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¿Quién fue María Mercedes Carranza?

Cronología de unas de las poetas y gestoras culturales más importantes del s.XX en Colombia.

por

Andrea Sánchez Valencia

Semillero de investigación de María Mercedes Carranza


07.08.2024

Carranza en su apartamento de La Macarena, 1973. Foto tomada por Pedro Cote. Cortesía: BADAC - Fondo María Mercedes Carranza.

Este texto hace parte del especial “El mundo es esto que miro: vida y obra de María Mercedes Carranza”. Para ver otros textos del especial, haga clic aquí

***

Más conocida por su poesía, María Mercedes Carranza en realidad dedicó gran parte de su vida al periodismo y a la gestión cultural. Fue ese su sustento desde joven como redactora y gestora de Estravagario; después, en la revista Nueva Frontera, donde trabajó cerca de 10 años y, hacia el final de su vida, como colaboradora de Semana, El Tiempo, Credencial, Diners, entre otras. Fue una incansable activista por la paz desde varios frentes: la poesía, su participación como miembro de la Asamblea Nacional Constituyente, su apoyo al proyecto político de Luis Carlos Galán y el estrecho trabajo que realizó a su lado. Su rol como fundadora de la Casa de Poesía Silva y creadora de los eventos masivos de poesía Descanse en paz la guerra y Alzados en almas son solo algunas de sus más destacables iniciativas.

Los ideales que forjaron su carácter se gestaron como consecuencia, y en oposición, a la clase social en que nació. La élite cultural que heredó del lado materno y paterno la acercaron a lecturas y personalidades que, por filia o por fobia, definieron su carácter y sus convicciones: Eduardo Cote Lamus, Carlos Obregón, Daniel Samper, Carlos Lleras Restrepo, José Luis Panero, entre otros, tuvieron un lugar importante en su trayectoria.

“Me doy cuenta de que mi enfermedad”

Un texto inédito de María Mercedes Carranza.

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Recordar la vida de María Mercedes Carranza es recordar la vida de una mujer que luchó por la creación de políticas públicas serias para que la cultura, con enfoque en la poesía, transformaran la vida de muchas comunidades a nivel local y nacional. Algunas de sus iniciativas quedaron impresas en nuestra actual constitución; otras, en la arquitectura bogotana, como es el caso de la Casa de Poesía Silva. Recordarla es rendirle homenaje a la escritora que convirtió a la poesía en un instrumento de la ciudadanía para manifestarse en contra del conflicto armado en sus años más críticos (años 80 y 2000), y que a nivel internacional difundió nuestra literatura promoviendo intercambios de escritores célebres en eventos creados por ella, o a los cuales ella era invitada.

Conviene recordar también el legado de su poesía, en la que se dibujan paisajes del conflicto armado con aguda sensibilidad, pero también nos permite entender el amor, el desamor, o en sus palabras “ver e iluminar aquellas zonas más oscuras de nuestra realidad” y de nosotros mismos.  Con esta breve cronología buscamos que las personas que aún no la conocen puedan acceder a su fascinante vida desde el archivo que hoy custodia el Banco de Archivos Digitales de Artes en Colombia, de la Universidad de los Andes –BADAC.

Años 40 y 50

María Mercedes Carranza nació el 24 de mayo de 1945 en Bogotá, hija del poeta Eduardo Carranza y Rosita Coronado Mújica. Un año antes había nacido su hermano Ramiro, y en 1946, en Santiago de Chile, nació su hermano menor, Juan. Su padre fue uno de los poetas más célebres del siglo XX, fundador del movimiento literario Piedra y Cielo y promotor de la literatura colombiana a nivel internacional.

