Audiencias públicas: el espacio de la ciudadanía en el Congreso

Gran parte de los ciudadanos que eligen a los congresistas luego no recuerdan por quién votaron. Sin embargo, algo que a veces pasa desapercibido en la opinión pública es que la participación política va más allá de depositar un voto. Las audiencias públicas plantean una forma de interacción entre la sociedad civil y los congresistas.

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Congreso Visible


27.06.2016

Por: María Isabel Niño, investigadora de Congreso Visible.* Este artículo hace parte de un Especial – Las notas del semestre: logros y pendientes del Congreso.


 

Se dice con frecuencia que las discusiones que dan los congresistas en el Capitolio no reflejan los comentarios ni las inquietudes que puedan tener los ciudadanos frente a las mismas. Es decir, que una vez los parlamentarios son elegidos, la relación e interacción que tienen con su electorado pasa a un segundo plano, y su actividad en el Congreso pocas veces recoge los intereses de la ciudadanía. En Congreso Visible queremos explorar la interacción entre la sociedad civil y sus representantes a partir de una figura particular: las audiencias públicas. En este breve texto explicaremos los puntos más importantes de una audiencia pública y el lugar que ocupa dentro de los mecanismos de participación ciudadana.

¿Qué es una audiencia pública?

Las audiencias públicas son espacios donde los congresistas socializan y discuten con la ciudadanía proyectos de ley y temas de interés nacional y regional. La dinámica detrás de estas audiencias es la siguiente: 1) los parlamentarios organizan y difunden el evento en redes sociales; 2) las personas interesadas se inscriben –usualmente en un formulario en internet-; y 3) finalmente en la fecha programada asisten al Congreso de la República para discutir el tema propuesto. Las opiniones y los comentarios que expresan los ciudadanos son el centro de estos debates. Las audiencias públicas ocupan un lugar importante en la agenda de los parlamentarios. En lo que va corrido de este año, de cada 10 citaciones programadas semanalmente, 3 fueron audiencias públicas.

¿Qué temas se discuten?

Queremos destacar que en estas audiencias públicas se tratan asuntos no solo de alcance nacional sino también de alcance regional. De hecho, los congresistas se desplazan hacia las regiones con el fin de escuchar las opiniones de las personas que se verán eventualmente afectadas o beneficiadas con algún proyecto de ley, o que están experimentando algún problema en sus regiones. Por ejemplo, el 1 de abril de 2016, el representante del Polo Democrático Víctor Correa Vélez, realizó una audiencia pública en el municipio de Líbano (Tolima) con el fin de discutir con la comunidad los problemas que traía la sequía del Río Recio . Cabe destacar también la audiencia pública organizada en la ciudad de Cúcuta (Norte de Santander) el 19 de mayo de este año por senadores del Centro Democrático quienes buscaban hacer un balance de los 9 meses de cierre de la frontera con Venezuela.

En este período legislativo, los temas más recurrentes al momento de convocar una audiencia fueron el conflicto armado -especialmente lo que tiene que ver con los acuerdos de paz pactados en la Habanala seguridad pública – donde los ponentes del Código de Policía en la Comisión Primera de la Cámara aprovecharon para socializar este proyecto con la ciudadanía– y la regulación de aspectos económicos importantes -como el proyecto de ley que fijaba impuesto a los licores.

¿Quiénes las promueven?

Es difícil imaginarse que congresistas de distintos partidos políticos hagan alianzas para tratar ciertos temas. Sin embargo, en las audiencias públicas es común que los parlamentarios se unan para socializar proyectos de ley y también para discutir temas importantes y coyunturales. Encontramos que durante este año el 42% de las audiencias programadas eran organizadas entre dos o más congresistas. Entre estas, destacamos la audiencia para discutir el acto legislativo que establece los instrumentos jurídicos para la paz programado por congresistas del partido Centro Democrático, Alianza Verde, Partido de la U, Conservador, Liberal y también la audiencia organizada por los representantes Ángela María Robledo de la Alianza Verde y Rafael Romero Piñeros del partido Liberal para socializar el proyecto de ley que buscaba prohibir los procedimientos médicos y quirúrgicos estéticos para los menores de edad.

 

¿Qué participación tiene la ciudadanía en ellas?

Las audiencias públicas son un escenario importante de socialización de la agenda de los congresistas. No obstante, también son una herramienta práctica y alternativa de participación ciudadana. Aunque la Constitución y la ley no consideren explícitamente a las audiencias públicas como mecanismos de participación ciudadana, consideramos que, dada la intervención que tiene la sociedad civil en estos espacios, es posible incluirlas también dentro de las alternativas que tienen las personas a la hora de expresar su opinión.

Debe destacarse que inclusive las audiencias públicas tienen ventajas frente a los mecanismos tradicionales de participación ciudadana. La ley 5 de 1992 (artículo 230) contempla la posibilidad que cualquier persona exprese sus observaciones sobre los proyecto de ley y de acto legislativo que se estén tramitando en ese momento en el Congreso. Así mismo, la Constitución Política (artículo 155) establece que las personas tienen la oportunidad de presentar un proyecto de ley o de acto legislativo en el Congreso. Si bien estos dos mecanismos son una opción para los ciudadanos, los requisitos que exigen –presentar por escrito y físicamente las observaciones a los proyectos en la secretaría de cada comisión y que el número de ciudadanos que participen en la iniciativa de ley sea igual o superior al cinco por ciento del censo electoral existente- resultan en un obstáculo para una participación real.

Las audiencias públicas no solo tienen ventajas frente a los mecanismos tradicionales de participación sino también respecto a los mecanismos tradicionales de rendición de cuentas como los controles políticos. Los beneficios se evidencian de dos formas: la primera es que las audiencias públicas no dependen de la asistencia de los ministros ni de los funcionarios del Estado citados. Por esto, la tasa de realización de las audiencias –al menos durante el 2016- es del 80%; esta cifra es superior a la de control político que es del 50% generalmente. La segunda ventaja es que pueden programarse audiencias sobre temas más variados –en comparación con el control político- pues son eventos que no requieren de la asistencia obligatoria de los integrantes de la comisión ni de funcionarios del Estado. Esto, sin olvidar que los congresistas deben presentar una proposición ante la plenaria de Cámara o Senado con el fin de que se apruebe la realización de la audiencia.

¿Y lo que se discute en las audiencias públicas tiene alguna incidencia sobre lo que pasa en el Congreso?

Ahora, pese a que destacamos la iniciativa de los congresistas a la hora de generar estos espacios de diálogo con la ciudadanía, consideramos necesario que se garantice el acceso a más personas a estas audiencias y también el registro de las discusiones que se dan en formatos públicos como las gacetas del Congreso. El fortalecimiento de este mecanismo será decisivo al momento de comprobar si lo que se discute en una audiencia pública incide de cierta forma en los debates que dan los congresistas frente a proyectos de ley y de acto legislativo.


*Abogada de la Universidad de los Andes, en espera de grado como Magíster en Derecho de la misma institución. Actualmente se desempeña como investigadora del programa Congreso Visible en las secciones Orden del Día y Citaciones. Le interesa la investigación jurídica en temas de género y activismo judicial.

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