Día #6

Las personas que aparecen en tu libro no tenían cerca las distracciones constantes de Internet y las redes sociales. ¿Cómo pueden luchar los trabajadores modernos, creativos, o preparados contra las distracciones para conseguir ser más productivos? A pesar de que la mayoría de mis personajes no tuvieron que lidiar con Internet, muchos de ellos se […]

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Varios


30.03.2020
Portada de Rituales Diarios – Cómo trabajan los artistas de Mason Currey

Las personas que aparecen en tu libro no tenían cerca las distracciones constantes de Internet y las redes sociales. ¿Cómo pueden luchar los trabajadores modernos, creativos, o preparados contra las distracciones para conseguir ser más productivos?

A pesar de que la mayoría de mis personajes no tuvieron que lidiar con Internet, muchos de ellos se enfrentaron a muchas distracciones en sus vidas, ya que algunos vivían en grandes casas bulliciosas; otros estaban en el centro de animados círculos literarios o artísticos; y otros tenían trabajos diurnos, profesiones paralelas, o proyectos secundarios que requerían mucho tiempo. Así que trabajar con distracciones constantes no es un problema nuevo, incluso a pesar de que Internet lo haya agudizado más. Y creo que la solución, tanto antes como ahora, es sacar algo de tiempo para trabajar sin distracciones cada día; dedicar un cierto número de horas al día para trabajar en tu proyecto más importante, y luego proteger esas horas a toda costa.

―Entrevista a Mason Currey en la entrevista Descubriendo los rituales diarios de nuestras grandes mentes creativas

Francis Bacon, (1960), fotografía / Cecil Beaton

Francis Bacon (1909-1992)

Para el observador externo, Bacon parecía prosperar en el desorden. Sus talleres eran ambientes extremadamente caóticos, con las paredes manchadas de pintura y un revoltijo que llegaba hasta la rodilla de libros, pinceles, papeles, muebles rotos y otros desechos apilados sobre el suelo. (Decía que los interiores agradables ahogaron su creatividad). Y cuando no estaba pintando, Bacon llevaba una vida de excesos hedonistas, consumiendo múltiples comidas abundantes al día, tremendas cantidades de alcohol, cualesquiera estimulantes tuviese a mano, y en general trasnochando y festejando más que cualquiera de sus contemporáneos.

Y, sin embargo, como ha escrito su biógrafo Michael Peppiatt, Bacon era “esencialmente una criatura de habito”, con un cronograma diario que varió poco a lo largo de su carrera. Pintar era lo primero. Por tarde que se acostara, Bacon siempre se levantaba con la primera luz del día y trabajaba durante varias horas, usualmente terminando alrededor del mediodía. Luego se extendía ante él otra larga tarde y noche de fiesta, y Bacon no lo desaprovechaba. Recibía a algún amigo en su estudio para compartir una botella de vino, o se iba de copas a un pub, para después almorzar largo y tendido en un restaurante y luego seguir bebiendo de club en club. Al llegar la noche, cenaba en un restaurante, hacía una ronda por los locales nocturnos, tal vez algún casino, y a menudo, en las primeras horas del día, volvía a comer en una fonda.

Al final de estas largas noches, muchas veces les pedía a sus tambaleantes camaradas que lo acompañaran a una última copa en su casa, según parece, para posponer su cotidiana batalla contra el insomnio. Bacon dependía de los somníferos, y solía leer y releer libros clásicos de cocina para relajarse antes de irse a la cama. Aun así, dormía solo unas pocas horas cada noche. No obstante, la constitución del pintor era sobremanera resistente. Su único ejercicio era dar vueltas frente al lienzo, y su idea de hacer dieta era tomar grandes cantidades de píldoras de ajo y evitar las yemas de huevo, los postres y el café mientras seguía trasegando media docena de botellas de vino y dos o más copiosas comidas en restaurantes cada día. Pero aparentemente su metabolismo podía procesar este excesivo consumo sin agotar su lucidez ni engrosar su cintura. (Al menos, no hasta sus últimos años, cuando al parecer la bebida decidió pasarle factura). Hasta la ocasional resaca era un impulso para Bacon. “A menudo me gusta trabajar con resaca –decía– porque mi mente chisporrotea de energía y logro pensar con mucha claridad”.

Balthus (1908-2001)

El enigmático pintor publicó su primer libro a los doce años: contenía cuarenta dibujos que ilustraban una historia sobre un gato de Rainer Maria Rilke, la amante de su madre en aquel tiempo, y continuó pintando diariamente hasta sus ochenta años. Para entonces, el autodenominado conde Balthus Klossowski de Rola se había instalado en un chalet palaciego en los Alpes suizos, donde vivía una vida de refinamiento aristocrático rodeado de su esposa, sus sirvientes y sus gatos.

Después de un desayuno a las 9:30 y la lectura del correo, Balthus estudiaba las condiciones de luz de la mañana. «Esta es la única forma de saber si pintarás hoy, si el progreso en el misterio de la pintura será intenso», dijo. A última hora de la mañana o justo después del almuerzo, Balthus se dirigía a su estudio en las afueras de la aldea cercana, caminando con la ayuda de un bastón o, más tarde, empujado en una silla de ruedas por su esposa, Setsuko. Su día de pintura siempre comenzó con una oración, seguida de horas de meditación frente al lienzo. A veces pasaba una sesión entera como esta, sin siquiera agregar una pincelada. Fumar era esencial para este estado:

«Siempre he pintado mientras fumo. Recuerdo este hábito en fotografías de mi juventud. Comprendí intuitivamente que fumar duplicaba mi facultad de concentración, permitiéndome estar completamente dentro de un lienzo. Ahora que mi cuerpo está más débil, fumo menos, pero no extraño para nada los exquisitos momentos de contemplación antes de una pintura en progreso, con un cigarrillo entre los labios, que me ayuda a avanzar. También hay momentos felices pasados fumando después de las comidas o el té; la condesa siempre coloca cigarrillos en una mesita de noche junto a la mesa donde almuerzo. Es un gran momento de felicidad, lo que Baudelaire llamó, creo, «las horas agradables».»

