Hablar de mujeres y dinero es hablar de una relación que, a lo largo de la historia, ha estado mediada por el silencio. No solo porque las grandes teorías económicas (a ti te hablo, mercados que se regulan solos) han dejado por fuera las tareas del cuidado, al considerarlas irrelevantes porque no generan valor monetario, sino porque durante siglos las mujeres no podían acceder a herencias, préstamos de vivienda o un salario digno. Además, aún hoy, muchas de las transacciones en las que las mujeres pueden participar siguen mediadas por relaciones como el matrimonio, lo que deriva en relaciones de dependencia, abuso y violencia económica. Pero, ¿qué constituye la violencia económica? ¿por qué desde su divorcio, Shakira ha tenido que trabajar el triple, como la mayoría de las mortales? ¿Qué hay detrás del prejuicio de la mujer gasolinera? ¿Cómo podemos garantizar que las mujeres accedan a un salario digno?