La libertad de expresión es un bien uribista

La libertad de informar y opinar en Colombia solo la puede ejercer Uribe, sus abogados y sus seguidores, para los demás ciudadanos, inclusive para los periodistas, hay matoneo digital, amenazas, violencias, judicialización de su opinión, echadas a la calle o cierre de medios. El caso de Noticias Uno fue el premio mayor a ese encomio por silenciar la libertad de expresión.

por

Omar Rincón


04.09.2019

Ilustración por: Juan Andrés Barreto

Fue un camino largooooo y durooooo, más de 16 años buscando sacar del aire a este informativo cuyo pecado fue hacer periodismo crítico para exponer las ilegalidades del dueño de la nación: el primer hembro del país. Y se logró en el último año porque la primera dama, doña Ivana o su gobierno, se encargó de llamar a los dueños y directivos de medios para que quitasen periodistas molestos y eliminaran noticieros fastidiosos; a los anunciantes para decirles que no invirtieran donde informaran sobre lo mal que va todo porque eso atenta contra la naranja; a los periodistas mascotas para que ladraran duro contra esos perros bravos que le dañaban el buen genio; a la ministra MinTic para que, ahora con ley en mano, chantajeara concesiones; a los que pautan, los empresarios, para amenazar con no darles más billete si siguen invirtiendo en esos molestos medios y periodistas.

La gran Bieri fue la primera campana y ladró contra Rivas de los Puros Criollos a quien le dijo coma callao, que no se le critica al que  “come de esta mano”, que “mucho bruto” y todo por pensar con la propia cabeza. Luego, para celebrar los primeros 100 días de la nada, los periodistas preguntan lo que quiere la primera dama. Estuvo la llamadita a Semana para no publicar y todo el affair Coronel, en el que no salió bien librado ni el gobierno ni el periodismo y ni los medios. Hace poco, cinco columnistas de 3 minutos fueron expulsados de la cadena radial Caracol que se soñaba como un cielo de libertad. En todos los casos, lo único en común era dudar del primer hembro del país. Al mismo tiempo, la ministra Mintic aprobó de “urgencia” su ley Claro, Apple, Google, Facebook para castigar a los operadores colombianos (parece que le hizo conejo a Caracol y RCN con la rebaja del pago) y premiar los favores recibidos del Canal Uno (se le amplía por 10 años su concesión tal vez con el peaje de sacar del aire esa molestia de Noticias Uno, ojalá les cumpla); una ley de urgencias que no era tal porque no la aplican aún, ¡tanto afán para no tener nada listo!, solo querían la ley para hacer la subasta de espectro, castigar a Noticias Uno y favorecer a los operadores internacionales.

Todos aprendemos que estamos en una democracia de una sola opinión: la del dueño político del país.

Pascual Gaviria, de los últimos que se atreven a ladrar, tuitió “es al menos extraño que Noticias Uno, ganador de 9 de los últimos 10 premios al mejor noticiero de la televisión en Colombia, tenga que salir del aire. Lo que sí es lógico es que el noticiero más incómodo es el más malo…para el gobierno”. Camila Zuluaga se expresó y dijo “hay quienes celebran en silencio la salida de Noticias Uno del aire, aquellos que se sentían incómodos con su periodismo crítico. Aquellos que quieren apagar la democracia e instaurar populismos autoritarios que solo permiten una narrativa”. La Fundación para la Libertad de Prensa manifestó que “una de las causas de la crisis económica del Canal Uno tiene que ver con no haber podido acceder a otros anunciantes, ya que los otros canales de televisión abierta tienen contratos de exclusividad con potenciales contratantes de publicidad” y agregó que “la concentración de poder en el sector de telecomunicaciones entregado por el Congreso al Ejecutivo a través de la Ley TIC, acompañada de la intención de voces potentes del partido de Gobierno de silenciar a Noticias Uno, configuran un escenario propicio para que el Canal Uno haya contemplado sacrificar al mencionado noticiero”.  Y concluye que “con la salida del aire de Noticias Uno pierde el pluralismo informativo en Colombia. La homogeneidad del cubrimiento periodístico en nuestro país hace que este hecho represente una pérdida significativa para la libertad de prensa y el derecho de la sociedad a estar bien informada”. Todos aprendemos que estamos en una democracia de una sola opinión: la del dueño político del país.

