De las urnas al Congreso

Cifra repartidora, listas cerradas, circunscripciones. Las elecciones vienen con un lenguaje técnico que todos tenemos que conocer. Por esto Congreso visible y Cerosetenta se unen en esta serie de pedagogía electoral.

por

Congreso Visible


21.02.2018

Imagen: María Elvira Espinosa Marinovich

Por momentos, votar parece un acto de fe. Uno llega, marca el tarjetón, lo mete en la urna luego de doblarlo debidamente y espera, como quien espera un milagro, que todo salga bien. Que su voto, esa poderosa X sobre un nombre y un número, termine convertido en una curul o en un nuevo presidente. Cada cuatro años  tenemos elecciones para presidente y Congreso en Colombia. Cada cuatro años llega ese domingo en el que salimos, como quien va a misa, a nuestro puesto de votación y ejercemos ese derecho maravilloso de influir un poco en el destino político del país. Cada cuatro años en fin, llegamos a la casa con el sentimiento del deber cumplido a la casa.  Pero el problema es que nuestro voto es sólo uno de los pasos –de los muchos pasos– para que un candidato termine sentado en el puesto al que aspira. ¿Realmente sabemos qué pasa luego de que el tarjetón que hemos marcado entra en esa caja negra?

DESDE LOS ANDES...

Recomendamos consultar el balance la legislatura 2017-2018 realizado por Congreso Visible.

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A diferencia del resto de los países de la región, la elecciones legislativas y presidenciales  son en fechas distintas, separadas por dos meses. Esto es importante: en Colombia, primero elegimos a un congreso, y luego elegimos al presidente que gobernará con ese congreso. Las reglas de quién gana no dependen solamente un elemento técnico. Más allá del voto, más allá de que le dediquemos un domingo a votar, hay muchas reglas electorales detrás que determinan las estrategias de los partidos.

Congreso Visible, del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes, y Cerosetenta se unen para explicar el paso a paso de cómo su voto se convierte en un congresista, una senadora o un presidente. 

 

¿Cómo se elige al presidente y al Congreso?

La elección presidencial es una votación que elige un solo cargo. El que gana se lo gana todo. En la elección del Congreso, en cambio, varias personas y partidos pueden ganar y eso hace que la mecánica sea distinta.

Las  elecciones presidenciales las gana quien tenga más votos, pero tiene que ser una mayoría. Esto quiere decir que, que en teoría, un presidente se elige cuando tiene la mitad más uno de todos los votos. Ahora bien, vamos por partes: Colombia tiene 36,024,467 personas que pueden salir a votar. Eso es lo que se llama el Censo Electoral. Sin embargo, en Colombia, a diferencia de otros países, el voto es un derecho, más no un deber. Esto significa que muchos renuncian a este derecho. Muchos: para el plebiscito de 2017, 62 % de ese censo se quedó en la casa. Para las presidenciales de 2014 59 % no salió a votar. Así pues, aunque la teoría diga que la mayoría del censo elige a un presidente (un número que debería superar los 15 millones de votos), la practica demuestra que un presidente se puede elegir con muchos menos. Santos, por ejemplo, se reeligió con poco menos de 8 millones de votos.

Para el Congreso, aunque no lo crea, la historia es un poco más complicada.

Hay dos grandes familias en el mundo sobre cómo se hacen estas elecciones. La primera es la familia de los sistemas mayoritarios. Esta forma lo que hace es premiar a los partidos de la mayoría, como en el sistema electoral de Estados Unidos.

El sistema que utilizamos en Colombia para elegir a nuestro Congreso hace parte de la otra familia y se llama Sistema de representación proporcional. Este lo que busca es que la diversidad de la opiniones de la gente se vea reflejada en la composición del Congreso. El objetivo es que la representación de los partidos sea proporcional al número de votos que obtienen. La idea es que si un partido saca 10 % de los votos, estos se traduzcan en más o menos 10 % de las curules, sillas o escaños. Acá hay que tener en cuenta que el Congreso en Colombia está compuesto por el Senado, que es de elección nacional, y por la Cámara de representantes que es de elección departamental.

El umbral es un obstáculo, una barrera de entrada

¿Cómo se convierte ese porcentaje en un número de curules?

Se utilizan una serie de fórmulas matemáticas para hacer esta traducción. Cuál fórmula se utiliza tiene también un sabor político: unas premian a los partidos más grandes y otras a los más pequeños.

