

Ilustración: Ana Sophia López

En Más brillante que el sol, el celebrado libro de 1998 del escritor y teórico británico-ghanés Kodwo Eshun, el afrofuturismo está intrínsecamente ligado con la música y la manera en la que artistas como Grandmaster Flash, Herbie Hancock o Lee Scratch Perry apropiaron las herramientas tecnológicas de finales del S.XX para sacar a las “músicas negras” de donde habían sido históricamente encasilladas a la fuerza. Para Eshun, esto significó un cambio de aire en las retóricas coloniales y la exploración sónica se convirtió en el vehículo que lo hizo posible. 

A través de ese lente se puede ver a Batea, el último disco de larga duración de Bejuco, una agrupación de 10 músicos tumaqueños dirigida por Juan Carlos Minindero ‘Cankita’, joven maestro de la marimba que ha sido clave para el rescate del instrumento en Tumaco. 

El bejuco es esa raíz fuerte que los une y que se expresa en este ensamble con un espíritu tradicional pero que bebe del jazz y el afrobeat originado en Nigeria o Ghana dando como resultado lo que ellos denominaron ‘bambuco beat’, que no es otra cosa que un sonido electroacústico de avanzada en el que dialogan diversas músicas negras, temporalidades y territorios. 

Una visión que se puso en marcha gracias a Discos Pacífico, una plataforma para fortalecer las escenas musicales de Guapi, Timbiquí y Tumaco apadrinada por el sello Llorona Records y con la financiación de USAID

“Para nosotros ha sido un aprendizaje enorme porque no solo hemos encontrado un talento excepcional, sino que también hemos dado con gente con una visión impresionante, con un empuje, con una capacidad de trabajo gigante que lo que representa realmente es el poder y la fuerza que hay en esos territorios”, cuenta Eddy Johana Gómez, directora del proyecto. 

Batea fue un trabajo de ida y vuelta entre Cankita, sus músicos y Diego Gómez e Iván Benavides. El primero conocido por ser el productor de cabecera de Llorona Records y por su proyecto musical Cerrero. Y el segundo, el llamado ‘rey midas’ de la producción en Colombia por cuyas manos ha pasado la música de Carlos Vives y la Provincia, Aterciopelados y Chocquibtown, por nombrar algunos. 

Para Diego, que estuvo al frente de la grabación y de la producción que se desarrolló en gran parte en los legendarios estudios Audiovisión en Bogotá a mediados del 2020, acercar a nuevos públicos a la música de estos artistas que representan la vida del barrio y los jóvenes del Pacífico es un acto político en sí. 

“He encontrado que las músicas más creativas en la actualidad nacen en las periferias, en las márgenes, lejos de los mercados corporativos de la música. Y se están proyectando a través de pequeños sellos independientes que, como Discos Pacífico, visibilizan y proyectan estos sonidos realizando productos de alta calidad estética, sentido de comunidad y pertenencia al territorio. Bejuco está labrando su propio camino, y propone un folklor del futuro, algo que hoy es innovación y mañana memoria”, comenta Iván Benavides. Para él la propuesta de Bejuco se enriquece en diálogo abierto con las corrientes innovadoras de los sonidos de la diáspora africana. 

Queremos contribuir a la transformación social del territorio y romper esos paradigmas en una tierra que siempre se mide en número de cultivos de uso ilícito.

A propósito de este lanzamiento hablamos con Cankita y Julio Sánchez, bajista de la agrupación, para entender mejor estos 12 tracks dedicados a una juventud que quiere llevar su herencia musical a nuevos lugares y a un pueblo que está en constante resistencia. 

Cerosetenta: En estos días en los que varios artistas jóvenes del Pacífico han entrado a jugar dentro de la gran industria de la música urbana/pop, Bejuco le apuesta al sonido ancestral con toques de afrobeat y jazz. ¿Cómo ha sido tomar ese camino y qué tan importantes fueron Diego e Iván para llegar hasta ahí?  

Bejuco: Nuestra agrupación tenía como referentes a bandas de Cali. Nosotros teníamos una película musical diferente y es que sabemos que las fusiones de Cali van mucho más por el son, por el pop con música tradicional pero eso funciona más con la salsa. Cuando se nos da la oportunidad de estar con Discos Pacífico y conocemos a estos dos maestros Iván Benavides y Diego Gómez, ellos nos abren un panorama diferente al que nosotros teníamos. Fueron tan importantes que el bambuco seco, el ‘bambuco beat’ que creamos, se cocinó bajo las indicaciones de ellos. Fueron muy importantes para nosotros encontrar ese sonido y ese género que creamos. 

C: Ya son seis años en el ruedo desde que comenzaron como un laboratorio de investigación de las músicas del Pacífico sur hasta que publicaron Batea. ¿Qué tuvo que pasar durante ese tiempo para que publicaran un disco de este tamaño?

