Colombia en clave interactiva

Arnau Gifreu es catalán, profesor, investigador, realizador multimedia y un convencido de que la relación entre el periodismo y la web produce grandes historias. Esta es una selección de sus proyectos colombianos preferidos.

Colombia es uno de los países sudamericanos que más ha invertido en el desarrollo de proyectos digitales durante los últimos años. Ayudas y convocatorias como Crea Digital (Ministerio de Tecnologías de la Información y la Comunicación), la Convocatoria Nacional de Estímulos en Comunicaciones 2015 (y la primera Convocatoria de documental interactivo para la web, Ministerio de Cultura), el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico (Proimagenes Colombia), y mercados y festivales como Colombia 3.0, Bogotá Audiovisual Market, el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, la Muestra Internacional Documental de Bogotá, DocsBarcelona+Medellín, Ambulante Colombia o el Festival de Cine Creative Commons Colombia, entre otros eventos y ayudas, sitúan a Colombia como uno de los focos latinoamericanos de creación de nuevos medios.

Esta realidad se ha ido forjando con los años y algunas tempranas iniciativas dignas de mención. Por ejemplo, el equipo de Nuevos Medios El País de Cali, liderado por Felipe Lloreda, ha sido pionero en Latinoamérica al trabajar la forma periodística del especial en forma de reportaje hipermedia (bautizado por el mismo equipo como “Reportaje 360”). Uno de estos primeros exponentes de especial multimedia fue Cali, la ciudad que no duerme (2009), un reportaje que nos transporta al mundo nocturno de la ciudad de Cali con un uso magistral de la fotografía interactiva, vídeos, mapas animados, gráficos y una narración con profundidad y rigor periodístico. Además del proyecto mencionado, el equipo de este diario realizó cinco reportajes más: La hoja sagrada (2010), Cali, una industria salsera (2010), Detrás del camuflado (2010) Oiga, mire, vea (2011) y 360 al límite (2012).

Captura de la interfaz del especial multimedia Cali, la ciudad que nunca duerme

En relación al periodismo, en Colombia no solo se ha trabajado en el formato del reportaje y el especial multimedia, sino también otras formas como la visualización de datos y la infografía interactiva, como se puede comprobar en proyectos como 20 aniversario de la muerte de Pablo Escobar (Ossiel Villada, El País, 2013) o Colombia refugiada (El Tiempo, 2015).

Con el paso de los años,  la experimentación con los diferentes formatos de no ficción ha dado paso a interesantes producciones documentales interactivas y transmedia. Destacamos obras pioneras como El Naranjal, antes que desaparezca (Juan David Escobar, Todo lo que hay, Punto Link, en proceso), un proyecto que invita a reivindicar el barrio como un espacio de construcción social y cuestionar ciertos procesos de transformación urbana de la ciudad de Medellín, o El Charco Azul (Irene Lema, 2013), sobre la localidad de Córdoba, en el Pacífico colombiano, una obra que recupera la memoria colectiva de sus habitantes tomando una antigua vía de tren como metáfora.

En el periodo 2013 y 2015, y partiendo de toda la experiencia previa adquirida, es cuando se empieza a divisar una nueva aproximación hacia este tipo de producciones, si bien en cuentagotas pero de gran calidad temática y estética. De la producción de documental interactivo y transmedia de este intervalo 2013-2015 destacamos tres proyectos representativos en diferentes fases de desarrollo: Cuentos de viejos (2013), 4 ríos (2014) y Pregoneros de Medellín (2015).

Cuentos de viejos es probablemente una de las primeras grandes coproducciones de documental transmedia colombiano, una alianza entre las productoras HierroAnimación, Piaggiodematei y Señal Colombia. El proyecto, que ha sido desarrollado por Marcelo Dematei, Carlos Smith, Laura Piaggio y Anna Ferrer, pretende recuperar la memoria oral mediante  el uso magistral de la animación y la voz –y con ella las historias y recuerdos– de los mayores, al considerar que recuperar el diálogo oral entre viejos y jóvenes es rescatar la identidad individual y colectiva de un país y una cultura. Todo el conjunto nos remite poderosamente a la idiosincrasia colombiana, rica en historias y matices.

 

 

Cuentos de viejos propone una experiencia transmedia que se desarrolla en la televisión, en internet y en los hogares y colegios. Una experiencia que puede comenzar por la serie de documental animado, seguir por la web colaborativa y acabar como implementación de un proyecto escolar. La voz de la memoria que aportan los mayores, antaño considerados los sabios de la sociedad, contribuye a tejer un diálogo intergeneracional enfocado a repensar la historia y memoria colectiva colombiana.

