Lo que revelan los discursos

La Politóloga María Fernanda González estudió todos los discursos y entrevistas que los promotores del Si y del No dieron durante tres meses seguidos; desde el 24 de junio hasta el 1 de octubre. Aquí están algunas conclusiones que se desprenden de ese estudio.

por

Ángela Rivera y Miguel Botero Echeverri


28.10.2016

Foto: Center for the American Progress @ Flickr

El discurso lo dice todo, no sólo por lo que las palabras denotan sino por la cantidad de veces que se repiten, el campo semántico al que pertenecen y lo recurrentes que son a través del tiempo. Maria Fernanda González, politóloga e investigadora del Institut des Amériques de París, se ha dedicado a hacer análisis cuantitativos  de los discursos de líderes políticos como Juan Manuel Santos, Álvaro Uribe, Timochenko y Hugo Chávez y, con los años, ha llegado a conclusiones sobre sus estrategias y posiciones contando y clasificando sus palabras. Estas son algunas conclusiones de ese análisis.

González identificó que independiente de que ganara el Sí o el No, para Uribe lo importante es que el gobierno del 2018 retome lo que se hizo durante la Seguridad democrática. Y eso para González es mirar al pasado.

Durante la campaña por el plebiscito el discurso de Santos, Uribe y Timochenko pueden resumirse en frases cortas pero concretas

Juan Manuel Santos: Rendición de cuentas.

Santos se dedicó a mostrar resultados. En las regiones en donde ha invertido buenas cantidades de dinero le fue bien y donde tiene retos grandes le fue mal. En Chocó, por ejemplo, con una inversión de 8 billones de pesos el Sí ganó con el 79 %. En cambio regiones como Norte de Santander,  donde el secuestro y las extorsiones están todavía muy presentes el No ganó con el 64 %. Estos resultados, según González, muestran que independientemente de que Santos tenga o no facilidad para comunicarse, la realidad del país pesa más.   

Álvaro Uribe: Miedo y mirada al pasado.

Para González la idea del “castrochavismo” es una propaganda falsa que caló muy bien, pues creer que Colombia puede convertirse en una segunda Venezuela produce mucho rechazo. Uribe hace referencia al pasado y eso es evidente en varias entrevistas y discursos. González identificó que independiente de que ganara el Sí o el No, para Uribe lo importante es que el gobierno del 2018 retome lo que se hizo durante la Seguridad democrática. Y eso para González es mirar al pasado.

Timochenko: pragmático.

Timochenko al inicio de las conversaciones de paz tenía el discurso de un rebelde que hablaba contra la “oligarquía”. Su discurso era agresivo. Hoy, después de cuatro años de negociaciones tiene un discurso pragmático. Un discurso que dice “vamos a ver cómo entre todos podemos construir la paz”. Para González este fue un cambio muy grande, pues pasó de tener un discurso guerrero a uno que busca salidas. “Mucho más pragmático”.  

Uribe vs Santos, constancia vs. flexibilidad

González ha analizado el discurso de Álvaro Uribe desde el 2002. Una de las conclusiones más claras es que su estrategia y vocabulario no han cambiado desde entonces. “Cuando hablas con la gente que lo ha estudiado, en particular Fernando Cepeda quien fue su embajador en Francia, nos cuentan que la estrategia de Uribe es siempre igual: repetir siempre lo mismo para que llegue el mensaje concretamente”. Para la investigadora fue revelador un estudio en particular en el que con su equipo comparó los discursos de Uribe y Chávez entre el 2002 y el 2010. Encontró que el expresidente mantuvo un discurso mientras que su homólogo venezolano lo modificó constante y, podría decirse, radicalmente.

En un artículo que la politóloga publicó en el 2012 sobre los discursos de Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe en la Asamblea del Partido de la U, concluyó que las palabras del expresidente giraban en torno a la guerra. Las palabras más recurrentes en su vocabulario fueron “terrorista”, “Farc”, “crimen”, “impunidad” y “violencia”. Cuatro años más tarde su análisis de las campañas del plebiscito arrojaron la misma conclusión: en las intervenciones de Uribe y Óscar Iván Zuluaga primó el mismo tema en el vocabulario (terrorismo, delitos, violación, reclutamiento, narcoterrorista, crímenes, lesa humanidad).

Lo contrario ocurre con Santos, cuya visión quedó clara en el 2010. “Sólo los imbéciles no cambian de opinión cuando cambian las circunstancias”, dijo como ministro de Defensa de Uribe cuando Noemí Sanín señaló que durante la presidencia de Andrés Pastrana había estado de acuerdo con la zona de despeje. Contrario a lo que hizo Sanín, María Fernanda González toma esa flexibilidad como una característica del discurso del presidente, no necesariamente como un defecto. Dice, por otro lado, que la paz siempre ha sido un elemento de su vocabulario político. Más, incluso, como ministro de Defensa que durante sus primeros dos años como presidente, según sus análisis de discurso.

Miedo: la estrategia de la derecha y extrema derecha

González dice que la estrategia de imprimir miedo en la sociedad no es un discurso nuevo, o propio del Centro Democrático. El miedo es una estrategia discursiva que la derecha, y sobre todo la extrema derecha, utiliza en el mundo para mover al electorado. “En Francia, por ejemplo, el móvil del miedo son los inmigrantes”, reflexiona González y recuerda que hace 20 años a través de un estudio del análisis del discurso de  Jean-Marie Le Pen, una de sus frases más recurrentes decía “tres millones de inmigrantes son igual a tres millones de desempleados”. Y este discurso no solamente es un ejemplo de las estrategias de campaña de la derecha francesa. En Estados Unidos, Donald Trump es el abanderado de la retórica del miedo contra los inmigrantes. Separar a Estados Unidos de México con una gran pared, para controlar de una buena vez la inmigración ilegal ha sido uno de los caballitos de batalla de Trump en la contienda por la presidencia. “Estas elecciones son nuestra última oportunidad de asegurar nuestra frontera, frenar la inmigración ilegal y reformar nuestras leyes para vivir mejor”, dijo Trump en Phoenix. En frases como esta se nota la relación directa que intenta hacer entre la promesa de frenar una amenaza y así salvarse de lo peor. Con ese discurso Trump logró el apoyo de la población blanca conservadora de Estados Unidos y fue esa base electoral la que le dio la victoria en las Primarias Republicanas. Otro ejemplo visible del discurso del miedo y lo efectivo que puede llegar a ser fue la victoria del Brexit en Reino Unido. De nuevo, los discursos de líderes de derecha como Nigel Farage y Boris Johnson lograron que el 51,9 % de los británicos votaran para separarse de la Unión Europea. En su discurso también había altas dosis de miedo y rechazo a los migrantes pues representan, según ellos, una amenaza para el sistema de seguridad social y laboral británico. Para González estas estrategias discursivas hacen parte del juego democrático, pero sin duda, dice ella “erosionan el debate político”.  

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Ángela Rivera y Miguel Botero Echeverri


Ángela Rivera y Miguel Botero Echeverri


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