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La voz de Caballero no puede ser la única

Luisa Isaza, abogada de la Fundación para la libertad de prensa, analiza el debate de la columna de Antonio Caballero desde una perspectiva de libertad de expresión.

por

cerosetenta


19.12.2017

«No nos enredemos. Lo de Antonio Caballero es una confesión. Y una forma de excusar a miles de abusadores», aseguró en su cuenta de Twitter la periodista Claudia Morales. «Pobrecitos los hombres poderosos, ya no pueden ir cogiendo tetas, culos, ni intimidando con su poder y superioridad jerárquico a las mujeres porque los señalan de acosadores o abuso sexual», dijo en su cuenta de Twitter la candidata al senado Angélica Lozano.

La columna «Acoso» de Antonio Caballero, periodista, escritor y columnista de la Revista Semana, desató un debate nacional. Un debate en torno a la violencia de género, al acoso a las mujeres y al machismo normalizado en el que vivimos.

Las reacciones en general son de rechazo a la columna e incluyen un llamado a abrir un debate público como esta de La Silla Vacía. Por su parte, María Paula Martínez, politóloga, periodista y profesora del Ceper, hizo una invitación a los medios para que revisen su papel frente a las audiencias en una columna que publicamos acá en Cerosetenta. Y es que este es un ángulo del que poco se habla. Sobre la libertad de opinión, el papel de los medios frente a sus columnistas, la responsabilidad de los periodistas frente a la opinión pública y, sobre todo, sobre las voces a las que se les da visibilidad y a las que no.

Cerosetenta invitó a Luisa Isaza, asesora legal de la Coordinación de Defensa y Atención a Periodistas de la Fundación para la libertad de prensa (Flip), para que analizara la columna y el debate en términos de libertad de expresión.

Lo que necesitamos no es censurar la opinión de Caballero, por más repugnante que nos parezca, sino tener espacios en esas mismas tribunas para tener una opinión diversa e ilustrar otros puntos de vista

Una de las preguntas más recurrentes en este debate ha sido ¿hasta dónde  llegan las libertades de la opinión en los medios de comunicación? 

De todo lo publicado por Caballero en su columna «Acoso» sólo estoy de acuerdo con una cosa y es cuando él dice que publicar opiniones crudas no es un crimen. Tiene razón. Y tampoco es un delito publicar opiniones ridículas como las del señor Caballero. De todas la garantías asociadas a la libertad de expresión, la libertad de opinión, que es lo que él ejerce en su columna es la más amplia de todas. A diferencia de lo que pasa con la información, las opiniones no son imparciales ni veraces. Por definición son exactamente lo contrario: parcializadas y subjetivas. En Colombia se protege no solo la publicación de opiniones políticamente correctas sino que se protejan las que son chocantes, irreverentes e incluso ofensivas.

Yo encuentro una razón muy importante para proteger este tipo de opiniones. La mejor manera de saber que estas ideas están en la sociedad y la mejor manera de combatirlas, también de manera pública, es dejando a estas voces hablar. Nada hacemos censurándolas, si estas voces existen en otros círculos de la sociedad.

Creo que lo mejor en esos casos no es censurar sino dar voz a quienes pueden contradecirlo. Qué bueno es saber que este hombre piensa de esta manera, qué bueno es no desconocer que hay gente que piensa así, qué bueno es tener la oportunidad de rebatirlo de manera pública.

Y es que eso es lo lindo de la libertad de expresión. Las denuncias de las mujeres acosadas son palabras que en otros contextos pueden ser censuradas. Afortunadamente no fue así. Me sorprende mucho que él diga que las mujeres están ‘contagiadas’ haciendo denuncias, casi como en una paranoia, cuando esto es simplemente es el resultados de poder sentirse apoyadas por las palabras de otras mujeres.

Entonces, la libertad de expresión nos permite hacer esas denuncias para exigir derechos y participar en esos debates. Creo que la mejor manera de proteger el debate no es con la censura sino dándole voces a otras personas.

¿Puede o debe un medio no publicar, o publicar con alguna advertencia, una columna como la de Caballero?

En un caso como el de Caballero lo que hay que hacer es diferenciar entre los discursos prohibidos, como aquellos que incitan directamente a la violencia, y los discursos que reciben resistencia al interior de ciertos grupos en la sociedad, como es el caso de este señor. Lo que él publica no es un discurso prohibido. Entonces, lo que el medio de comunicación debe hacer, si bien tiene un acuerdo con él para publicar sus columnas, es no censurarlo.

De hecho, el medio de comunicación no debería controlar o restringir previamente lo que publica el columnista, salvo que vaya directamente en contra de su línea y políticas editoriales. Y estas políticas deberían estar previamente establecidas por el mismo medio.

Entonces, ¿la libertad de prensa exige también ser tolerantes con la intolerancia y los discursos sino de odio al menos incendiarios?

Yo creo que los medios tienen dos opciones. Primero, publicar la columna sabiendo que las opiniones chocantes también están permitidas. La segunda, es que la publiquen haciendo una aclaración editorial que debería responder a las políticas editoriales previamente definidas por el medio de comunicación.

Creo que el medio es libre de elegir la opción que más le convenga o la que crea es más conveniente. Cualquiera de estas dos opciones es preferible a que haya censura, así como recientemente hubo censura con la periodista Catalina Ruiz-Navarro cuando publicó una columna en El Heraldo de Barranquilla. Allí el periódico le dijo a la periodista que ellos tenían la política de no criticar a otros medios de comunicación, pero esa política sólo apareció cuando Ruiz-Navarro publicó una columna que no le gustó a El Heraldo.

Entonces el medio puede publicar haciendo las aclaraciones que quiera. Sin embargo, y esto es lo más importante, creo que el medio antes de hacer aclaraciones y este tipo de cosas, por lo que debería preocuparse es por ofrecer espacios para que otras voces plurales, contradictorias de lo que está diciendo el señor Caballero contribuyan a ese debate. Lo que necesitamos no es censurar la opinión de Caballero, por más repugnante que nos parezca, sino tener espacios en esas mismas tribunas para tener una opinión diversa e ilustrar otros puntos de vista.

Pero entonces, ¿qué responsabilidad deben tener los medios de comunicación en este tipo de situaciones? 

Si las mujeres tenemos que abrirnos un espacio en las discusiones públicas, que no sea de la mano de la censura. Lo que nos falta es tener espacio en Semana y en medios de comunicación como este. Aprovecho para decir que de cinco columnistas que tiene Semana sólo hay una mujer. Creo que lo que necesitamos es tener más voces femeninas y más voces feministas. Esta es la responsabilidad que yo creo que le cabe a los medios de comunicación.

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