Las campañas políticas se juegan desde las culturas políticas locales. Y las culturas políticas locales están hechas de familia, religión y chismorreo. Y por eso ante la falta de ideas, o carisma, o argumentos, o ideología, o ética se recurre a la campaña sucia, a la mentira como táctica, al rumor como estrategia: como no se puede ofrecer nada, sólo queda ensuciar, mancillar, aniquilar simbólicamente al contrincante. ¡Eso parece ser la estrategia de comunicación en las campañas políticas!
En esta campaña 2011, ante la falta de ideas, partidos y candidatos con seducción, está triunfando la campaña negativa. El maestro: el señor J.J. Rendón. En entrevista a la periodista María Jimena Duzán (revista Semana, 28 de agosto 2011), nos dio clase sobre su modo de hacer campañas políticas:
1. Yo estoy en el negocio de que el tipo rival no gane… por eso, me le voy al cuello y lo hago trizas.
2. Hay que hacer competencia desleal… y construir mala fama a los rivales
3. Todo lo que se hace es legal. Ahora, si no les gusta lo que yo hago, ¡pues cambien la ley!
4. No hay que creer en las encuestadoras sino en la estrategia.
5. Un momentito, eso de la ética es para los filósofos. La película mía es la de ganar elecciones.
Basado en este credo del rey del rumor y la campaña negra, he aquí 10 prácticas usadas en Colombia para ensuciar al rival e impactar en la moral del votante:
1. Producir mala reputación a partir de cuatro asuntos: (i) moral sexual, luego diga que el rival es gay; (ii) creencias religiosas, luego invente que el rival es el anticristo o ateo; (iii) los enemigos públicos, luego haga noticia de que el rival es amigo de Chávez, cómplice de guerrillas o paras o comunistas o narcos; (iv) salud mental, luego diga que el rival está loquito…
2. Toda declaración, imagen, acto del rival debe ser explotado de manera negativa. Recuerde: una campaña es una competencia desleal y el objetivo es construir mala fama a los rivales.
3. Invente chismes que sean noticias: Difunda chismes sensacionalistas que los medios retomaran y harán masivos. Los periodistas siempre caen.
4. Invente encuestas que los medios harán noticia: No importa quién las haga, no interesa si son reales, sólo diga que fue hecha y que hay un empate técnico para que quede la sensación que todo se puede ganar (ver columna de Daniel Coronell, septiembre 10, Revista Semana)
5. Distribuya panfletos, ojalá casa por casa, en los cuales se diga que el rival está contra dios, contra el pueblo, contra los valores tradicionales…
6. Cree emails y materiales de internet para cada semana meter una nueva leyenda negra sobre su rival.
7. Contrate jóvenes para que entren en redes sociales, blogs, internet … e insulten y hagan mala reputación de su rival
8. Contrate desempleados… y deles las ideas negras que deben difundir en los buses y otros medios de transporte público
9. Contrate taxistas… y asígneles historias negras de su rival para que las difunda con todos los pasajeros
10. Y recuerde que “eso de la ética es para los filósofos”.
Realmente es lamentable que el ética sólo sea asunto de los filósofos, que ni la política ni la comunicación ni los medios tengan ética, que solo importe ganar el poder. Y es grave porque los elegidos van a gobernar sin ética, sólo les interesa ganar poder y billete, sólo buscan salir a las que sea o como sea en los medios de comunicación. Pero lo más grave es que los periodistas que no deberían dar crédito a estas campañas sucias, son los que las difunden y les dan bola y ruedan el chisme y entrevistan a los candidatos sobre eso…
El chisme negativo no sería exitoso si los periodistas no le dieran transcendencia… pero eso es imposible porque cubrir una campaña política no es investigar sino seguir la rumorología y el chisme como fuentes de información. ¡La campaña negativa es mediática!
¡Responsabilidad mediática es lo que nos falta… y buen periodismo!