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Farmacéuticas multinacionales: rojo
Es una de las medidas a las que más se opone la industria multinacional (la que produce este tipo de medicamentos) hasta hoy. De hecho, Afidro, el gremio que agrupa a los laboratorios más grandes en el paìs, pidió a Duque “corregirlo” en su carta del 8 de agosto.
La industria se opone a la ‘tercera vía’, para el ingreso de biosimilares. Según Afidro, esta medida “pone a Colombia por fuera de los más elementales estándares internacionales [de calidad]” y “su existencia genera un riesgo latente a la salud”. Por eso, pide “cerrar esta especie de puerta trasera que obstinadamente promovió el gobierno anterior que, por lo demás, en nada ha contribuido a la sostenibilidad del sistema pero mucho ha ayudado a generar desconfianza y ahuyentar auténticas innovaciones tecnológicas”.
El gremio demandó el decreto en 2017 ante el Consejo de Estado. En ese momento, Minsalud respondió que su decisión está basada en técnicas que permiten analizar si un medicamento biosimilar es tan bueno como el original. Y dijo que la oposición de Afidro se explica por “intereses estrictamente comerciales”.
Farmacéuticas nacionales: verde
Para la industria nacional, la entrada en vigor de esta regulación es una oportunidad para mantener y aumentar su principal negocio: producir genéricos. De hecho, el laboratorio farmacéutico más grande del país, Tecnoquímicas, anunció en abril de 2016 que no sólo ya había iniciado los trámites para empezar a importar medicamentos biosimilares sino que estaba trabajando en incursionar en su producción en Colombia. Por lo tanto, respaldan la medida.
Pacientes: rojo
Asociaciones de pacientes de enfermedades de alto costo se opusieron a este decreto argumentando que el ingreso de biosimilares a través de la ‘tercera vía’ convierte a los pacientes en ‘conejillos de indias’ porque estos medicamentos no están probados. Así dice una carta que envió Colombia Saludable, una organización que dice representar a 80 mil personas diagnosticadas con enfermedades de alto costo, al Ministerio de Salud en 2014. En 2016, entre Colombia Saludable y Colombia Saludable Asesores recibieron casi 185 millones de pesos de donaciones por parte de Afidro.
La oposición a este decreto también se publicitó en medios. En febrero de 2018, la revista Semana publicó dos páginas de publicidad en contra de los biosimilares de los que decía que ‘son un limbo’, ‘no cumplen los estándares’, o ‘se baja la vara’. Aunque la nota no estaba firmada, sí decía que había sido hecha con información de la Fundación Colombiana de apoyo al reumático, Fundare. Esta es otra de las asociaciones de pacientes que en 2016 recibió 119.333.265 de pesos de Afidro.
Médicos: naranja
Aunque no es una posición generalizada, varios médicos, sobre todo de especialistas de la reumatología, se opusieron al decreto que permite la entrada de biosimilares al país. En revistas científicas como el Journal of Clinical Rheumatology fueron publicados artículos firmados por médicos latinoamericanos expertos en esta enfermedad, incluido un colombiano, que describen estos medicamentos como intentos de copia y los definen como ‘de alto riesgo’ porque aún no han surtido suficientes pruebas para definir su calidad. El problema, como contó El Espectador, es que algunos de ellos han recibido recursos de los grandes laboratorios farmacéuticos y por tanto, podrían estar inmersos en conflictos de interés. De hecho, Heather E. Jones, una de las autoras, es empleada de Pfizer.
Embajadas: rojo
Los gobiernos internacionales defendieron los intereses de los laboratorios farmacéuticos de sus países a través de la diplomacia. La presión incluyó cartas al presidente y al ministro de salud de parte del embajador de Colombia en Washington, Luis Carlos Villegas y del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden.
A través de Villegas, la Oficina del representante Comercial de Estados Unidos (USTR), la Asociación de Empresas de la Industria de la Biotecnología y la Cámara de Comercio gringos piden más tiempo para revisar el decreto. Esto, a pesar de que el decreto ya había tenido cinco borradores y cuatro audiencias públicas para recibir comentarios por parte de los interesados. Además, como contó El Espectador, Villegas menciona el temor de la USTR de la ‘intención comercial’ de Colombia para ‘la manufactura de productos biotecnológicos’, como si el país no pudiera hacerlo. Y retoma las críticas de farmacéuticas y pacientes de que entren productos al país cuya seguridad no ha sido ‘suficientemente’ comprobada.
Biden, por su parte, le pidió a Santos que para “profundizar y expandir la cooperación económica bilateral” se deben concentrar en “la implementación de los compromisos de Colombia frente a los derechos de propiedad intelectual”. Y menciona el decreto de los biotecnológicos que tanto la Organización Mundial de la Salud como expertos norteamericanos creen que puede poner en riesgo la seguridad y la salud.
EPS: gris
Las EPS no manifestaron abiertamente una posición sobre el tema pero podrían verse beneficiadas por el ingreso más rápido de competidores biosimilares más baratos, especialmente aquellos que están incluídos en el POS y que están obligadas a cubrir.
Operadores logísticos: No les afecta la medida
Hospitales y Clínicas: No les afecta la medida