Entre 1946 y 1958, Eduardo Carranza ocupó cargos diplomáticos como agregado cultural y secretario en las embajadas de Colombia en Chile y España, lo que llevó a la familia a trasladarse en 1946 a Santiago de Chile. En 1947 regresaron a Colombia y en 1951 se establecieron en Madrid, donde María Mercedes vivió hasta los 13 años. Creció en contacto permanente con la élite cultural y política española y latinoamericana.  Conoció a personas importantes a lo largo de su infancia, con algunas de las cuales cultivó una amistad muy cercana y duradera, figuras como Eduardo Cote Lamus y Juan Luis Panero son tan solo algunos ejemplos.

Aunque la vocación poética de María Mercedes se atribuye comúnmente a la influencia de su padre, también recibió una notable influencia del lado materno. Al frente del hogar, Rosita y su hermana Elisa Mújica, también escritora y gestora cultural, fomentaron en los niños el amor por la literatura y la escritura en el día a día.

Rosita Coronado, Eduardo Carranza y Ramiro Carranza. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
Inscripción al respaldo “Para mis tios Alejandro y Anuncia y mis primos Adán, Alejo, Hernán y …? con muchos besos de la menor (?) de los Carrancitas un poco chatica como su mamá lucía pero linda como su Tio Angel Enrique y como era su Tio Emiliano. María Mercedes. Santiago, noviembre 6/47 . Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
Inscripción al respaldo: “De izquierda a derecha: Mercedes Simmons de Betancur, Rosita de Carranza, Salvador Dalí, Ramiro Carranza, Gala, Eduardo Carranza, Rafael Betancur. En Roma en la inauguración de las ilustraciones para la Divina Comedia.” Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
Inscripción al respaldo “Elisa Mujica y María Mercedes Carranza, Madrid, 1957.” Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.

Años 60

En 1958, de regreso a Colombia con su familia, María Mercedes Carranza pasó de la España franquista a una Colombia en plena transición liberal durante el inicio del Frente Nacional. 

A los 18 años se declaró poeta, rebelándose contra la escritura de su padre y la sublime poética de Piedra y Cielo. Sus padres la animaron a regresar a Europa, en 1963, e inscribirse en la Universidad Central de Madrid para estudiar Filosofía y Letras. Sin embargo, encontró obsoleta la metodología de las clases y privilegió sus propias lecturas, recorrer Madrid con su mejor amigo Juan Luís Panero y viajar por varias ciudades de Europa, tras rebelarse contra sus padres que le habían prohibido la amistad con Panero. 

Cansada de Madrid, regresó por segunda vez a Colombia en 1965 para continuar sus estudios en la Universidad de los Andes, donde solo obtuvo el título veinte años más tarde, pues le negaron presentar su primer poemario, Vainas y otros poemas, como opción de grado. Ese año inicia su carrera como periodista cultural al fundar Vanguardia, la página cultural del diario El Siglo, en la que organizaba concursos de poesía y cuento entre los jóvenes escritores de su generación en Colombia. También editaba artículos sobre cine, literatura y arte. 

Se retiró por un año en Taganga (1965) donde, al lado de su madre, cultivó una huerta. Durante ese año cultivó también algunas de las lecturas que moldearon su escritura: Nicanor Parra y Marcel Proust, por citar unos pocos. Su madre la envió de vuelta a Europa para que retomara sus estudios, pero en 1969 regresó a Colombia, definitivamente harta de Europa, y conoció a Fernando Garavito, alias «el señor de las moscas», un periodista cultural que cambió el rumbo de su vida. 

María Mercedes Carranza con cerca de 15 años. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
María Mercedes Carranza en Taganga. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.

Años 70

En 1970 se casó con Garavito y dos años más tarde publicó su libro Vainas y otros poemas, que fue excelentemente recibido por la crítica. A la par que inauguraba su carrera como poeta, se abrió paso en el periodismo cultural de la mano de su esposo, que había fundado la revista cultural Estravagario en Cali. Se muda a esa ciudad para trabajar en la revista y entabla amistad con otros colaboradores como Carlos Obregón y Pedro Gómez Valderrama, también por larga data.

