Julio se puso heavy: memes, un día, un mes

Contando cada día, el tono de los memes de Julio empezó con cierta ligereza y hasta optimismo, pero, ciertamente hacia la mitad del mes, la fiesta de quinceañera dio paso a una narrativa más obscura y sarcástica.

por

X. Andrade

Profesor Asociado y Coordinador del Laboratorio de la Imagen, Antropología, Universidad de Los Andes. ** En colaboración con Mauricio Sali [...]


31.07.2020

“Este ya es un Julio histórico”. El cuarto mes de encierro produjo un fenómeno peculiar en los circuitos meméticos: la emergencia de imágenes intervenidas de Julio Iglesias, el cantante hispano más comercial de la historia, como un referente primordial para dar cuenta de una temporalidad que dejó la esperanza del retorno a la cotidianidad en la congeladora.

Contando cada día, el tono de los memes de Julio empezó con cierta ligereza y hasta optimismo, pero, ciertamente hacia la mitad del mes, la fiesta de quinceañera dio paso a una narrativa más obscura y sarcástica. La liviandad brindó paso con plenitud al humor negro, aquél lenguaje que ha colonizado la vida social de los memes en la pandemia.

El sentido del tiempo pasó, así, a ser percibido básicamente en relación al propio mes de Julio como única unidad de medida establecida, desplazando la centralidad de los días y sumergiéndolos a éstos en una bruma aletargada, al punto de ser necesario reiterarlos uno a uno para tenerlos todavía medianamente presentes. Los memes de Julio marcan un antes y después en cómo estamos experimentando el día a día, un punto de quiebre signado por el tedio y nuevas formas de ironizar sobre aquello y la realización de un horizonte perdido entre los meses que vienen. Julio Iglesias, así, se convirtió en el máximo referente del mes entero. 

La literalidad de la correspondencia entre el nombre del artista y el calendario es la única base en que se sustenta su asociación bajo la forma de memes, y, precisamente por lo banal de aquella, su singular éxito iconográfico. Mediante estrategias simplistas de representación, la colección que forma parte de este ensayo da cuenta de muchas dinámicas simultáneas, todas ellas marcadas por el peso del enclaustramiento: entusiasmo, ansiedad, desesperación, hartazgo, espera.

El lenguaje dominante para aludir a estos sentimientos, no obstante, fue el de un humor literal y lúdico, centrado en el uso de la imagen del cantante cuando acoplada, mediante textos alegres pero también cáusticos –cuando no marcadamente macabros o algo sádicos– al goteo del tiempo. Las edulcoradas metáforas usadas por el ídolo en sus canciones, de hecho, suenan ahora premonitorias, ya nadie puede dudarlo, considerando que operamos bajo un almanaque lunar para organizar el ciclo temporal de un año. 

Corto o Largo, el ciclo, Iglesias habla del desplazamiento de la centralidad del día y la noche: “Noche de ronda, qué triste pasas, qué triste cruzas, por mi balcón”; hacia el emplazamiento de una temporalidad alterada, inasible: “Luna que se quiebra sobre las tinieblas de mi soledad… ¿Adónde vas?” Haciendo eco de estas profecías, soy el primero en embarcarme hacia la formulación de teorías conspirativas al respecto para, así, desentrañar el cripto criticismo que encierran poesías como éstas y las supuestas “coincidencias” de su aparición en épocas de pandemia.  

Del proverbial romanticismo de Julio (Iglesias), no obstante, poco resta. En la segunda quincena del mes, el ritmo se aceleró quizás por aquello del deseo de llegar al final de un hito marcado por una marca temporal que todavía se mantiene como un referente amplio para fijar expectativas que, consistentemente, se aplazan. Como persiguiendo aceleradamente, una única meta: que se acabara el mes de Julio independientemente de que al principio y con brocha gorda, “pintara bien” o “no muy bien”, dependiendo del hacedor de memes.

Con la finalidad, todo parece advertirlo desde Colombia al menos, de inaugurar un periodo similar de aislamiento adicional. Nos encaminamos, parece, hacia lo que reza un novísimo meme: “el primer año de la cuarentena, es el más difícil”.

Desde días previos a inicios de este mes, y, de forma gradual pero sistemática, Julio Iglesias se convirtió en un ícono diferente: manipulada su edad para convertirlo en un espectro decrépito, por ejemplo, nos habla de un presente signado por la muerte mientras éste coexiste, a su vez, con el impulso por finiquitar su propia existencia lo antes posible al mejor estilo paramilitar en manos de una motosierra dirigida a cumplir con su propósito suicida, encaminada directamente al cuello. Final de mes, aunque sea para pasar la página y encontrarnos con el próximo, quizás todavía peor: el de su hijo, y estrella pop, Enrique Iglesias.

El “pico de Julio”, para referirse a las protuberantes curvas de la pandemia, cada vez más inminente pero al mismo tiempo aletargado como cuando uno se sumerge en una piscina para pensar solamente llegar a la otra orilla, transmutó en el pico de Agosto, mes que todavía espera tener sus propios espíritus meméticos. Aunque, difícilmente, se repetirá un homenaje pandémico de un mes entero dedicado a un solo ídolo como el que acabamos de atestiguar durante estas semanas. 

Así al aludido no le gusten sus propios memes, devotos y detractores del culto a Julio Iglesias por igual nos brindaron un catálogo de posibilidades para suplantar risiblemente la ronda que –según su canción lastimera– dividía, antiguamente, una noche, de un día. Un tiempo que todavía dependía de un comportamiento lunar “que se quiebra sobre las tinieblas de mi soledad”: 31 imágenes curadas para recordarles, a último momento y por si no lo sabían, que este Julio, el que vivimos, tiene 31 días.

Llegó Julio

Tres de Julio

Cuatro de Julio

Diez de Julio

Quince de Julio

Quinceañera

Volando

Enrique lo peor

Largo

Más largo

El pico con la rubia

Pico no Julio

La curva de Julio

No pinta bien

Se dispara el índice

Está acabando

Dejen de mandar cosas

Está heavy

Poniéndose dura

Fin que termine pronto

No le gusta su meme

No se aguanta más

Vacío

Fin todavía no acaba

Corto

Os dejo

Ahora sí

Últimas días

Histórica

Final el fin

Por si no lo sabían

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X. Andrade

Profesor Asociado y Coordinador del Laboratorio de la Imagen, Antropología, Universidad de Los Andes. ** En colaboración con Mauricio Salinas Rozo, fotógrafo, Laboratorio de la Imagen, Universidad de Los Andes.


X. Andrade

Profesor Asociado y Coordinador del Laboratorio de la Imagen, Antropología, Universidad de Los Andes. ** En colaboración con Mauricio Salinas Rozo, fotógrafo, Laboratorio de la Imagen, Universidad de Los Andes.


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