La semana pasada se publicaron los resultados de la Encuesta Pod 2019 hecha por el equipo de Podcaster@s. Fue una encuesta para tratar de entender a la joven y creciente audiencia de podcast en Latinoamérica. Hubo muchos datos que llamaron la atención: el dominio de Spotify con respecto a otras plataformas, el alto nivel educativo de los oyentes, la preferencia por los temas de historia, tecnología, arte y entretenimiento. Pero un dato en particular llama la atención: la evidente preferencia de los oyentes por podcast conducidos por hombres.
En los 20 podcast más escuchados semanalmente en Colombia de distintas plataformas (Spotify, iTunes y iVoox), hay una mayoría masculina notable. En Spotify, un 60 % de los shows son producidos por hombres, un 25 % por mujeres y un 15 % producido por parejas o sin un anfitrión constante. En los 20 de iTunes hay un 65 % de hombres, un 30% de mujeres y un 5 % de parejas o sin un anfitrión constante. Y en iVoox hay un 75 %, 20 % y 5 %. En cada plataforma, unas más y otras menos, la mayoría de podcast más escuchados en Colombia tienen a un hombre en la portada o como su anfitrión.Estos charts de audiencia cambian constantemente. Hay programas que logran estar en el top 20 durante semanas, pero dejan de publicar episodios, y rápidamente salen de la tabla. Sin embargo, lo sorprendente es que la mayoría masculina sea una constante.
El podcast cambió las reglas de la vieja radio. Los costos de producción de un podcast (que bien se puede hacer desde un celular y con softwares de edición gratuita) son ínfimos comparados con los de la radio tradicional. La difusión es hoy, además, abierta. Solo hace falta subir el contenido a plataformas como iTunes o Spotify para lograr llegar a grandes audiencias sin tener que pelear (y costear) un espacio en el espectro electromagnético. Así, nuevos productorxs —y nuevas agendas y enfoques— han podido reclamar espacios que históricamente estuvieron protagonizados, en su inmensa mayoría, por locutores varones: arizmedis, sáncezcristos y nestors. ¿Pero realmente se han logrado cambiar esas estructuras patriarcales?
Una de las personas que vivió este cambio y lo sigue viviendo es Diana Uribe, quien luego de 18 años en Caracol Radio detrás de los micrófonos de la Historia del Mundo (un programa de historia narrado por ella), se mudó al podcast. Ahora, tiene el programa DianaUribe.Fm, el podcast más escuchado de Colombia en todas las plataformas: “Tú no podías afrontar esos costos (de la radio), y en esas preferencias había un sistema patriarcal en el que poco a poco fuimos llegando las mujeres”.
Uribe cuenta que desde que empezó a hacer su podcast se ha encontrado con una nueva audiencia: “Una audiencia curiosa, que le interesa la historia. Mi audiencia está construida desde hace 18 años en la radio, es difícil entender el éxito del podcast sin mi tiempo en la radio”. Diana Uribe ha liderado estas tablas de consumo desde que empezó y también quedó sorprendida de que los programas más escuchados fueran producidos por hombres: “¡Claro que me sorprende! El círculo de personas que conozco en los podcast son en su mayoría mujeres”.
Colombia, en efecto, puede contar un número significativo de podcasteras: Laura Rojas Aponte, coanfitriona de Cosas de Internet y parte del equipo de Radio Ambulante; Sara Trejos, anfitriona de Presunto Podcast, un programa sobre crítica de medios; Laura Ubaté, productora de podcast en Radionica; Maru Lombardo, productora de podcast en El Tiempo; Gloria Susana Esquivel, anfitriona y productora de Womansplaining; Manuela Ochoa, anfitriona y productora de Mirlo Podcast. Y si ampliamos esa lista a Latinoamérica tenemos a Catalina May, productora de Las Raras Podcast, un podcast chileno ganador del programa de creación de Google Podcast; Camila Gutierrez, escritora y anfitriona de Lo Arruinaste; Leila Mesyngier, anfitriona del podcast El deseo de Pandora. Entonces, si hay tantos podcast dirigidos por mujeres, ¿por qué en Colombia los programas más escuchados son en su mayoría producidos o conducidos por hombres?
La audiencia busca caras y no historias
Esta no es la primera vez que se habla sobre una mayoría de podcast producidos por hombres. De hecho, en Estados Unidos existe un festival de podcast sobre este tema. En 2013 Laura Walker, CEO de WNYC, una de las productoras más importantes de podcast en Estados Unidos, hizo un estudio sobre los 100 podcast más escuchados en iTunes: solo 20 % tenía a una mujer como anfitriona o como co anfitriona. Walker, junto al equipo de WNYC, fundaron Werk It: A Women Podcast Festival en 2015 con el objetivo de mostrar los programas hechos por mujeres y capacitar a otras mujeres interesadas en tener su otro podcast. Dos años después, Walker dijo que para 2017 ese porcentaje había subido a un 33 %.
