Misteriosos demonios de Tazmania, amigos que dibujan y un nombre escrito en ruso
El dibujante australiano Simon Hanselmann pasó de ser un éxito en internet a convertirse en uno de los artistas de cómic más reconocidos de la escena actual. Aprovechamos su visita a Bogotá y a Medellín, dentro del marco del Festival Entreviñetas, para caminar y conversar con él. Nos habló de sus amigos, la fauna australiana y sus neurosis.
Desde hace 10 años, de manera misteriosa, los demonios de Tazmania han desarrollado un cáncer que les deforma el rostro. Nadie sabe por qué los animales se enferman y, aunque han sufrido cientos de exámenes médicos, tampoco se ha encontrado una cura. Este misterio veterinario me lo cuenta Simon Hanselmann mientras señala uno de los árboles que enmarcan la estatua de Rafael Uribe Uribe en el Parque Nacional de Bogotá. Señala su forma geométrica y dice que le parece inmenso. Rarísimo. Yo le digo que para fauna inmensa y rara está Tazmania, lugar donde nació, y Australia, lugar donde vive. Ornitorrincos, koalas, canguros, wombats. Los enumera como si estuviera haciendo una lista de mercado. No te olvides de los demonios de Tazmania, le recuerdo. Claro, los demonios de Tazmania. Los demonios de Tazmania que ahora están enfermos.
2.
Dice que es muy sano odiar el trabajo propio. Ríe. Explica mejor. Dice que es sano odiar el trabajo propio porque siempre hay maneras de mejorar. No se graduó del colegio porque sabía que quería dedicarse a los cómics. Desde los siete años dibujaba fanzines que vendía a sus amigos. Le digo que desde muy chico era un hombre de negocios. Ríe. Asiente. Dice que alguien le sugirió colgar su trabajo en Tumblr y siguió el consejo. Nunca sospechó que las aventuras de Megg y Mogg se volverían virales y que a los tres meses cinco editoriales estarían pidiéndole que publicara con ellos. Cuando deje Bogotá viajará nuevamente a Australia. Allá pasará cinco días y luego partirá a Rusia. Visitará Moscú y San Petersburgo. Sus cómics ahora están en caracteres cirílicos y le fascina ver su nombre escrito en ese lenguaje tan ajeno. Ha sido traducido a 9 idiomas y sueña con el momento en que lo traduzcan al japonés. Cuando eso suceda, hará un libro solo en blanco y negro que se pueda leer a la inversa, como los manga.
3.
Su madre es adicta a la heroína. Dice que es una situación horrible pero que al menos le da material para sus historias. A veces le gustaría que su madre tuviera más amigos o que practicara algún hobbie. Tal vez que dibujara cómics para que no se sintiera tan sola. Todos los amigos que él ha hecho en los últimos años también dibujan. Dice que extraña a Grant, su mejor amigo, que también está enfermo. Grant dibuja sobre recetas médicas y formularios de hospitales y cada tres años los médicos le dicen que solo le queda un año más de vida. Grant ha coescrito muchas de las historias de “Megg, Mogg and The Owl” y es el único capaz de encerrarse con él una semana a trabajar sin parar, sin comer y sin dormir, solo Redbull, para sacar pequeños fanzines que venden en internet. Grant le ayuda también a doblar las hojas, a coserlas y a empacar los paquetes de libros que envían a todo el mundo. En los próximos meses Simon se irá a vivir a Estados Unidos y Grant se quedará en Australia. Dice que lo extrañará como a nadie en el mundo.
4.
Simon Hanselmann a veces se viste de mujer. Ha dejado de hacerlo, sobre todo cuando sale de gira porque le gusta viajar ligero. Le pregunto si su esposa usa la misma talla y me dice que no comparten ropa porque ella tiene los senos mucho más grandes. Dice también que muchos activistas queer se molestan cuando el no aparece en eventos vestido de mujer porque sienten que los ha dejado solos. Una vez se disfrazó de novia y quiso casarse con los cómics. Otra vez se vistió como Megg, el personaje principal de sus historias, y los fanáticos se volvieron locos.
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Simon Hanselmann estará el 10 de septiembre en Bogotá lanzando su nuevo libro “Magia Blanca” en la librería Casa Tomada (Transversal 19bis No. 45d – 23) a las 6 de la tarde. Estará también el 11 y 12 de septiembre en Medellín hablando de cómics, brujas, compañeros de apartamento y otros animales raros.