B: Desde que empezamos Bejuco tuvimos bajas y altas. Cuando empezamos el proceso de música tradicional, ese laboratorio en un momento en el que decidimos meterle durísimo estuvimos hasta en el Petronio Álvarez. Luego hubo una estigmatización con nosotros porque veníamos del proceso con la Agrupación Changó y no pudimos pasar a la zonal, eso nos frustró un poco. Hubo un momento en el que yo me fui para Cali y nuestro director Edwin también se fue, queríamos empezar otro proceso allá, pero yo creo que todo para mejorar y para madurar. 

Cuando volvimos a Tumaco decidimos seguir investigando, seguir trabajando, seguir buscando el sonido y madurando la propuesta. Tanto así que pasamos de ser una propuesta de música tradicional para pasar ya a una de fusión. Todo eso se dio con el tiempo pues fueron llegando también los otros compañeros. Creo que fue un proceso de mucha experiencia, de mucho aprendizaje, pero tuvo que pasar que se diera la oportunidad con Disco Pacífico para que se diera Batea. Fue importante el acercamiento con Discos Pacífico, no solo con los dos maestros Iván y Diego, sino con Alejandra Gómez o el mismo Lucho Loaiza. Hay un equipo muy interesante que ayudó y potenció la banda para que se diera ese disco tan hermoso, tan bonito que hicimos.  

C: Una de las motivaciones que le dieron forma a lo que es Bejuco fue esta necesidad que tenías como músico de darle su lugar a la música de marimba, que estaba perdiendo mucho terreno en Tumaco frente a los grupos de danza. ¿Cómo fue llegarle a los viejos maestros del instrumento para sacar información y aprender?

B: Yo creo que la clave con los maestros, con los sabedores, es el respeto. Los sabedores y nosotros, que somos la nueva generación, tiene como ese decir y lo siente, de transmitir todo lo que se aprende. En cuanto a la música tradicional hay que hacerlo para que esto no se muera, para que trascienda. Creo que es un deber que sentimos todos entonces si tú llegas con respeto donde el sabedor, él se va a brindar y va a ser generoso con la información. La clave con los maestros siempre va a ser el respeto, porque ellos son las bibliotecas que tenemos en el Pacífico.  

C: Grupos como Canalón de Timbiquí, Grupo Bahía o los propios Herencia de Timbiquí nos han mostrado distintas interpretaciones de la música del Pacífico. Ahora llegó Bejuco con una propuesta que sigue empujando ese límite de lo tradicional desde su propia visión. Musicalmente hablando, ¿crees que ha habido un ‘estancamiento’ por parte de la juventud hacía llevar estas músicas a nuevas partes?

B: No ha habido un estancamiento. La juventud y los jóvenes en el Pacífico y en todo Colombia son bastantes creativos. Quizás lo que ha hecho falta es explorar otras latitudes y dejarse guiar, es un proceso muy bonito en el cual la influencia de Diego Gómez e Iván fue fundamental, porque ellos nos ayudaron a entender un poco, transmitiéndonos y permitiéndonos conocer de las músicas del mundo. Quizás esa exploración y salirse un poco de la zona de confort y explorar otras visiones hacen explorar en un mundo tan diverso. Es lo que hace falta, pero el talento y la capacidad de la juventud está. 

C: Aunque Bejuco no sea propiamente una agrupación abiertamente política, en sus letras si cargan un componente de resistencia importante narrando al hombre que sale a cargar el oro o el campesino que trabaja honradamente. ¿Por qué ha sido importante representar a estos personajes en su música? ¿Qué nos dicen de lo que es Tumaco actualmente?

B: Hablar de los de personajes como el campesino y la cotidianidad en nuestras canciones es fundamental porque nosotros queremos contribuir a la transformación social del territorio y la realidad del Pacífico y creemos que el primer paso para cumplir con ese objetivo es evidenciarlas y tal vez romper esos paradigmas en una tierra que siempre se mide en términos de número de cultivos de uso ilícito. Entonces es ver la otra mirada, voltear la cara de la moneda y ver que en la población es muchísimo más la gente honrada, gente trabajadora, gente que se esfuerza, como en el caso de la letra que escribimos de “Campesino”, que es un reconocimiento a ese esfuerzo diario y a gente que, a pesar de las dificultades, se aferra a su territorio, se aferra a sus sanas costumbres para seguir adelante. 

Tumaco, en la actualidad, sigue siendo un territorio lleno de muchísimas complejidades, pero cada vez más preparado por la experiencia que ha vivido, más preparado en su gente, gente resiliente y gente con ganas de aportar al desarrollo, no solamente económico, sino desde el punto de vista social, trabajando con valores. Por eso iniciativas como la de Bejuco son importantes. Pero también es importante conocer que junto con Bejuco hay otros procesos que le apuestan a ese mejor territorio. Y por eso otra de nuestras apuestas es visibilizar, dar a conocer no solamente nuestras iniciativas, sino otras iniciativas, porque la realidad del municipio es una realidad de mayor conocimiento y de propuestas diversas que van desde lo político y lo social, pero empujando hacia cosas positivas gracias a las potencialidades que tiene el territorio.

