1. Y si no hay guerra, ¿qué decimos del campo?
“Muchos medios han mostrado sólo la mancha roja que deja la sangre en el campo y nunca el verde de nuestras tierras”, dijo Soraya Bayuelo del colectivo de comunicación de los Montes de María, Bolívar, en un Seminario sobre el papel de la comunicación en el desarrollo rural en Colombia.
No es un secreto que para los colombianos el campo es sinónimo de pobreza, guerrilla, paramilitarismo, masacres, ignorancia y barbarie. No es un secreto, como dijo Alejandro Santos, director de la Revista Semana, que dibujamos el mapa del país con la presencia de la guerrilla y la violencia.
Pero esa no es ni ha sido la única realidad. El periodismo se ha alimentado de la guerra durante más de 50 años, pero ahora —ante la implementación de un acuerdo de paz— hace falta contar la otra cara del campo, la que pocos han mostrado, la que no le pertenece a los actores armados, sino a quienes viven de esas tierras. “”La excusa de la violencia se acabó porque la guerra está pasando”, dijo John Ocampo, gerente general de RTVC.
2. Buscar una nueva narrativa a través de la comunicación
No es sólo dejar de lado los estereotipos que la guerra ha moldeado en el campo, sino de buscar una nueva manera de narrar esas realidades. Pero, ¿cómo hacerlo? La respuesta: dándole voz a quienes habitan estos territorios para que estos lugares, históricamente marginados, puedan hacer parte del desarrollo político y económico del país y, sobre todo, para reconstruir el autoestima de estas poblaciones.
Para Soraya Bayuelo, la mejor manera de generar esa nueva narrativa es que los medios nacionales y locales amplifiquen la palabra local y cuenten la realidad en la que viven los campesinos, la manera como piensan el campo y la forma en que lo sueñan. Esa es, para ella, la nueva narrativa del campo.
3.¿Cómo acercamos el campo a la ciudad?
No sirve de nada pensar el territorio desde las grandes capitales del país. Para Wendy Arenas, especialista en en desarrollo rural de la Alta Consejería para el Posconflicto, el reto no está sólo en llevar el Estado a esas regiones en que históricamente no ha hecho presencia, sino en entender desde los territorios cómo se debe acercar el y cómo se deben pensar las políticas desde el campo.
En esto la comunicación tiene un rol fundamental. En el momento en el que los medios deciden contar las otras realidades del mundo rural, con veracidad y neutralidad, se puede romper la brecha entre el campo y las grandes ciudades. La articulación de los territorios y su difusión serán claves para hacer un seguimiento y garantizar el cumplimiento de los proyectos propuestos para el desarrollo del campo, como asegura Visitación Asprilla, directora para los Asuntos de la Mujer Rural del Ministerio de Agricultura.
De acuerdo con Patrick Colgan, asesor de paz y experto en el proceso de paz de Irlanda, Colombia debe aprender de otras experiencias y debe saber que no es suficiente con que los medios empoderen a las comunidades. “Necesitamos una estrategia de comunicación que genere ese vínculo necesario entre productores y consumidores, entre lo rural y lo urbano”.
4.La comunicación construye ciudadanía
Parece irónico decir en pleno siglo xxi que los campesinos también son sujetos de derechos. Pero cuando se habla del campo y de quienes cultivan las tierras, son varios expertos los que le deben recalcar a la audiencia que si hablamos de campesinos estamos hablando de ciudadanos.
Y nuevamente: que el país reconozca este hecho recae, en parte, en los medios. Para Alejandro Santos, “la comunicación es el instrumento más poderoso para construir ciudadanía, confianza y sentido de pertenencia. Es un instrumento de transformación social y de poder ciudadano”. La comunicación como herramienta de transformación tiene que cambiar la visión que el país tiene de los habitantes del campo. Los medios deben reflejarlos como ciudadanos con derecho a participar en el país del posconflicto.
5. La paz se firmó, pero los problemas persisten
Los medios deben tener claro que es el momento de contar nuevas historias rurales, de pensar en nuevos enfoques para narrar el campo y, al mismo tiempo, deben saber que no se pueden dejar deslumbrar por lo que implica la implementación de un proceso de paz. Los conflictos con otros actores armados continúan y, sobre todo, la vulnerabilidad de quienes viven en el campo sigue latente. Por eso, Fidel Cano director de el diario El Espectador, dice que para hacer periodismo hoy hay que ser conscientes de que la paz se firmó, pero también de que en los territorios los problemas persisten.