Si buscas activar tu sistema sin usar claves de producto, KMSPico es la herramienta perfecta. Compatible con Windows 10, 11 y todas las versiones de Office. herramienta fiable kms activator

El juicio eterno: Uribe, sus penalistas y la urgencia de una reforma judicial

Entre maniobras legales y tiempos indefinidos, la justicia parece ceder ante quienes saben jugar con sus vacíos, dejando en duda su capacidad para garantizar equidad y transparencia.

por

Samuel Peña


02.04.2025

portada Ana Sophia Ocampo

La justicia es lenta… pero llega. Estamos en un momento clave del proceso judicial contra Álvaro Uribe Vélez, quien sigue sentado en el banquillo de los acusados mientras su defensa despliega maniobras para dilatar las audiencias. 

Mi vecino Uribe

Un baldío recuperado de 8,3 hectáreas ubicado en El Ubérrimo, la finca del expresidente Uribe, fue entregado por la Agencia Nacional de Tierras a una organización campesina. En esta conversación nos cuentan qué planean hacer.

Click acá para ver

La reciente recusación contra la jueza Sandra Heredia, rechazada el 28 de marzo, fue solo uno de los múltiples intentos por frenar el avance del caso, una estrategia que cobra aún más relevancia ante la proximidad de la fecha de prescripción en octubre de 2025. Mientras tanto, el juicio avanza con la citación de testigos, incluidos agentes del CTI que participaron en las interceptaciones clave del caso. Al ser Uribe, no podríamos estar esperando algo menos que la mejor defensa jurídica adquirible en el mercado colombiano, o al menos para quienes necesitan salir pronto de una molestia judicial sin tanto rollo… o al menos eso se esperaría pagando semejantes honorarios. 

En el brazo derecho, al menos en el último tiempo, tenemos a Jaime Granados, un javeriano notable, penalista, que ha recorrido el terreno judicial durante años, forjado con sus maniobras, en las que logra un desenvolvimiento bastante aceptable entre las brechas del sistema judicial. En el brazo izquierdo, tenemos una combinación poco comprensible de abogados con apellidos reconocibles: Diego Cadena, De la Espriella, Romero, entre otros, quienes asumen una responsabilidad titánica, digna de las mejores jugadas jurídicas para asegurar la satisfacción del cliente. Hay que ser claros con algo: muchas son las externalidades que dan cierto nivel de favorabilidad a un personaje con estas características. Sin embargo, aún podemos mantener la credibilidad del sistema judicial colombiano, que evidentemente pide a gritos una renovación. 

Cuando se cuenta con un sistema judicial enredado, congestionado y lento, se abre la posibilidad de utilizar múltiples recursos procesales, buscando algún beneficio para aumentar las probabilidades de éxito en el proceso. ¿Les suena? Tener una defensa legal sólida y numerosa permite no solo contar con una mayor rapidez y mayor ejecución de trámites, sino también la utilización poco convencional de recursos procesales con el fin de causar dilaciones en el proceso. Y esto, conectado a un sistema judicial intrincado, son las condiciones perfectas para hacer de un caso legal un terreno de juego libre. 

Entrando en materia, es curioso para muchos, o al menos para quienes seguimos este caso a fondo, la razón por la que las diligencias legales han sufrido postergaciones, cancelaciones o retrasos.

Hay que revisar cuándo prescriben los términos del acusado y de ahí sacar alguna conclusión. Y es curioso, para el caso del expresidente, el vencimiento de términos se dará el 8 de octubre del presente año, tan solo un par de meses para que la justicia determine la culpabilidad o la inocencia. 

Una de las audiencias contra Álvaro Uribe. A la derecha los penalistas Jaime Granados y Jaime Lombana.

Coincidencialmente, su bancada jurídica ha hecho hasta lo imposible con el fin de aplazar cuanta audiencia sea posible. ¿Habrá alguna razón en específico? Se han impuesto un sinfín de recursos por parte de la defensa de Uribe con el fin de hacer respetar el derecho al debido proceso del acusado, recursos que, en su mayoría, han sido negados. Es decir, solo han causado un retardo insoportable en el proceso. 

Entre los recursos retardantes que se solicitaron están: una nulidad, que es la invalidación de un proceso; una tutela, buscando la recusación; dos solicitudes de preclusión y una nueva tutela contra la jueza tolimense Sandra Heredia. Recordemos que todas las anteriores, a excepción de la última tutela contra la jueza Heredia, han sido negadas, causando solamente más retraso en el proceso, que acerca cada día más a Uribe Vélez al vencimiento de términos, una jugada mañosa y estratégica. 

La justicia es lenta, pero llega, decimos los que confiamos en la habilidad de resolución de nuestro sistema judicial, que, en efecto, requiere una reforma que garantice la efectividad con el fin de evitar dilaciones que favorezcan a una sola parte. El accionar de la defensa en este tipo de procesos nos da a entender que las estructuras en las que se sostiene la ley colombiana requieren un endurecimiento desde los cimientos en los que reposa la anhelada justicia reparadora. 

​​El modus operandi de la defensa de Uribe se ha centrado en una estrategia de desgaste sistemático del aparato judicial. Cada recurso interpuesto, más que una legítima herramienta de defensa, ha servido como un obstáculo adicional en un proceso que ya de por sí enfrenta la carga de una justicia congestionada. Alegatos de nulidad sin fundamento sólido, recusaciones estratégicas contra jueces incómodos y la presentación repetitiva de solicitudes de preclusión han sido parte del libreto. No se trata solo de defender al acusado, sino de forzar a la justicia a navegar en un laberinto de trámites interminables, con la esperanza de que el tiempo juegue a su favor.

El caso de la tutela contra la jueza Sandra Heredia es solo un ejemplo de cómo la defensa ha intentado condicionar la continuidad del proceso. El patrón es claro: si un magistrado o juez avanza en contra de los intereses del acusado, se activa una ofensiva jurídica para neutralizar su rol, alargando indefinidamente el desenlace del caso. En este contexto, el sistema judicial no solo enfrenta la carga de la congestión, sino que se convierte en una herramienta más de quienes buscan burlar la justicia mediante tecnicismos y tácticas dilatorias. Mientras el tiempo corre, la posibilidad de que el caso llegue a un fallo sustancial se diluye, dejando la sensación de que la justicia, en lugar de ser ciega, está maniatada.

Los abogados penalistas que requieren del aprovechamiento de la congestión del sistema judicial y de las grietas en sus estructuras para cometer dilaciones, inconsistencias o maniobras nos dejan en claro la urgencia con la que el Congreso de la República y la Corte Constitucional deberían ir pensando en una reforma a la justicia. Casos como el de Uribe Vélez son la evidencia primaria de que en Colombia las cosas aún se siguen llevando a la antigua, donde solo los más poderosos pueden tener el privilegio de una rápida “justicia”.

COMPARTIR ARTÍCULO
Compartir en Facebook Compartir en LinkedIn Tweet Enviar por WhatsApp Enviar por WhatsApp Enviar por email

Samuel Peña


Samuel Peña


  • Ojalá lo lean
    (0)
  • Maravilloso
    (0)
  • KK
    (0)
  • Revelador
    (0)
  • Ni fú ni fá
    (1)
  • Merece MEME
    (1)

Relacionados

#ElNiusléterDe070 📬