La clave con los maestros, con los sabedores, es el respeto. Los sabedores y nosotros tenemos ese decir de transmitir todo lo que se aprende.

C: Mientras que el apoyo del Gobierno a la cultura en Tumaco es poca y por ejemplo, hacen mucha falta escenarios musicales, un proyecto como Discos Pacífico entró a apostarle duro al tema, no solo económicamente sino también asesorando para la profesionalización de los artistas. ¿Qué les ha dejado esta experiencia con el sello? 

B: Trabajar con el sello Discos Pacífico ha sido toda una gran experiencia. Es decir, el hecho de pasar de hacer cosas netamente empíricas o con un bajo conocimiento, a contar con la asesoría y el conocimiento de grandes mentores como Diego Gómez e Iván Benavides, que tienen un recorrido musical amplísimo, que conocen de la industria, ha sido sumar todo eso en favor del grupo, que ha generado mucho más conocimiento y ha permitido tener la mente más abierta. Y no solamente el trabajo hecho con Diego y con Iván porque alrededor de Discos Pacífico hay un equipo multidisciplinario del cual hemos aprendido mucho en temas de comunicaciones, manejo de redes sociales y otras situaciones también administrativas y logísticas que están alrededor de la música y que han contribuido a fortalecer lo que hoy es Bejuco.

Así que si nosotros miramos Bejuco antes de Discos Pacífico y el Bejuco después de Discos Pacifico lógicamente la mano del sello se nota y ha sido de gran alivio para nosotros contar con este gran apoyo.

C: ¿Cómo fue entrar a un estudio como Audiovisión?

B: La primera impresión para todos los músicos fue sumamente de gran expectativa. Es un estudio por el que han pasado músicos de la talla de Carlos Vives, Aterciopelados y otros grandes de la música y pues es mítico y se siente esa buena vibra, además de que cuentan con unos equipos para lo que pretendía ser el proyecto que era captura en bloque en unos espacios magníficos. Para muchos la experiencia de grabar por primera vez en un estudio también era impresionante al enfrentarse a todo lo que hay detrás del estudio, no solamente la tecnología, sino el equipo de ingenieros, todo el talento humano y demás. Así que para nosotros fue sumamente gratificante saber en la calidad de estudio que estábamos grabando y éramos conscientes también del reto tan enorme. Y por eso hemos visto en el disco un resultado magnífico.

C: Justamente volviendo al tema de la profesionalización, ¿hay esperanza para que el oficio del músico tumaqueño pueda ser sostenible? 

B: Para que el oficio de músico en Tumaco sea sostenible se necesita que haya este tipo de apoyo de iniciativas como la de Discos Pacífico y sobre todo con el aporte que hace Territorios de Oportunidad a través de la Embajada de Estados Unidos. Siempre va a haber esperanza, porque lo que consideramos que ha hecho falta en el territorio es ese empujón para dar a conocer el enorme talento que tiene todo el cordón del Pacífico y lógicamente Tumaco, donde nosotros estamos ubicados. 

¿Puede ser sostenible? Sí, depende de muchas cosas: uno de la capacidad de innovación que tengamos, dos, factores externos, como el tema de la pandemia, tres, lógicamente, el apoyo del gobierno siempre va a ser importante y cuatro, de que sigamos con la convicción de que estamos realizando un buen camino y poder conectar con la gente que finalmente es la que consume el producto. 

Estamos convencidos de que es una apuesta de vida y puede ser sostenible en la medida en que lo acompañemos también de otras cosas porque hoy por hoy vivir solamente de la escena pues no sería viable. Hay que conjugarlo con otro tipo de actividades que estén alineadas a la música, a otro tipo de emprendimientos que se desprenden de la música para lograr esa sostenibilidad que se requiere y ver en el arte una opción de vida. 

C: ¿Será posible como dijiste hace poco, “cambiar los fusiles por las marimbas”? O todo esto se ve lejano aún. 

B: Es perfectamente posible cambiar los fusiles por marimbas, cambiar las armas por cualquier tipo de instrumento. Es perfectamente posible y estamos seguros de ello porque en la actualidad lo estamos viviendo. ¿Qué sería de nosotros sin la música? Muchos hemos vivido en carne propia las situaciones del flagelo de la violencia, pero hemos sido fuertes y hemos optado por un camino de legalidad. Pero ese refugio ha sido la música. Así que por eso dentro de nuestras apuestas está seguir replicando, enseñarle a la comunidad lo que hacemos, replicar nuestra información, enseñar a los jóvenes, a los niños, para que tengan una opción diferente a las armas. Y sin lugar a dudas, quien empuña un instrumento nunca apuñala las armas.

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