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La patria en disputa: de camisetas de fútbol y otros símbolos en las calles

Después del pulso entre el Gobierno y la oposición por ver quién convocaba a más personas a la calle, quedó aún más claro que la discusión no se limita únicamente a las reformas propuestas por Petro. El uso de los símbolos patrios, camisetas de fútbol y mensajes en pancartas, también se han vuelto un espacio de disputa por el control de la narrativa de lo que es ser colombiano.

por

Diego Forero


22.02.2023

“NOS ESTÁN MATANDO” era el mensaje escrito en una de las pancartas que llevaban, el 15 de febrero de 2023 en Bogotá, los manifestantes de la oposición hasta la Plaza de Bolívar en contra de las reformas adelantadas por el gobierno de Gustavo Petro. El letrero, escrito a mano, hacía eco de un mensaje que se repitió en las manifestaciones del estallido social de 2021. La pancarta era sostenida por un hombre con camiseta de la selección Colombia y una mujer de camisa blanca que caminaban en medio de arengas y gritos contra el Presidente y el comunismo. La escena refleja la disputa, vista durante las movilizaciones de los últimos años en el país, por el control de los símbolos y la narrativa sobre la patria. No es casualidad que tan solo un día antes, el 14 de febrero, en una movilización convocada por el Gobierno para apoyar sus reformas, la familia del presidente Gustavo Petro tuviera puesta también la camiseta del equipo nacional.

Izq: Marcha oposición 15F Bogotá / Der: Discurso Gustavo Petro 14F. Crédito: Presidencia de la República.

La camiseta de la selección y la frase de «Nos están matando» demostraron en las marchas del 14 y 15 de febrero ser símbolos culturales sujetos a apropiaciones y resignificaciones que dan pistas sobre el relato y el sentimiento de nación de unos y otros. Como la camiseta y la frase, varios símbolos culturales se convirtieron en objetos en disputa de las dos orillas políticas en las calles. Según Juan Ricardo Aparicio, profesor del departamento de Lenguas y Cultura de la Universidad de los Andes, los significados y las emociones que despiertan estos símbolos están ligadas a la dimensión cultural que atraviesa la búsqueda de hegemonía de cada sector de la población y su contienda por el liderazgo social, político y moral. Es decir, en la lucha de un grupo social por liderar el rumbo y la idea de país, cada sector busca una narrativa que resuene con lo que, entienden, los une e identifica y busca que ese relato sea adoptado por todos. Las ideas sobre cómo sentimos y entendemos la nación, y los símbolos que las representan, hacen parte de esa disputa por el poder. “Si alguien ha utilizado símbolos para cargarlos de significados es la derecha: la familia, la tradición o la iglesia siempre han sido signos articuladores”, explica Aparicio. “Desde ese punto de vista lo que vemos son símbolos, objetos, pancartas, colores [que están en] una disputa entre sectores por llenarlos de contenido, porque los objetos no son en sí mismos significativos”, dice.

Aunque la familia de Petro con la camiseta de la selección Colombia y la pancarta de la derecha con el icónico mensaje llamaron la atención, no fueron los únicos elementos disputados durante las pasadas movilizaciones. En el momento en que el Presidente salió al balcón, los colombianos convocados a la Plaza de Armas de la Casa de Nariño cantaron el himno en medio de furor y gritos. Algo similar ocurrió con la protesta de la oposición, solo que en su caso las emociones que acompañaron la melodía, entonada junto a un Bolívar rodeado de banderas y mensajes contra el aborto y las reformas, se sentían pesadas, tristes, rabiosas. Pero cada elemento en cuestión tiene su propia historia, su propia emoción y su propio significado. 

En Cerosetenta hablamos con expertos y académicos que le han hecho seguimiento a algunos de estos símbolos para entender qué se están disputando la izquierda y la derecha con ellos y qué significado les han dado.

NOS ESTÁN MATANDO

“¿Por qué la derecha utiliza estos mensajes? Yo creo que así como los movimientos sociales introducen en su repertorio de lucha consignas que también vienen de otros lugares, por ejemplo el #MeToo, también la concentración se da cuenta de que esas palabras o esos ritmos fueron efectivos. Entonces, creo que la derecha se está dando cuenta de lo que falló y está acudiendo a los símbolos, a las pancartas, a las palabras que fueron exitosas intentando, quizás, reconstruir la hegemonía.

Izq: Marcha de la oposición 15F / Der: Foto Twitter @JUANCAELBROKY

Lo interesante es de qué forma lo está haciendo y es justamente apropiándose de las consignas de izquierda que fueron victoriosas. No es la única forma en la que la derecha está construyendo hegemonía, también está creando cuadros, haciendo trabajo de calle y trabajo de influencer. Pero esa apropiación de mensajes tampoco es nueva, hace parte del repertorio de disputas con las cuales se lucha por la hegemonía cultural”.

Juan Ricardo Aparicio, profesor del departamento de Lenguas y Cultura de la Universidad de los Andes.

El color blanco y la paz

“El color blanco fue usado por la derecha, y toda la sociedad colombiana, en una marcha muy bonita y de gafas oscuras contra las FARC y los secuestros en 2008. Fue muy exitosa y es una de las marchas más recordadas y grandes en la historia de Colombia. Después, cuando el blanco se convirtió en el símbolo del Acuerdo de Paz de Santos y en el lugar de referencia con el cual se manifestaba la gente a favor de la paz en Colombia, el blanco desapareció de la derecha y comenzaron a usar la camiseta amarilla de la selección Colombia. El blanco significaba para la derecha la pureza, la higiene, lo recién lavado, el color de los buenos.

