Los bogotanos más pinchados están cansados de los trancones, de sacar el carro de la casa e incluso de hacer fila en los aeropuertos. ¿Para qué viajar en vuelos comerciales si se puede ir más cómodo en un avión privado?
El tiempo es oro, reza el dicho, y el de un ejecutivo es mucho más costoso. Por eso, para ahorrarse ese desgaste en las filas de los aeropuertos, en esas dos horas previas que toca llegar a El Dorado para hacer un vuelo de 40 minutos, hay que ahorrar. Y para ahorrar lo mejor es comprarse un avión.
En Colombia esa es la opción que toman cada vez más las compañías y los ejecutivos. A tal punto ha llegado el número de aeronaves privadas que se está hablando de una especie de pico y placa para estos aviones para disminuir el tráfico aéreo. Lamentablemente para ellos la opción de un segundo avión, así como muchos hicieron con el segundo carro, no es viable para evadirlo.
* José Luis Sánchez es historiador y estudiante de la Maestría en Periodismo del CEPER. Esta nota se realizó en el marco de la edición Bogotá Pinchada de la clase Narrativa Multimedia.