En 1975 se convierte en mamá, pero al año siguiente se separa de Fernando Garavito y regresa a Bogotá con su hija, Melibea. Carlos Lleras Restrepo, que pocos años antes había fundado la revista Nueva Frontera, la invita a trabajar como redactora de la sección cultural. En la sala de redacción conoció a Luis Carlos Galán, su colega en sala de redacción, con quien estableció una profunda amistad y un activismo político ligado al movimiento Nuevo Liberalismo. En 1976 es nombrada jefe de redacción.

Inscripción al respaldo de la fotografía “Duitama, 1974. Andrés Holguín, Vilma, María Mercedes Carranza, Hollmann Morales, Fernando Garavito. Para Melibea, ¡entonces en proyecto!». Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
Inscripción al respaldo “Lectura de poesía de la Universidad Nacional. Julio 27/1976. Luis Vidales y María Mercedes Carranza en el auditorio de la UN.” Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
María Mercedes Carranza en Leningrado, URSS, 1977. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.

AÑOS 80 

Durante esta década se consolidaron las acciones que sellaron el nombre de María Mercedes Carranza en la historia reciente de Colombia. Entre 1983 y 1987 la publicación de sus dos libros de poesía, Tengo miedo y Hola, soledad la consagraron como una de las poetas más importantes de las letras latinoamericanas. 

En la sala de redacción de Nueva Frontera había establecido una fuerte amistad con su colega Luis Carlos Galán, a quien apoyaría posteriormente dentro del movimiento Nuevo liberalismo, liderado por Galán durante su campaña presidencial a finales de los 80. La revista le mereció a Carlos Lleras Restrepo, su director, el premio de periodismo Simón Bolívar en 1984. 

En 1985 murió Eduardo Carranza. Enfermo de cáncer, había ido a recibir tratamiento en Madrid donde acabó por morir tras una apoplejía. Al año siguiente, Procultura publicó el libro Carranza por Carranza, en el que María Mercedes hace un extenso análisis de la obra de su padre. La Universidad de los Andes le propone que presente su obra como tesis de grado y finalmente obtiene el título de Literata.  

Todavía como periodista de Nueva Frontera, en 1986 María Mercedes publica un artículo en el que denuncia el estado de abandono en el que se encontraba la casa donde habitó el poeta José Asunción Silva. A raíz de este artículo, Belisario Betancur, entonces presidente, le propone a María Mercedes trabajar en la rehabilitación de la casa. Se unen con la restauradora urbana Genoveva Carrasco de Samper, directora de la corporación La Candelaria, para crear la Fundación Casa de Poesía Silva con la misión de “estimular, promover y desarrollar actividades que contribuyan al estudio y divulgación de la poesía colombiana y extranjera”, como consta en los estatutos. La casa abre sus puertas el 24 de mayo de 1986, coincidiendo con su cumpleaños número 41.

Inscripción al respaldo “Funeral E. Carranza”. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
María Mercedes Carranza y Luís Carlos Galán en la sala de redacción de Nueva Frontera en 1984. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
Alejandro Obregón y María Mercedes Carranza, 1987. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
Inscripción al respaldo “Agosto 23-84. Entrega premio “Simón Bolívar” Patricia Lara, Carlos Lleras, +, M. Mercedes Carranza”. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.

A partir de ese año, María Mercedes pasa a dirigir la fundación y es la responsable de la creación de una biblioteca especializada en poesía, una sala de eventos, la Revista Casa Silva, una fonoteca, una editorial y un premio anual de poesía. Todo esto, además de una agenda cultural colmada de eventos dedicados a la promoción de la poesía, de poetas emergentes y a un intensivo acercamiento de este género al público general. Durante dos décadas, la Casa se convierte en el epicentro de presentaciones, conferencias y visitas de escritores y artistas ineludibles de las letras hispanoamericanas: Gabriel García Márquez, Álvaro Mutis, Juan Manuel Roca, Darío Jaramillo, Alejandro Obregón, Eugenio Montejo, entre muchos otros promovieron eventos gracias a la gestión de María Mercedes. 