Izq: Foto Presidencia de la República / Der: Twitter Gustavo Petro.

Ahora con la Paz Total, el blanco comienza a significar el color del gobierno Petro y lo que queda en disputa es el color amarillo, que es el patriotismo. Uno podría decir que la derecha se basa en la patria, en el patriotismo, en la selección Colombia y los progresistas se basan en el color blanco, que es el de juntarnos alrededor del anhelo del país en paz. Falta ver cómo se desarrolla este uso sistemático del color, pues creo que el petrismo o la Paz Total no lo tienen todavía claro”.

Omar Rincón, investigador, artista y profesor del Centro de Estudios en Periodismo de la Universidad de los Andes.

El Himno Nacional

“La música es una forma de arte muy abstracta porque no tiene ideología, incluso es invisible. Cuando tú escribes una partitura, realmente ella no suena, solo tiene unos códigos que cobran vida cuando tú tocas. Entonces, esa abstracción permite que sea utilizada por todo tipo de ideologías. Tú puedes utilizar la marcha de Oreste Síndici (compositor del Himno Nacional) sin letra para invadir un país o para celebrar un partido de fútbol. La música en sí no te está diciendo un mensaje ideológico, pero el texto (escrito por Rafael Núñez) sí lo está haciendo. Precisamente como el himno se puede utilizar en distintos contextos, creo que puede ser apropiado por cualquier persona o gobierno. Lo único que es un poco incongruente son sus alusiones al catolicismo en el texto, pues desde 1991 es inconstitucional, ya que Colombia fue declarado como un país laico. Puede decirse que el texto ideológicamente es de un proyecto colombiano conservador. 

Izq: Ciudadanos cantando el Himno en el 14F / Der: Ciudadanos cantando el Himno en el 15F

Es muy importante lo que está haciendo Petro para su agenda ideológica al apropiarse del Himno Nacional. Básicamente está diciendo: el país también es nuestro. La manera simbólica de demostrarle eso al país es cantar con las mismas ganas o más que los sectores de la derecha. Este intento del Gobierno es muy similar a lo que está haciendo con las camisetas de fútbol: está atrayendo sectores más tradicionales de la sociedad, porque el país ha sido de derecha con lapsos de gobiernos liberales desde que se creó el Himno Nacional en 1887. 

Otro símbolo del que se ha intentado apropiar Petro es el del catolicismo, con el rosario atado en su muñeca y diciendo que es creyente a pesar de respetar la libertad de culto. 

Yo creo que con estos símbolos religiosos y el himno que también tiene un texto muy alusivo a la religión, él está tratando de mostrar cómo su gobierno también puede abrazar esos sectores sin que se sientan excluidos”.

Alexander Klein, profesor de la Universidad de Los Andes y autor del libro Obras completas de Oreste Sindici.

La camiseta de la selección Colombia

“Con la selección Colombia de Pékerman la gente comenzó a ponerse la camiseta y a hablar de la mancha amarilla. Esto es muy interesante porque Colombia, siendo un país con altos niveles de pobreza, llenaba estadios con gente cantando a capela el himno nacional. Entonces, el equipo se volvió moda, obtuvo un valor fuerte y su camiseta se convirtió en un referente de identidad nacional. Luego llegó el gobierno Duque e hizo una apropiación de la camiseta más politizada.

Crédito: Twitter Iván Duque

El caso de Petro es muy interesante, porque la izquierda siempre ha sido muy reacia a la manifestación con el fútbol, por la idea de que es “el opio del pueblo”. Él ha usado muchos símbolos, pero el de la esposa y la hija con la camiseta de la selección en el balcón rompe ese mensaje viejo [de la izquierda y el fútbol] y pone en disputa de quién es la selección Colombia. Si es de Uribe y el patriotismo o de Santos y Petro. Eso es muy llamativo, porque no podemos olvidar otro momento interesante de la disputa y fue lo que pasó con la Copa América del 2021, cuando Duque la quería hacer por encima de cualquier cosa y las barras y la Primera Línea impidieron que se hiciera. 

Creo que los deportes y el fútbol, en particular, han sido apetecidos por muchos líderes políticos. Solo que no siempre sale bien. Un ejemplo emblemático es el de Mandela con el rugby. En el caso colombiano, Belisario tuvo gestos y Gaviria y Samper hicieron muchas cosas con la selección de Maturana. Santos también con los Olímpicos y la selección. Por el contrario, el uribismo y Duque nunca supieron usarlo. Petro me parece estar en la línea de Belisario, Gaviria y Santos. Tal vez Petro no es tan mamerto como piensan muchos”. 

Andrés Dávila, profesor del departamento de Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Javeriana. 

***

¿Quién ganó la disputa en las calles? Después del pulso entre el Gobierno y los sectores de oposición, quedaron conclusiones que ya fueron analizadas por diferentes medios (incluyéndose 070) y algunos líderes de opinión. Tal vez lo que nadie ha dicho es que más allá de su capacidad para convocar, la verdadera victoria se la llevó la movilización social: un mecanismo ciudadano que, hasta hace muy poco, parecía ser el recurso de solo un sector de la población. En medio de arengas, gritos, himnos, camisetas de fútbol o banderas blancas, esta puja por el relato de país llevó a las calles a miles de colombianos que hasta hace poco rechazaban el mecanismo de la protesta con un “yo no marcho, yo produzco”.

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