Para escuchar podcast solo se necesita internet y una de las plataformas como Spotify o iTunes. Es una suscripción gratis, nadie tiene que pagar una mensualidad para escuchar. La audiencia tiene un acceso ilimitado a un contenido que cada día crece más. Entonces, ¿por qué escoge un contenido en vez de otro?
Jorge Caraballo, editor de crecimiento de Radio Ambulante, el podcast Latinoamericano más importante y distribuido por NPR en Estados Unidos, dice que hay muchos factores que pueden inclinar a un oyente a la hora de escoger un programa: recomendaciones, fama, recorrido o incluso novedad. Para él, la novedad no parece ser el criterio más importante porque la audiencia del podcast en Colombia, asegura, todavía está siguiendo una línea tradicional de consumo: “Es un mercado joven que todavía escoge podcast a partir de personas famosas, de los más escuchados, pero todavía no está en el punto de una búsqueda más profunda de contenido”. Caraballo dice que no es un problema de diversidad, porque si se busca se podría llegar a encontrar una mayoría de podcast producidos por mujeres en distintos países: “Lo que sorprende es lo que recompensan los oyentes, la pregunta ahí es: ¿por qué son más populares los otros?”
Y ahí empieza la difícil tarea que han impulsado muchas encuestas de consumo de podcast en Latinoamérica. Radio Ambulante también hizo una encuesta este año y contó con la participación de seis mil personas. Caraballo cuenta que la audiencia de Radio Ambulante es en su mayoría mujeres (58 % mujeres y un 42 % hombres), este dato es llamativo cuando lo comparamos con la Encuesta Pod 2019, en la que respondieron 2.153 personas, y fue un 69.70% hombres y un 29% mujeres. Martina Castro, directora de Podcaster@s, equipo responsable de la encuesta, explicó que es difícil decir que solo por esa encuesta hay una mayoría de hombres escuchando podcast de habla hispana: “Simplemente más hombres contestaron la encuesta, y eso podría haber sido por miles razones, al no contar con una encuesta científica, lamentablemente solo podemos tomar conclusiones sobre ese grupo”.
Es difícil extender los resultados de la Encuesta Pod para dar una conclusión definitiva sobre la audiencia, pero Diana Uribe cree que la audiencia está cambiando pero es un proceso lento: “Están buscando un contenido que les cuente historias, que aprendan algo, pero siguen escogiendo programas a dedo como en la radio por una cara conocida que ven en la portada”. Puede que la audiencia busque un contenido que sea liderado por una persona que conozca de la televisión o la radio, y escojan a partir de la persona que dirige el programa en vez del contenido que ofrecen.
Puede que la audiencia busque un contenido que sea liderado por una persona que conozca de la televisión o la radio, y escojan a partir de la persona que dirige el programa en vez del contenido que ofrecen.
Diana Uribe cree que se necesita mejores formas de conocer el contenido de podcast que está surgiendo, algo que no sea voz a voz: “Tienes una oferta infinita de contenido, pero es difícil de encontrar. Antes con la radio tenías que escoger un programa y perdías otro, y tenías una oferta limitada, la audiencia se casaba con un contenido”. Hablamos con un portavoz de Spotify que nos comentó que están empezando a implementar nuevos métodos de búsqueda de podcast: “Queremos que las recomendaciones de podcast cada vez sean más parecidas a nuestra plataforma de búsqueda musical”. Les preguntamos sobre el dato inicial de esta nota y nos contaron que han realizado acciones sobre esto como el programa de Sound Up Bootcamp para mujeres interesadas en ser podcasters, y también Noisemakers, el podcast que hicieron en alianza con TIME´S UP, una serie de seis episodios sobre acoso e inequidad de género. Todo esto, valga aclarar, en Estados Unidos.
El doble rasero de las audiencias
María Eugenia Lombardo, periodista y productora de podcast en El Tiempo, dice que no le sorprende que haya la mayoría de podcast más escuchados sean producidos por hombres porque cree que siguen siendo temas tratados desde un punto de vista masculino: “Colombia está copiando muchas fórmulas de la radio en los podcast, entonces no es una coincidencia que se copien de temas dominados por hombres”. La Encuesta Pod 2019 mostró que la audiencia prefiere en casi un 78% los podcast en un formato de charla o plática, un formato muy similar a la radio y en el que las mujeres —salvo casos como el de Camila Zuluaga en Blu Radio— han siempre ocupado un rol secundario en la mesa.
