El Salvador entra en el negocio global de mercancías penitenciarias 

El reciente acuerdo entre los gobiernos de Trump y Bukele para encarcelar en El Salvador a privados de la libertad marca un hito en las relaciones carcelarias entre EE.UU. y América latina.

por

Libardo José Ariza

Profesor de Derecho de la Universidad de los Andes y Director del Programa de Doctorado


10.02.2025

Fremont es un condado ubicado en el estado de Colorado, en Estados Unidos; allí hay un poblado que se llama Cañon City. Es posible que pocas personas sepan de su existencia o hayan oído hablar del secreto que esconde y su impacto a nivel global.  Con una población de tan solo 16.400 habitantes, alberga 13 prisiones de máxima seguridad.

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La joya de la corona es la temible ADX Florence, una gigante supermax, conocida como “The Alcatraz of the Rockies”, en la que purgan eternas condenas prisioneros de altísimo perfil como El Chapo Guzmán y Dairo Antonio Usugá, Otoniel. La gran mayoría de sus habitantes viven del negocio de encerrar personas. Algunas trabajan como guardias, prestando servicios de salud, tratamiento penitenciario, instructores deportivos, gerentes de establecimientos de reclusión, dueños de hoteles y restaurantes donde se hospedarán y comerán los visitantes. Otros, se dedican al desarrollo de nuevas tecnologías de control y vigilancia acordes con los diseños arquitectónicos de los distópicos panópticos de nuestro tiempo. A este escondido lugar se le conoce como Prison Valley, la meca del complejo industrial penitenciario estadounidense. 

El encarcelamiento masivo, un proceso vertiginoso de aumento de la tasa de encarcelamiento en apenas unas décadas, que afecta de manera desproporcionada a minorías étnicas y raciales, ha ido de la mano del florecimiento espectacular de la industria penitenciaria, sus saberes y tecnologías. En efecto, en apenas cuarenta años Estados Unidos aumentó su población penitenciaria en un 500%, hasta alcanzar los dos millones de personas detrás de las rejas. Hace unos años Loicq Wacquant sostenía, para mostrar la magnitud del fenómeno, que “si fuera una ciudad, el sistema carcelario estadounidense sería hoy la cuarta mayor metrópoli del país”.  Y también uno los mayores empleadores de la nación con 387,000 personas vinculadas a la industria, compitiendo con General Motors y Walmart en número de empleos directos e indirectos. Si hay una inversión segura en la bolsa de valores es comprar acciones de Corrections Corporation of America (Corecivic), G4S o del GEO Group.  Encerrar personas es un poderosísimo negocio en el que gobierno estadounidense gasta cerca de 84 billones de dólares anuales

Gráfica 1. El encarcelamiento masivo en Estados Unidos

Fuente: The Sentencing Project 

La reciente noticia de que el gobierno Bukele quiere ingresar a este multimillonario negocio para encerrar a cambio de una tarifa en su Supermax CECOT Centro para el Confinamiento del Terrorismo- a personas privadas de la libertad en Estados Unidos, supone el ingreso del país centroamericano en la cadena global de mercancías penitenciarias y marca un hito en las relaciones carcelarias entre Latinoamérica y Estados Unidos. No es casualidad que Estados Unidos y El Salvador estén haciendo negocios penitenciarios pues los dos son campeones mundiales en sus respectivas ligas: Estados Unidos tiene la población penitenciaria más grande del mundo (1’808.100) y El Salvador la tasa de encarcelamiento más alta del mundo (1.659 por cada cien mil habitantes). 

Esta alianza puede iniciar un proceso de deslocalización de la privación de la libertad en la que los países latinoamericanos, además de ser tradicionales receptores de modelos penitenciarios para modernizar sus aparatos de reclusión, pasen a vender celdas y cupos en los establecimientos que construyen a imagen y semejanza de los diseños penitenciarios desarrollados en lugares como Fremont, Colorado. En Colombia conocemos esta historia de recepción y modernización, como lo muestra la adopción del modelo Coleman -Complejo Federal de Mediana y Mínima Seguridad ubicado en Coleman, Florida (EE.UU.)- para el diseño de la Tramacúa en Valledupar. Difícil resulta pensar que ingresaremos a este mercado de otra manera pues, en nuestro caso, no hay cupos disponibles. Las cárceles colombianas están sold out

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Libardo José Ariza

Profesor de Derecho de la Universidad de los Andes y Director del Programa de Doctorado


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