La web permite explorar, comentar y relacionar las historias, pero además propone también la búsqueda de nuevas historias, registrar su relato e integrarlo a una red de recuerdos. El proyecto estimula también la realización de proyectos escolares mediante la ayuda de documentos guía, animando a los formadores a recrear la experiencia con sus grupos de alumnos.

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Desde otra óptica, pero también utilizando la animación como componente esencial, el proyecto 4 Ríos (2014, en producción) narra historias, hechos y sucesos alrededor del conflicto armado en Colombia desde un enfoque artístico, comunicativo, social y tecnológico. La realidad, se quiera afrontar o no, es que Colombia ha vivido un conflicto armado durante los últimos 40 años, y la consecuencia de ello pesa como una losa en la sociedad colombiana. Se calcula que en el país ha habido más de 3.000 masacres o ataques a poblaciones civiles, siendo el segundo país con más desplazados por causas violentas en el mundo. Unos datos que invitan a reflexionar sobre ello, por lo menos.

El proyecto busca reconstruir la memoria, acto esencial de cara a los procesos de reconciliación, articulación social y la búsqueda de paz en el país. La propuesta quiere proponer otras formas de acercarnos a la memoria, a la construcción de espacios de intercambio y debate, de sensibilizarnos ante estos hechos, con el objetivo que no se repita la historia.

 

 

Producido por Orgánica Digital, una agrupación dedicada al fomento de la Cultura Digital, y dirigida por Elder Manuel Tobar con un amplio equipo detrás, el proyecto cuenta con socios y aliados como el Centro Ático Universidad Pontificia Javeriana, la Identity School of Digital Arts, Animaedro Estudio de Animación, el Equipo de Investigación de Myriam Jimeno (Universidad Nacional de Colombia) y la Fundación Chasquis .

 

Animación en formato cómic del proyecto 4 ríos

 

El proyecto más reciente nacido del rico imaginario colombiano es Pregoneros de Medellín (2015), un proyecto transmedia compuesto por un documental web, cápsulas documentales para televisión, exposiciones itinerantes de fotografía y un proyecto de largometraje documental en curso. La idea es capturar las voces que cantan en la calle para ganarse la vida en la ciudad de la eterna primavera, resultando el proyecto en una alegoría a la vida y la voz como medio para expresarse y sobrevivir.

 

 

Dirigido por Ángela Carabalí y Thibault Durand, con el soporte del Grupo Carabalí, el proyecto ha recibido varios estímulos y becas como la Crea Digital 2014 o el Figra (Festival International du rand Reportage d’actualité), las cuales permitieron que el sueño de dos chicos jóvenes se hiciera realidad. Con una navegación hasta cierto punto ludificada (utilizando estrategias del juego en entornos que no lo son), el usuario puede recorrer el centro de Medellín e ir interpelando a cinco pregoneros (de momento), que nos muestran su vida y su historia a partir de tres vídeos dispersos por el espacio.

 

 

Además del documental web, la fotografía es una de las partes más trabajadas del proyecto precisamente porque su directora es fotógrafa y cineasta de profesión. De ahí nació la génesis del proyecto años atrás, cuando Angela se apasionó por retratar vendedores ambulantes en el mundo. Pero por algún lugar había que empezar, y qué mejor que su ciudad natal.

El resultado es una exposición ambulante con más de 30 fotografías pensada para circular por galerías de arte, salas, instituciones educativas y espacios no convencionales de la ciudad y el país, gracias a la beca otorgada por Colombia en Fotos. El mosaico final nos inserta en un mundo de imágenes, colores y sonidos que literalmente nos hablan, o mejor dicho, nos cantan.

Las cápsulas o videos cortos son soportes audiovisuales pensados para televisión donde durante cinco intensos minutos se presenta una faceta de algún pregonero. Estos ejemplos citados y recorrido por la realidad colombiana en clave interactiva y transmedia nos recuerdan que estos tipos de narrativa son tan solo otras formas para contar historias. Lo importante es que las historias sean buenas y emocionen, y Colombia es un país con las historias más originales y divertidas que uno pueda imaginar, pero además con el punto crítico necesario para emocionarnos, y, si queremos, detenernos y reflexionar.

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