“Mayo 16 de 2018. Hora: 12:11 Informamos a las comunidades aguas abajo del #ProyectoItuango que deben retirarse de inmediato del cauce y de las orillas del río Cauca ya que su caudal aumentará en los próximos minutos. Diríjase de inmediato a los puntos de encuentro”. Con este tweet Empresas Públicas de Medellín (EPM), la empresa encargada del proyecto de la hidroeléctrica en construcción Ituango-Pescadero, más conocida como Hidroituango, lanzaba por segunda vez en menos de tres semanas un grito de alerta.
La emergencia se presentó, según informó Caracol, por una nueva salida descontrolada de agua en un túnel que está usando EPM para tratar de evacuar el agua acumulada en la presa. Esta emergencia comenzó el pasado el pasado 29 abril cuando EPM anunció a la opinión pública que el túnel que mantenía el nivel del embalse había colapsado. Desde ese día, EPM y los organismos de control han activado un plan para que el agua pueda continuar fluyendo río abajo mientras se termina de construir la presa.
Pero el agua se estancó en Hidroituango, como lo muestran estas imágenes satelitales, y el pasado 12 de mayo el túnel que había colapsado se ‘destrabó’ por la presión del agua y generó un aumento imprevisto del caudal del río Cauca abajo del lugar donde se construye la represa. Seis municipios fueron evacuados. Varias casas ribereñas desaparecieron y se provocó, además, un daño ambiental difícil de cuantificar.
El país tiene mucha preguntas sobre Hidroituango y aún no hay suficientes respuestas. Carlos Palacio, profesor de la escuela ambiental de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquía, exdecano de la misma facultad y doctor en ingeniería en el área de aprovechamiento de recursos hidráulicos, analiza desde la academia las preguntas que se está haciendo el país.
Acá hay que ser cuidadosos con qué se dice sin tener información técnica real. En este momento nadie tiene la autoridad técnica para hacer estos juicios
¿Cuál era su percepción del proyecto Hidroituango previo a la emergencia que se está viviendo actualmente?
Desde la ingeniería colombiana y desde la ingeniería local la construcción de este megaproyecto ha sido siempre un motivo de orgullo. Detrás de este proyecto ha habido un debido proceso que podemos decir que se ha seguido a rigor con firmas especializadas que han estado trabajando en todas las etapas: desde la prefactibilidad hasta la construcción. El proyecto venía desarrollándose en el cronograma, cumpliendo las expectativas e incluso adelantándose a algunas previstas en el cronograma. Con una expectativa de terminación y puesta en marcha de acuerdo a lo diseñado. Técnicamente, lo que sabemos, es que el manejo de las construcción se había llevado muy eficientemente y siguiendo el proceso ingenieril. Lo que sucede llega súbitamente y nos genera un evento inesperado.
Este proyecto ha sido muy polémico desde su concepción: problemas con las comunidades de su zona de influencia, problemas por las licencias ambientales y problemas políticos. Desde la ingeniería y la academia, ¿cuál es su concepto sobre los choques de lo técnico y lo social?
Megaproyectos como Hidroituango son pioneros en Colombia y Latinoamérica. Son proyectos que definitivamente van generar muchos debates desde lo académico, desde las alternativas de los diseños técnicos y los efectos sociales y sobre el medio ambiente. Estas discusiones se tienen que dar y creo que en este proyecto se han dado de forma adecuada. Cuando un proyecto de estos comienza a socializarse, muchos de estos se echan por atrás, no por la factibilidad técnica y económica, sino por la social, como ocurrió en el proyecto de hidroeléctrica Porce IV.