A las 4:30 o 5:00, Balthus regresaba al chalet y se unía a su esposa para un servicio de té tradicional, con mermeladas, tarta de frutas y tartas de chocolate. Después de una cena a las 8:00, a menudo se instalaban en la biblioteca para ver películas en un televisor de pantalla ancha. A Balthus le gustaban especialmente las películas de acción, del oeste y las óperas.

[Traducción: Jessica Cruz]

6A.

Mis días no corren en horas

Copié a Caravaggio. 

Puro placebo… no placer. 

―Felipe Quintero

6B.

30 de marzo de 2020

Una amiga griega me envía un mail.

ΠΑΤΕΡΑΣ es padre en griego.

Dice ella: en Grecia, «para salir, tenemos que enviar un sms al número 13033 con el propósito de la salida».

Como éste: «4 Athena Spyri dirección.»

Athena Spyri es su nombre.

Mi amiga me explica lo que significan los números que hay al principio.

Cada número representa un motivo de salida.

1. Para ir a la farmacia o al médico.

2. Para comprar bienes de primera necesidad, comida, etc., cuando la entrega a domicilio no es posible.

3. Para ir al banco, en aquellos casos en que usar la banca virtual no sea posible.

4. Para ayudar a personas con necesidades especiales.

5. Para asistir a una ceremonia (funeral, boda, bautizo), siempre con restricciones.

5 significa también: para que los padres divorciados o separados visiten a sus hijos.

6. Para hacer ejercicio físico al aire libre o pasear con una mascota. Con restricciones, esto es: alrededor de la casa.

Ayer, mi amiga griega le mandó este sms al gobierno griego:

4 Αθηνά Σπύρη Αλκμάνος 12 Αθήνα

El número 4 significa que va a salir para ayudar a una persona.

4 Αθηνά Σπύρη Αλκμάνος 12 Αθήνα

El número 4, en el caso de Athena, es su padre.

Su padre está incluido en el número 4.

Es un número 4 con varias hipótesis adentro.

Fue éste:

METAKINHΣH 4 AΘHNA ΣΠΥΡΗ ΑΛΚΜΑΝΟΣ 12 ΑΘΗΝΑ

Puedes visitar a tu padre, motivo 4 autorizado.

No hace falta decir que en Europa las cosas cambiaron.

Las cosas cambiaron sin pedir permiso.

La lengua griega es visualmente hermosa.

Esto:

ΑΘΗΝΑ

Es Athena.

Las lenguas son también posiciones de letras, dibujos.

Puede una frase terrible ser visualmente hermosa.

Ése es el peligro de otra lengua que no entendemos.

A veces, la belleza hace lo mismo que el polvo y no deja ver.

«Hungría refuerza los poderes del primer ministro.»

«Austria va a obligar a los ciudadanos a ir con cubrebocas al supermercado.»

Todavía no he oído la nueva canción de Dylan.

Animales, bunkers y icebergs.

Hay muchas cosas que pueden investigarse.

Una síntesis, motivos para salir de casa.

Seis motivos: salud (1), comida (2), dinero (3), compasión (4), divorcio e hijos en otra casa (5), asistir a una ceremonia (5), pasear al perro (6).

Los griegos siguen enseñándonos.

Decir rápidamente como si no se tuvieran mas que unos segundos antes de enmudecer:

Si no necesitas un médico y no tienes hambre, si tienes dinero y no tienes a nadie que dependa de ti, si no te divorciaste y no tienes hijos en la otra casa, si no hay boda o funeral que te incumba y si no tienes perro, ¿por qué razón sales de casa?

Más de las postales en que se cuentan secretos, de Frank Warren:

«Número de veces que dejé que él me maltratara: 3·

Imagino una mujer que hace trazos en la pared cada vez que la maltratan.

Cientos de trazos, como los presos que cuentan los días.

Y los trazos en determinado momento son miles y empiezan a unirse.

Y los que eran trazos pequeños se convierten en líneas, manchas.

Ensuciaste toda la pared, dice él.

Falta, entonces, el motivo 7.

Salir de casa para huir de quien está en casa.

Después de todo es posible mejorar un poco a los griegos. Pero sólo un poco.

Más de 812 muertos en España.

66 en Alemania.

El virus entra con fuerza a México.

En el estado de Nueva York ya hay mil muertos.

El papa Francisco se reunió con el presidente de Italia.

Zimbabue entra en cuarentena durante tres semanas.

Los parques de Disney se van a cerrar.

Un verso de Drummond de Andrade:

«La electricidad chocó contra las cosas resignadas.»

Se robaron un cuadro de Van Gogh en un museo de Holanda.

La policía, en Portugal, interrumpió una misa con once personas.

Miro a mi alrededor, las personas son ahora cosas resignadas.

Atardece, Athena me manda un mensaje:

Voy a salir, motivo 2.

Yo también voy a salir, motivo 6.

Llevo a mi perra, Roma, al veterinario.

Voy con un perro y una frase: 

«Que el Señor proteja tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre.»

«Que el Señor proteja tu salida y tu entrada.»

―Gonçalo Tavares

Traducción: Paula Abramo

Los textos originales de este diario se están publicando en el diario Expresso, de Portugal

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