“Podrán cerrarnos, pero jamás callarnos”

Mauricio Alarcón-Salvador, director de proyectos de la recién clausurada Fundamedios, dice que el panorama de los medios en Ecuador es tan deplorable que le cuesta trabajo pensar en un mejor futuro.


Imagen: Fundamedios

Hace algunos días el Gobierno ecuatoriano dio la orden de disolución de la Fundación Andina para la Observación y el Estudio de Medios (Fundamedios) por divulgar contenidos ideológicos en redes sociales. Más específicamente, por retuitear columnas de opinión escritas por periodistas independientes. Pero esto fue sólo el detonante de la situación. Desde hace varios años, los medios, periodistas y organizaciones de este país han sido sancionados en el marco de la Ley orgánica de medios —creada hace más de dos años— y que ante su objetivo de generar pluralismo y una mejor prensa, ha terminado coartando la libertad de expresión. Según Mauricio Alarcón-Salvador, Fundamedios ha sido perseguido desde hace varios años por un gobierno “abusivo, autoritario y prepotente”.

El reporte de la Freedom Hause sugiere que Ecuador no tiene prensa libre y su situación en los últimos años ha estado en declive. “Si bien la Constitución establece la libertad de expresión y de prensa, estos derechos se reducen en la práctica”, dice este informe que analiza la situación del país para el 2014. El director ejecutivo de Fundamedios habla sobre los sucedido con la organización y el panorama del periodismo en la región.

¿Cómo describe usted el panorama de la libertad de prensa en América Latina?

Muy negativo. México y Honduras se destacan como los países más peligrosos para ejercer el periodismo en la región por la gran cantidad de comunicadores que han sido asesinados, cuyos casos, además, se encuentran en total impunidad. Otros países como Ecuador, Bolivia, Venezuela y Nicaragua se destacan por la gran cantidad de amenazas y agresiones que sufren periodistas y medios de comunicación, la asfixia económica a los medios, la falta de papel, entre otros. Los riesgos que enfrentan los periodistas colombianos son grandísimos especialmente en zonas con presencia de grupos irregulares. Y esto por mencionar algunos casos. Si revisamos los distintos informes de organizaciones internacionales como Freedom House, el Comité para la Protección de Periodistas, Reporteros Sin Fronteras, entre otros, se evidencia cómo cada año la calificación de los países de la región desciende y las condiciones para la libertad de prensa, empeoran.

 ¿Cuál cree que es la mayor amenaza para la libertad de prensa en la región?

Son varias las amenazas que se presentan en la región, por mencionar sólo algunas se puede hacer referencia a la presencia de grupos irregulares que, a través de la intimidación, el chantaje e incluso la violencia física, silencian a periodistas y comunicadores. Otras son las acciones gubernamentales destinadas a establecer censura informativa a través de leyes abusivas (como la Ley de Comunicación de Ecuador) y la persecución judicial a periodistas y medios de comunicación. Además está la falta de garantías para el ejercicio de la profesión, el manejo indiscriminado de pauta oficial y la concentración de medios de comunicación en gobiernos, sus representantes o sus allegados.

Algunos medios han desaparecido, varios periodistas han perdido su trabajo y, aquellos que aún lo conservan, prefieren informar sobre cualquier cosa en lugar de tocar temas sensibles. ¿Si hasta los departamentos de investigación de los medios han desaparecido, qué podemos esperar a futuro?

¿Cuál fue el detonante para que el gobierno ecuatoriano, después de varios años de amenazas, tomara la decisión de cerrar Fundamedios?

El gobierno ecuatoriano desde hace varios años ha impulsado acciones de persecución contra Fundamedios y sus directivos, por el único «delito» de monitorear y presentar información sobre la situación de la liberta de expresión en Ecuador. Como cualquier otra organización de promoción y defensa de derechos humanos del mundo, emitimos permanentemente alertas cuando se produce una violación a este derecho fundamental. Al igual que varias organizaciones de la región, hemos participado de audiencias temáticas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Entonces, ¿dónde está lo ilegal? Simplemente estamos siendo víctimas de un gobierno abusivo, autoritario y prepotente, que irrespetando la Constitución y la ley ha iniciado el proceso de disolución de Fundamedios. No toleran que los ciudadanos digan, dentro y fuera del país, lo que ocurre con ciudadanos, periodistas y medios de comunicación cuando sus derechos son vulnerados. Esta es la causa de lo que ahora vivimos.

 ¿Qué implica la decisión de querer cerrar esta organización?

Como han señalado varias organizaciones y organismos internacionales de protección de derechos, la peor acción que un gobierno puede tomar contra la libertad de asociación es el cierre de una organización, más aún, si esta promueve y defiende derechos fundamentales. En la práctica, este cierre implica que la única organización que trabaja en Ecuador sobre la libertad de expresión, se vea imposibilitada de seguir denunciado frente a la comunidad nacional e internacional lo que ocurre con este derecho, como se ha hecho hasta este momento con los 1.310 casos reportados desde el año 2008. Sin embargo, tras habernos declarado en resistencia encontraremos la forma de seguir trabajando. Podrán cerrarnos, pero jamás callarnos.

A corto y mediano plazo, ¿cómo  ve el futuro del periodismo en Ecuador en términos de libertad de expresión? 

Si el presente del periodismo en el país es lamentable, no quiero imaginarme cómo será el futuro. La censura, la autocensura, la persecución judicial y administrativa, y la crisis económica, conforman el panorama actual de los periodistas y medios de comunicación. Algunos medios han desaparecido, varios periodistas han perdido su trabajo y, aquellos que aún lo conservan, prefieren informar sobre cualquier cosa en lugar de tocar temas sensibles. ¿Si hasta los departamentos de investigación de los medios han desaparecido, qué podemos esperar a futuro? A la larga, lo que no se tiene en cuenta, es que el principal afectado de estas acciones es el ciudadano común, el que todos los días escucha la radio, ve la televisión y compra un periódico. Es él quien ahora no puede informarse a través de varias fuentes. Es él a quien ahora se le intenta imponer una verdad oficial a la fuerza.

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