En el caso particular de Hidroituango se hacen todos estos análisis y se ve que hay una factibilidad social. Esto no quiere decir que todos opinen igual, siempre habrá voces en contra y que consideran que el proyecto no debe ir. Siempre todo proyecto en ingeniería va a tener impactos negativos, los cuales siempre se tratan de amortiguar de alguna manera. Ningún proyecto en ingeniería va a tener un impacto negativo en cero. Estos impactos negativos generarán polémicas y, en este caso, por lo que acaba de pasar, muchas veces los que estaban del lado del efecto negativo aprovechan para distorsionar el mensaje entregando información que no le conviene a la ingeniería ni a la sociedad. Por eso considero que en este momento no es prudente dar un veredicto de lo que está ocurriendo, porque para eso se necesitarán hacer unos análisis adecuados. Específicamente sabemos que acá hay una mezcla de situaciones: un imprevisto geológico, el invierno, etc. Pero hay un tema de más análisis y estudio, que necesita una revisión a profundidad, y es lo técnico. A pesar que aún no es muy claro qué pasó, hay mucha especulación al respecto por parte de personas no idóneas, que no tienen la información a profundidad sino lo que se dice solo en las noticias. Acá hay que ser cuidadosos con qué se dice sin tener información técnica real. En este momento nadie tiene la autoridad técnica para hacer estos juicios.
La información que ha dado EPM a la opinión pública ha sido muy limitada, y precisamente mucho de lo que se habla son especulaciones sobre lo que probablemente ocurrió. Se sabe que colapsó el túnel encargado de mantener el nivel del embalse estable, el cual era el único activo porque los dos túneles que usaron para desviar el río inicialmente ya estaban sellados. También se sabe que la presa no está terminada. ¿Cuál debió ser el orden lógico en este tipo de construcciones? ¿Por qué se sellaron los túneles antes de tener la presa lista?
Ahora que pasan estas cosas, el colapso y la emergencia, se dice en todos lados “se debió haber hecho de otra manera”. Pero en la construcción las cosas no se van improvisando en el día a día. Siempre hay una programación previa y un cronograma a seguir. Todo se diseña desde el inicio. Lógicamente las circunstancias llevan a tomar decisiones inmediatas y modificar cosas como lo que ha pasado acá. Pero desde el mismo diseño de la construcción se tenía planeado que para este momento hubiera dos túneles de evacuación, que estaban funcionando muy bien incluso en crecientes. Se estaba llegando a cota última [elevación máxima prevista] de la presa y el vertedero estaba completamente terminado. El diseño tenía planeado que en esta etapa estuvieran taponados estos túneles y seguir la evacuación del agua por el tercer túnel. Ahí es cuando se presenta el imprevisto, el túnel falla parcialmente en un primer momento y luego se bloquea totalmente la evacuación por medio de ese túnel. Ahí es cuando las cosas ya se habían hecho y no se podían reversar, el gran imprevisto es este. ¿Se pudieron haber sellado los túneles en otro momento? Sí. ¿Hubiera podido colapsar en otro momento? También. La catástrofe pudo ocurrir en cualquier momento y ahora lo que hay que mirar es por qué falló. La pregunta ahora es si esto se había podido detectar previamente y se había podido reforzar el túnel de otra manera. Esto solo lo vamos a saber con el estudio técnico que debe empezar ahora.
El túnel que falló no estaba diseñado para fallar, pero ahora que falló uno lamenta haber cerrado los otros túneles. Esto ya es la leche derramada, sacar conclusiones cuando pasan las cosas es muy fácil, pero cuando pasa el imprevisto es que se toman medidas de emergencia como el uso de la casa de máquinas para evacuar el agua. El embalse se estaba llenando y para vaciarlo se tuvo que hacer esto, pues la presa no estaba lista. Estaba cerca a terminar, pero no se había terminado. Si la presa se hubiera terminado esta semana, como estaba planeado, no estaríamos frente a esta emergencia porque el agua se evacuaría de forma controlada por el vertedero principal. Esto es una suma de variables imprevistas, como el invierno, que terminan siendo una bola de nieve.