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Y mientras tanto, según la Fundación para la libertad de Prensa- FLIP en el “Mapa de violaciones a la libertad de prensa” registra 87 amenazas a periodistas en todo el país en el 2019 a través del matoneo de panfletos, mensajes de texto, llamadas telefónicas, redes digitales e incluso la presencia física de sujetos. Siendo Bogotá la ciudad con más amenazas registradas a periodistas con 12 casos. Luego le sigue el departamento de Arauca con 11 y el tercer lugar lo ocupan Antioquia y Santander con 6 casos cada uno. La salida del aire de Noticias Uno se juntó con un año en el que nos hemos acostumbrado a los despidos masivos de periodistas en los grandes medios. En total van 700 empleos en los medios en los últimos años.

No ha jugado a meter más formas de ser colombianos, hacer televisión desde y con los ciudadanos. O sea, si es cierto el asunto económico deben hacer un nuevo canal, no sacar lo que le da marca, legitimidad y vida.

La razón expuesta por el Canal Uno de que fue por razones económicas es un débil argumento porque es todo el canal el que es un fracaso. Si fuese por economía deberían cerrar todo el canal. De ese canal solo se salvan Noticias Uno y CM& La Noticia que son líderes en opinión y conversación pública y tienen un público asegurado. Y es que el Canal Uno ha sido una decepción porque decidió no ser canal sino colcha de programas baratos. El UNO solo compite en noticias. El resto es patético. No hay novedad en formatos, no hay producciones de ficción para competir, solo se quiere sobrevivir y ganar algunos pesitos. Cuando lo intentaron con Sin senos Sí hay paraíso lograron poner a temblar a RCN. Ahora solo lo salvan las telenovelas turcas, que no están mal, pero no puede ser el todo. No ha jugado a meter más formas de ser colombianos, hacer televisión desde y con los ciudadanos. Y hacer ficción, series, telenovelas que son las que dan el rating. O sea, si es cierto el asunto económico deben hacer un nuevo canal, no sacar lo que le da marca, legitimidad y vida.

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Y mientras tanto el primer hembro seguía matoneando, fomentando el odio, jugando con la justicia, la democracia, los derechos humanos. Su sonrisa triunfal debe ser embalsamada. Y tenía por qué estar feliz: por fin se cumplió su máximo deseo: quitar a Noticias Uno. Y  la primera dama se exhibe con Ivanka en otro de sus actos de farándula.

Así hemos llegado al Estado de Opinión o cuando solo existe una sola voz: la del amo, los periodistas obedecen o miran para otro lado, los hechos no importan, la información menos. La libertad de expresión, decir y opinar solo es del amo. Raro eso de pensar que por tener opinadores de medios y redes en su favor, la realidad cambie. No todo es percepción: la realidad es brutal.

En este contexto, la libertad de expresión deja de importar para pasar a la opinión creyente aprobada y la opinión disidente perseguida. Y entonces, surge la idea que la libertad de expresión no tiene sentido; es un mal necesario que hay que aguantar porque define la calidad de la democracia.

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En conclusión, la salida de Noticias Uno indica por lo menos seis asuntos:

  1. En Colombia importa más a los gobiernos “impopulares” ganar el favor de los medios y de la opinión, que gobernar bien, tener hechos y defender las libertades democráticas. Lo corrupto es comprar medios, conciencias y periodistas, lo correcto es la libertad de expresión y hacer realidades.
  2. La libertad de expresión en Colombia solo funciona para que Uribe y sus seguidores y defensores matoneen a quien se les de la gana, para los ciudadanos y periodistas con un tris de disidencia no la hay.
  3. El gobierno ha presionado vía llamadas, pauta propia, presión a empresarios anunciantes y ley para que las voces disidentes sean silenciadas.
  4. Los empresarios anunciantes no apoyan proyectos periodísticos independientes, autónomos y críticos, con su obediencia al gobierno demuestran que primero está su negocio que la democracia.
  5. El Canal UNO es un fracaso y no porNoticias Uno si por el diseño de canal, programación y la ausencia de producción hecha en Colombia.
  6. El periodismo está muriendo en Colombia. Ahora, todo es opinión, no hay hechos. La realidad no importa. Y al estar en crisis la democracia, también lo está su narrador: el periodismo.

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La libertad de expresión es necesaria para la calidad de la democracia porque a mayor libertad de expresión, mejor democracia, menos secretismo del poder, mayor transparencia, menor opacidad del gobierno, ciudadanía mejor informada. Y es que la libertad de expresión promueve la diversidad y pluralidad de opinión y mejora la calidad de la conversación pública. Por ahora, nuestro gobierno le tiene más miedo a la opinión que a los hechos. Triste y muy colombiano que como dice Camila Villamizar “en la última semana he visto gente celebrando 2 hechos que son muy tristes y graves: i) anuncio del regreso a las armas de un grupo de personas, ii) cierre de un noticiero. Ninguno de esos hechos es bueno para el país, ni para la democracia”.

 

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