Si hubiera una mujer en la radio tradicional que fuera ‘irreverente’, se diría que ella es vulgar, o un tipo más, no una mujer, mientras que un hombre que sea ‘irreverente’ tiene un programa de prime time y es tildado de ‘polémico
Gloria Susana Esquivel, anfitriona y productora de Womansplaining, cree que los formatos tradicionales han hecho que las mujeres suelan tener más miedo y vergüenza de exponer sus opiniones en público, y lo que sucede al estar en esa esfera pública es que son castigadas por eso: “Si hubiera una mujer en la radio tradicional que fuera ‘irreverente’, se diría que ella es vulgar, o un tipo más, no una mujer, mientras que un hombre que sea ‘irreverente’ tiene un programa de prime time y es tildado de ‘polémico’”. Esquivel compara la diferencia del trato que reciben anfitriones como Julio Sánchez Cristo y Alberto Casas que son ‘polémicos’, mientras que Vicky Dávila es ‘la perra’, ‘una imbécil’, ‘una bruta’. Hay, dice, un doble rasero. Cree que tanto en los medios, como en la cultura y la literatura, las mujeres que están en la esfera pública van a estar observadas, escudriñadas y criticadas: “¿Qué mujer va a querer hacer un podcast así? Puede que yo tenga las herramientas, el acceso, que no existan las barreras de la radio, pero yo no quiero recibir 25 mensajes cuando hago un episodio de Womansplaining diciéndome todo lo me faltó, o qué está mal, o que este es más inteligente que yo”.
A Esquivel la segunda Sandra Borda, profesora e investigadora de Ciencias Sociales en la Universidad de los Andes, quien también trabajó como analista y panelista en Blu Radio y tuvo hasta la semana pasada una columna en Caracol Radio. Borda piensa que este es un problema que también viene desde los medios de comunicación: “Yo creo que a las mujeres les toca llegar a convencerse a sí mismas pero también a los demás. Los hombres se sabe que están ahí por que ‘sabe’ y nadie lo cuestiona”. Borda cree que hay una barrera más alta que hace que las mujeres tengan que prepararse mucho más a la hora de emprender en medios o en podcast: “Eso disuade a muchas mujeres, eso requiere un nivel de exposición para el que no todas están listas”.
Estúpido Nerd, un podcast en el que tres hosts varones hablan sobre películas, series, videojuegos y que actualmente es el segundo programa más escuchado en Colombia, han tenido episodios en el que los anfitriones fueron reemplazados por tres mujeres. Juandapo, editor de Estúpido Nerd, cuenta que en esos episodios han recibido comentarios que las infantiliza y ridiculiza: “Claro, hay gente que les parece refrescante y les gusta, pero cuando no les gusta llegan comentarios despectivos, constantemente refiriéndose a ellas como ‘niñas’ y asegurando que nuestro programa no es el mismo podcast sin los hombres”. En junio de este año, hicieron un episodio sobre el final de la serie The Big Bang Theory, un episodio polémico porque hablaron sobre los comportamientos nocivos y misóginos comunes dentro de la comunidad nerd y que la serie validó a lo largo de todas sus temporadas. Además, en ese episodio estuvo Valeria Reyes, una de las hosts invitadas en Estúpido Nerd: “Muchas de las críticas eran hacia ella, obvio nos criticaron por lo que dijimos de la serie, pero creo que esto es un problema arraigado a la comunidad de internet, que viene de algo social”.
El asunto supera, por supuesto, las barreras nacionales. Leila Mesyngier, coanfitriona de «El deseo de Pandora», un podcast producido por las revista Anfibia sobre género y feminismo, se ha encontrado con una audiencia distinta a la que mencionamos que perciben las mujeres aquí: “Tenemos un apoyo amoroso, estimulante y pasa lo mismo con otros podcast conducidos por mujeres aquí. No siento esa virulencia por parte de la audiencia”.
Sin embargo, Mesyngier menciona que sí siente una hostilidad en los formatos tradicionales como la radio y la televisión: «Aquí tienes unas figuras sagradas que son irreverentes y polémicas y son el el producto más visto». Aunque se han hecho intentos para ‘equilibrar’ esas mesas al poner a una mujer en estos programas, Mesyngier piensa que eso no es suficiente: “Nos faltan contenidos que no sean de mujeres exclusivamente, que hablen de economía, de política, que hablen de los temas de los que hablan los varones”. Maru Lombardo de El Tiempo coincide: «¿Por qué tiene que haber un enfoque de género explícito en un podcast hecho por una mujer? ¿Qué tal si hablamos de un tema que no espere de nosotras y sí de los hombres?».
La última vez que escribimos sobre los podcast en Cerosetenta hablamos sobre el buen momento del podcast en Colombia. Queremos creer que lo sigue siendo, pero también es el momento de examinar lo que se está promoviendo y lo que están escuchando las audiencias. Que los podcast más escuchados sean producidos por hombres puede ser culpa del contenido que les llega a los oyentes, del contenido que buscan, del contenido que no se escucha, de un doble rasero de la audiencia al escuchar una voz femenina. Pero el podcast, libre de las viejas trabas e instancias intermediarias de la radio tradicional, es también un lugar de renovación y un terreno fértil para reivindicar nuevos lugares de enunciación. El podcast no tiene que esperar todos los años que pasaron en la radio para que exista una conciencia sobre paridad de género.
O al menos, no debería.