Martha Sepúlveda iba a convertirse en la primera persona en Colombia en acceder a la eutanasia sin tener una enfermedad terminal pero le cancelaron el procedimiento horas antes de cuando estaba programado. Entre los motivos que señaló el comité médico que revisó su caso, está el informe realizado por Caracol Noticias, tras el que señaló que su estado no era de tanta gravedad y por ello no cumplía con el criterio de terminalidad.
Cerosetenta habló con Camila Jaramillo, abogada de DescLab y quien ha acompañado a Martha como su apoderada durante el caso, para comprender mejor las implicaciones de esta decisión y cuál será la ruta a seguir.
Cerosetenta: Cómo irrumpe esta decisión en la voluntad de Marta. Es decir, ¿qué tipo de voluntades o qué tipo de libertades se le están privando con esta decisión que se tomó?
Camila Jaramillo: Cuando en 1997 la Corte Penal hizo legal la eutanasia, lo que nos dijo era que la vida digna estaba relacionada con la muerte digna y que la vida digna no tiene que ver solamente con la existencia biológica, sino que tenía que ver con la trayectoria de vida y proyecto de vida, es decir, con la vida biográfica de cada persona. Esto se traduce especialmente cuando hablamos de la dignidad humana en el derecho que tenemos. Es la muestra más importante de libertad.
¿Cómo es que yo no puedo decidir sobre el momento de mi muerte cuando estoy sufriendo? Es inaudito que 30 horas antes de un procedimiento de eutanasia, tres personas que ya te habían dicho que sí hace dos meses vuelvan a reunirse para decirte que no. Entonces es evidente la violación y la vulneración a los derechos fundamentales de Marta, a la libertad y el derecho que ella tenía por cumplir con los requisitos legales para acceder a la eutanasia.
C.: ¿Qué mensaje nos queda a los demás sobre la voluntad que podemos ejercer y sobre nuestros cuerpos?
C.J.: El mensaje es que todavía hay demasiadas barreras para poder acceder al derecho a la muerte. Cuando Martha tomó la decisión de visibilizar su caso, lo hizo porque una de las características de su situación era que había sido un acceso a la muerte digna, sin barreras. Cuando nosotros nos dimos cuenta que todo había fluido con naturalidad, nos pareció que ese era uno de los temas principales que había que compartir con la ciudadanía: que era posible acceder a la eutanasia sin barreras y que había que empezar a cambiar el discurso de que era una lucha, que siempre es una lucha.
Da mucha tristeza que el caso que supuestamente era una evidencia de un derecho ejercido de manera fluida, termina siendo un desastre, un completo desastre.
Hay una ficha en todo esto que todavía no hemos podido entender, y es que desde que se publicó el reportaje, el Comité médico tomó la decisión de no practicar el procedimiento. Esto lo que significa es que aparentemente podemos ejercer nuestros derechos, pero sin hacerlo público. Entonces, el mensaje es preocupante, pero a la vez yo creo que se ha hecho mucha pedagogía en derechos con este caso y en realidad yo creo que en un tiempo este caso va a marcar la historia de este país, o ya la marcó.
C.: Esa era justamente mi siguiente pregunta y es: ¿qué papel cree entonces que jugaron los medios en todo este proceso?
C.J.: Yo creo que hay que hacer dos precisiones. La primera es que Martha tenía todo el derecho a salir en televisión porque su caso era una noticia, es decir, su caso era importante porque se iba a convertir en la primera persona con una enfermedad no terminal en acceder a la eutanasia.
Lo otro es que es evidente que el reportaje de Caracol sí tuvo un impacto en la decisión del Comité, porque dentro del acta aparece que las imágenes de Caracol hicieron que el Comité volviera a reunirse para tomar una segunda decisión.
Aparecer en medios mostrando tu situación es la decisión que tomaste tú: son tus creencias y tus ideas, no puede ser un impedimento para el ejercicio de los derechos. Y aquí no es culpa de Martha por haber salido en medios.
C.: ¿Qué viene ahora?, ¿cómo van a seguir manejando el caso?
C.J.: Obviamente la acción de tutela va a ser el siguiente paso. Decidimos no presentarla hasta que salga el fallo de la Corte, porque aparentemente la Corte va a emitir el fallo hoy y entonces queremos primero leer ese fallo para poder presentar la tutela.
Martha está considerando una segunda valoración en otra IPS, entonces eso todavía es incierto también. Aún así, lo que esperamos es interponer la acción de tutela y que ese juez de tutela nos dé la razón y que Marta pueda decidir un nuevo día y una una nueva hora para poder acceder a la eutanasia.
C.: ¿Qué mensaje le enviarían a la Iglesia y a las personas que han salido a intentar hacer que Marta cambie su decisión?
C.J.: Cada persona puede tener la creencia que le parezca y puede tomar las decisiones sobre su cuerpo y su vida que le parezcan. El problema es cuando esas creencias y difundir esa información termina vulnerando los derechos de otras personas. Yo, la verdad, no quiero convencer a nadie que la eutanasia es una opción. Lo que yo creo es que lo que hay que hacer es respetar las decisiones de las otras personas. Y lo cierto es que aquí en Colombia hay un derecho fundamental a morir dignamente y eso incluye la posibilidad de acceder a la eutanasia.
Frente a ese derecho las creencias de otras personas no pueden interferir, ya que estamos hablando solamente en clave de derechos. En toda esta discusión no estamos hablando de las creencias religiosas, ni de si lo correcto y lo incorrecto es hacer o no hacer. Estamos hablando de un derecho que es constitucional y que fue vulnerado.
C.: ¿Qué deberíamos analizar sobre este caso y lo que ha implicado para Martha?
C.J.: Haría énfasis en que nadie debería ser mártir de una causa, ni sufrir por una causa. Pero lo cierto es que el costo personal que está teniendo Martha en ese momento también ha aportado a una conversación mucho más amplia y mucho más compleja de lo que alguna vez pensamos que iba a ocurrir con la visibilidad de este caso.
Yo creo que en un futuro debemos estar muy agradecidos con la exposición que ella decidió tener y con el impacto que esto ha tenido en las esferas más altas del Estado. Gracias a ella, muchas personas se han dado cuenta que tienen derecho a la eutanasia. Pero lo complicado es que el costo personal es para ella y su familia.