Lo que los periodistas no estamos contando sobre el Cambio Climático

¿Sirve de algo el esfuerzo de los periodistas por informar sobre el Cambio Climático? ¿Deberían los científicos reemplazarnos y asumir la tarea de comunicar sobre este tema? ¿Han fallado las organizaciones ambientalistas en transmitir su mensaje a la gente? Estoy en Durban, Sudáfrica, en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climatico (COP-17) y muchos […]

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Lorenzo Morales


06.12.2011

¿Sirve de algo el esfuerzo de los periodistas por informar sobre el Cambio Climático? ¿Deberían los científicos reemplazarnos y asumir la tarea de comunicar sobre este tema? ¿Han fallado las organizaciones ambientalistas en transmitir su mensaje a la gente?

Estoy en Durban, Sudáfrica, en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climatico (COP-17) y muchos de los periodistas que están aquí  y expertos en medios se hacen la misma pregunta. Para responder suelen mencionar con frecuencia que para ser más efectivos en acercar a la gente del común al tema no necesitamos inundarlos de más información, sino encontrar nuevas formas para explicar qué significa esa información y cómo puede afectarlos en su vida cotidiana (y la de su descendencia).

“Creo que nuestras audiencias están en un estado de negación respecto al Cambio Cimático”, dijo Sergio Abranches del Instituto Ecopolítica de Brasil, quien discutió sobre el tema con otros periodistas en el marco del Communications Day, organizado por Internews en el Southern Sun Hotel. “Creo que en parte es porque les estamos diciendo que el Cambio Climático es un fenómeno catastrófico al que ya estamos condenados. Y si estamos condenados no hay nada que hacer al respecto”. Abraes dijo que los medios y los periodistas deberían hablar más de lo que sí podemos hacer para salvar el mundo y contar las historias de las comunidades que se están adaptando de manera exitosa.

A ese estado de negación de lectores subyugados por los escenarios apocalípticos se suma también, al parecer, una dieta sobrecargada de información sobre el tema. “Creo que la gente está llegando a cierto grado de fatiga”, dijo Yolandi Groenewald, periodista del City Press de South Africa. “Es como la espinaca: sabes que es bueno para ti, pero si comes demasiado en algún momento no quieres probar un bocado mas”. Groenewald hizo énfasis en que los periodistas tienen que encontrar la manera de hacer que los lectores se identifiquen con el tema.

Groenewald relató como una de las historias que mayor respuesta ha tenido de sus lectores fue una crónica sobre su propio consumo de energía en un día normal y cómo estaba transformando su casa para reducir el impacto y su huella de carbono.

Joydeep Gupta, de IANS y Third Pole Project en India mencionó también cuál ha sido una de las historias que, inesperadamente, ha tenido más reacciones de sus lectores: “fue un pequeño recuadro de 200 palabras que comparaba con cifras el impacto de carbono que puede tener poner sus jeans en la secadora versus ponerlos a secar al sol. Recibí cientos de correos, ¡fue sorprendente!”.

“Tenemos este animal gigante embistiéndonos que se llama Cambio Climático del que los gobiernos del mundo están tratando de hacer algo. La gente se pregunta: ¿Qué hago yo al respecto?”, dijo Gupta.

Aunque puede parecer banal una hisotria sobre poner los jeans al sol, alguien mencionó, creo yo con razón, que las personas que logran tener una actitud más comprometida en sus acciones cotidianas, suelen ser más exigentes con sus políticos y sus gobiernos sobre qué están haciendo ellos por el medio ambiente.

Pero parece que el cambio no sólo está en el terreno de los periodistas sino también de los científicos que trabajan el tema. Para Randy Olson, autor del libro Don’t be such a scientist (no sea tan científico) los científicos deben ser menos literales y cerebrales si quieren llevar el mensaje a una audiencia más amplia. “A la gente le gusta oír buenas historias”, dijo Olson. “Y qué es una buena historia: un hecho envuelto en una emoción”.

Olson hizo referencia a un artículo publicado por el famoso reportero de The New York Times, Nick Kristoff, en la revista Outside que sostiene que para “salvar el mundo” del calentamiento global, los periodistas deben apelar a su capacidad para simplificar los hallazgos complejos de la ciencia y traducirlos o ilustrarlos con historias particulares de gente con nombre propio.

Para eso se necesita no sólo ser buen reportero sino también dominar la jerga de las negociaciones internacionales, por un lado, y la de la ciencia, por el otro. Y luego traducir lo que eso significa para los lectores. “Basicamente hay que ser bipolar para cubrir este tema”, resumió James Fahn, director de Internews y el Earth Journalism Network.

Para mi gusto, el punto más importante de la discusión fue la urgencia de reenmarcar el tema de Cambio Climático dentro de otros temas que permitan contar historias sin siquiera mencionar la expresión “Cambio Climatico”, que se ha vuelto un comodín un tanto hueco. Y me refiero a entender que este fenómeno ha desencadenado efectos sobre la salud (aumento de enfermedades y pandemias), seguridad alimentaria, migraciones forzadas y adaptación. Podemos hablar de todo eso y estamos hablando de Cambio Climático sin siquiera tener que escribirlo.

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