En 1988, con el apoyo de su hermano, que dirigía la Fundación Eduardo Carranza, lanza la primera edición del Premio Eduardo Carranza en patrocinio con La Fundación Santillana. El jurado estaba compuesto por Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Arturo Uslar Pietri y Augusto Roa Bastos. La obra ganadora se publicaría en México, Colombia y España y recibiría un premio de 100.000 dólares.

El 24 de mayo de 1989 presenta el concurso La poesía tiene la palabra en un evento de poesía en Medellín. En él se elige “el mejor verso de amor de la poesía colombiana”. En una lectura al aire libre que contó con una participación masiva, se premió el poema de amor no. 1 de Darío Jaramillo Agudelo. 

El 18 de agosto de 1989 es asesinado Luis Carlos Galán en Soacha. María Mercedes inmortalizó su muerte en la elegía “18 de agosto de 1989”: «un paso al frente, una bala en el corazón; un paso atrás, una bala en el estómago. El asesino baila con la muerte».  A raíz de este acontecimiento, publica el artículo de opinión «Juguemos a la fantapolítica: Galán en la casa de Nariño» a modo de ejercicio imaginario sobre lo que habría sido Colombia si él hubiera llegado a la Casa de Nariño. En 1990 recibe en nombre de Luis Carlos Galán el premio del Círculo de Periodistas de Bogotá. 

María Mercedes Carranza, Melibea y Belisario Betancur en el lanzamiento de Carranza x Carranza el 3 de mayo de 1985. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
María Mercedes Carranza y Álvaro Mutis en la Casa de Poesía Silva. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
María Mercedes Carranza con Luis Zalamea Borda en 1984. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
María Mercedes Carranza con sus amigas en el Hotel Hilton. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.

AÑOS 90 

A inicios de 1990 es elegida miembro de la Asamblea Nacional Constituyente por el Consejo Nacional Electoral para crear la décima constitución de Colombia. Participó en representación del movimiento Alianza Democrática M-19. 

Dentro de la Asamblea, propuso la creación e integró la Comisión de Redacción y Estilo que garantizara la claridad del lenguaje usado en la constitución. En sus ponencias, defendió la descentralización de la cultura y la educación al promover artículos que reconocen las lenguas, idiomas y modalidades lingüísticas de otros pueblos de la nación como lenguas oficiales y, en ese orden, permiten la enseñanza bilingüe dentro de esos territorios. Al mismo tiempo, abogó para que los artículos que versaban sobre la cultura protegieran “a todos los colombianos en el ejercicio de sus culturas, tradiciones y lenguas”, e insistió en el reconocimiento de “la igualdad y dignidad de todas las culturas que conviven en el país y el derecho de cada comunidad a afirmar y preservar su identidad cultural”. También defendió el papel de promoción de la cultura del Banco de la República e insistió en la designación de un órgano legislativo que expidiera los estatutos y en ellos garantizara el papel de promoción y salvaguardia de la cultura colombiana.

Gracias a su trayectoria en el periodismo, María Mercedes fue pionera en la defensa del derecho de los colombianos a recibir libremente información veraz por parte de los medios. Sus ponencias a este respecto reclamaban que en la constitución debía constar el libre acceso de todos los ciudadanos a los documentos oficiales, al respeto de la propia imagen y a la vida privada. También propuso que en la constitución debía quedar consignado, explícitamente, que los medios de comunicación cumplen una función social y que, por lo tanto, su propiedad debe utilizarse para el bien común, los intereses colectivos y la preservación de la democracia en su uso y manejo. Para ello, fue enfática en que la constitución debía prohibir los monopolios y oligopolios mediáticos.