En Colombia, desde el 2003, tuvimos una reforma electoral importante en la que se cambió la forma de elección que usábamos desde mitad del siglo xx. Lo que se quiso hacer con esta reforma fue evitar la fragmentación del sistema de partidos haciendo que las múltiples listas se juntaran y se presentaran en listas más robustas. Pasamos de un tarjetón con más de 400 caras y varias páginas, a un tarjetón de una página sólo con imágenes de los partidos. Antes de 2003 se usaba un sistema que se llamaba el Sistema Hare o sistema de  cociente simple y mayores residuos. Este favorecía principalmente a partidos pequeños. Pero la nueva fórmula que estamos utilizando favorece más a los partidos grandes. Es lo que llamamos la Cifra repartidora, o lo que se conoce en el resto del mundo como Sistema d’Hondt.

El Umbral

Después de que los ciudadanos van a las urnas, lo primero que se hace son las cuentas del total de votos de los partidos. Sobre este resultado es que se aplica aquella fórmula y se asignan el número de curules. Pero hay otro elemento muy importante: el umbral electoral.

El umbral es un obstáculo, una barrera de entrada. Equivale a un porcentaje de 3 % en Senado y para la Cámara es la mitad del cociente electoral (número de votos válidos/número de sillas disponibles). Si un partido no pasa este umbral, no pasa a la repartición de curules y salen del juego. De hecho la ley establece que los partidos que no pasen el umbral deberían ser sancionados y deben perder su personería jurídica.

El umbral electoral está delimitado por la circunscripción de la elección, o sea el área geográfica política en la que se elige a cada cargo. Si es para el Senado la circunscripción es nacional. Si es para Cámara de representantes, la circunscripción es por departamento. Y esto es clave porque no todos los umbrales son iguales y hay partidos que no pasan el umbral en algunas regiones pero en otras sí.

Este ranking que establecen los partidos es uno de disciplina, de qué tan cerca están al proyecto político central del líder o a la cabeza de lista

Listas abiertas y cerradas

Al tener los partidos que pasaron el umbral electoral, al total de votos que obtuvo cada partido se le aplica la cifra repartidora y con esto se asignan las curules. Y acá es donde comienza a definirse quiénes serán las caras que conformarán el Congreso.

El Colombia, a diferencia del resto del mundo en donde todos van por igual, los partidos pueden decidir si se presentan a las elecciones con una lista cerrada o una lista abierta o de voto preferente.

La primera, la lista cerrada, es un tipo de lista que propone el partido con un orden establecido de candidatos. En este caso, no se vota por una persona sino por un colectivo. Esto significa que hay una autoridad muy fuerte en el partido, la cual establece el orden en el que serán elegidos los integrantes de la lista. Este tipo de lista no puede modificarse y la elección de los candidatos depende de cómo el partido la organiza desde un principio. Este tipo de listas se usa cuando hay una cabeza de lista muy fuerte y un grupo de candidatos que no tienen tanto potencial electoral, y que si fueran por lista abierta probablemente no serían elegidos. Este ranking que establecen los partidos es uno de disciplina, de qué tan cerca están al proyecto político central del líder o a la cabeza de lista. Para las elecciones de este año los partidos Unión con Fortaleza, Sí se puede, Partido Somos, Colombia justa libres y la Farc.  

La segunda es la abierta. Acá el orden de los candidatos en el tarjetón no importa. Acá los ciudadanos no votamos únicamente por un partido, sino por un candidato. En las listas abiertas la estrategia es un poco más personalista, porque a pesar que los votos de todo el partido cuentan, lo que se encuentra acá es una cacofonía de voces que jalan para su propio lado y la campaña sigue siendo una campaña de caras. Alianza verde, Partido Conservador, Movimiento Todos Somos Colombia, Partido Liberal, La U, Opción Ciudadana, Polo, Cambio Radical, Centro Democrático y, en resumen, todos los partidos grandes.

¿A quién se le asignan las curules?

En el momento de elegir quiénes son los congresistas que van a obtener su curul en el caso de la lista cerrada es sencillo: si la cifra repartidora le asignó 10 curules, los primeros 10 en la lista serán los congresistas.

En el caso de la lista abierta se establece por la cifra repartidora cuántas curules le corresponden a un partido y lo que se hace es organizar la lista del partido, del más votado al menos votado, para asignar las curules en ese orden correspondiente.

 

 

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