Si el nivel del agua sobrepasa la presa y la presa aún no está terminada es el escenario más catastrófico: se acabaría con la presa y todas las comunidades aguas abajo estarían en un grave riesgo porque se vendría una avalancha gigantesca
Por ahora no hay datos técnicos de qué es exactamente lo que falló con el túnel que colapsó, pero en ingeniería, y especialmente en este tipo de obras, hay un concepto importante que es la redundancia. Si yo tengo un túnel que cumple X función, debería tener otro que cumpla la misma y que me permita tener un plan B si algo falla en el primero. ¿Por qué cree entonces que si la presa no estaba lista y sellaron los túneles de desvío solo había un túnel para controlar el nivel del embalse?
En ingeniería siempre se juega con un factor de seguridad y un riesgo. Este último nunca se elimina, así tengamos un 99 % de posibilidad que no falle, ese 1 % puede pasar, como ocurrió acá. La redundancia puede estar pensada en que la presa iba a estar lista. Pero varias cosas pasaron al tiempo: la presa incompleta, la falla del túnel, el sellamiento de los túneles de desvío, etc. Coinciden varias cosas que, aunque en el diseño se pensara que hubo un suficiente umbral de seguridad, la realidad es que siempre hay una posibilidad de que algo pueda pasar.
El túnel que colapsó es el detonador de esta emergencia. El túnel está construido en una zona que tiene varias fallas geológicas conocidas y que tiene actividad sísmica importante. Estas fallas debieron tenerse en cuenta desde el diseño, ¿cómo se prevén este tipo de situaciones?
Este razonamiento es lo que uno inmediatamente piensa: que estas variables debieron tenerlas cubiertas. Esto es algo que cualquier persona con sentido común puede analizar, no se necesita ser un técnico. Y precisamente por eso es tan fácil especular: cualquiera dice que esto que pasó es lógico. Personalmente hasta que no haya estudios no me atrevo a dar un concepto, porque no conocemos exactamente qué pasó. Por ahora es irresponsable emitir un juicio, a pesar que el sentido común lo lleve a uno a pensar esto. Aparentemente ni siquiera el gerente de EPM, según lo que se ha dicho, tiene claro qué fue lo que pasó en ese túnel.
El alcalde de Medellín y el gerente de EPM aseguraron que el riesgo latente más grave es que el nivel del agua suba tanto que rebose la presa y se arme una avalancha. Hoy, según lo que explicaron, el agua sólo está a 30 metros de llegar al borde de la presa. Se sabe que hay un volumen de agua represado que es inmenso. ¿Cuál es el riesgo real que usted puede analizar en este momento?
Acá se pueden pensar tantos escenarios apocalípticos o ser muy optimistas. Pero la realidad es que hay un sin número de variables que no podemos controlar completamente, a pesar de que haya estimativos como la pluviosidad y el comportamiento del caudal. Si el nivel del agua sobrepasa la presa y la presa aún no está terminada es el escenario más catastrófico: se acabaría con la presa y todas las comunidades aguas abajo estarían en un grave riesgo porque se vendría una avalancha gigantesca. Esa probabilidad siempre existe, pero estamos optimistas que la construcción de la presa está a buen ritmo. El riesgo es latente aunque ha ido mejorando el clima. Aún estamos en una situación de alerta máxima.
La caverna de máquinas es el túnel que está manteniendo el flujo del río y el nivel del embalse. Este túnel no está diseñado para llevar agua y ya hubo un primer bloqueo. ¿Desde su experticia cuál es la opción más viable para superar esta emergencia?
La primer solución es que se acabe el invierno o disminuya mucho el nivel de las lluvias. Esto permitiría terminar la presa rápidamente. Si los trabajos se pueden retomar pronto, en una semana se puede terminar la presa y estamos salvados. Con la presa terminada, el agua que rebosa puede pasar por el vertedero y habría un control. Este es el escenario ideal. Pero luego el problema es destapar los túneles para la descarga y el vaciado del embalse. Desde lo técnico y operacional la presa terminada nos da más tiempo para resolver esto.
El túnel de máquinas está diseñado para manejar ciertos caudales, de agua turbinada, pero no las dimensiones y condiciones que están pasando. Si esto nos permite sostener las condiciones del invierno y terminar la presa estamos salvados.