En materia de derechos de la mujer, sus ponencias evidenciaban con cifras la ínfima participación de las mujeres en cargos públicos y de poder. Aún así, demostraba que para la época más del 65% de los hogares colombianos eran constituídos por madres cabeza de familia, siendo la mujer la principal proveedora económica. Siempre defendió que las mujeres trabajaban tanto como sus pares masculinos, pero que la visibilidad que tenían era mínima, y que la constitución debía abordar estas brechas en sus artículos. Entre otros asuntos relacionados con los derechos de la mujer, se posicionó a favor de la despenalización del aborto.

María Mercedes Carranza en una sesión de la Asamblea Nacional Constituyente, 1991. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
Inscripción al respaldo “Asamblea Constituyente. Mayo 24 1991. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
Jurado del Premio Pegaso de literatura. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.

Entre 1992 y 1999 se dedicó activamente a la Casa de Poesía Silva, promoviendo lecturas de poesía en la Biblioteca Nacional de Colombia (1994), participando en congresos internacionales de poesía, como el de 1995 en Estocolmo donde presenta “Vida y obra del poeta colombiano León de Greiff”, o lecturas de poesía colombiana en Buenos Aires, España (1996) e Israel (1997). También es frecuentemente invitada como jurado de concursos de poesía, novela y cuento. 

En 1994 publica su cuarto libro de  poesía De amor y desamor.

En 1996, para los 10 años de la Casa de Poesía Silva, organizó el Congreso Internacional Silva, su obra y su época. El mismo año organiza una exposición itinerante de José Asunción Silva que viaja por Francia, Venezuela, Chile, Bolivia, México, Ecuador, Cuba, Canadá y Argentina. 

Durante el fin de los años 90 y comienzos de los 2000, María Mercedes condujo todos sus esfuerzos en el activismo por la paz en Colombia. En 1998, Arango editores publica su libro El canto de las moscas: versión de los acontecimientos, en el que decanta su poesía en versos breves, a modo de haiku, para retratar paisajes de la violencia y las masacres en el campo. 

Ese mismo año, la Casa de Poesía Silva organiza el evento masivo de poesía Alzados en almas, en el Parque Central Bavaria en Bogotá, que cuenta con la lectura en voz alta de textos de 15 de los mejores poetas colombianos: Fernando Chary Lara, José Luis Díaz Granados, entre otros. 

Invitación a María Mercedes Carranza por parte de PROMETEO-Corporación de Arte y Poesía a formar parte del jurado del II Premio Internacional de Poesía. Enviado desde Medellín el 24 de agosto de 1994. Autor: La Galería Garces Velásquez y el Taller Dos Gráfico. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
Caicedonia: Casa de la Cultura. Mayo / 92. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
Con Gabriel García Márquez y Belisario Betancur, 1992. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.

AÑOS 2000

En el año 2000 muere su madre, Rosita Coronado, y en 2001 es secuestrado su hermano Ramiro Carranza por las FARC. A partir de aquí, ella y su hermano Juan se concentran en las negociaciones humanitarias para la liberación. En paralelo, entre 2001 y 2002 también participa en varios encuentros internacionales de escritores, realiza conferencias y viaja para dar testimonios de su gestión en la Casa de Poesía Silva, considerada un referente de gestión cultural pionero en hispanoamérica. 

El 23 de mayo de 2003 organiza nuevamente un evento masivo de música y poesía bajo el nombre “Descanse en paz la guerra”, cuyo objetivo era manifestarse en contra de la guerra en Colombia. Al mismo tiempo, hace entrega de los premios del concurso organizado por la Casa de Poesía Silva que también giraba en torno al rechazo a la violencia. 

Para 2003 había desarrollado una profunda depresión que la llevó a quitarse la vida el 11 de julio. 

María Mercedes Carranza frente a la Casa de Poesía Silva. Cortesía: BADAC – Fondo María Mercedes Carranza.
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Andrea Sánchez Valencia

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