EDITORIAL | Sobre la respuesta de Yohir Akerman Republicamos este editorial de nuestro medio aliado, Vorágine.
Republicamos este editorial de nuestro medio aliado, Vorágine.
Republicamos este editorial de nuestro medio aliado, Vorágine.
Aunque el columnista y consultor Yohir Akerman le resta importancia a sus labores en Guidepost, las actas de la empresa dan cuenta de su posición de poder. Editorial.
El presidente para América Latina de Guidepost Solutions, Yohir Akerman, defendió el informe que la empresa que dirige y gerencia en Colombia hizo a favor de Chiquita Brands en el juicio que enfrentan directivos bananeros por la financiación de grupos paramilitares.
En su más reciente columna de la revista Cambio, el consultor y periodista Akerman dijo que se había declarado impedido para conocer y participar de la elaboración del informe, que contenía una serie de omisiones y falsedades en defensa de Chiquita Brands, esas mismas que VORÁGINE documentó una a una, en un trabajo de recolección de testimonios, documentos oficiales y reportes de prensa de la época. Sobre esto último Akerman evitó referirse en detalle, aunque aseguró que VORÁGINE solo se centró en diez páginas de 56 “pescando elementos convenientes para insinuar un ataque en mi contra”, escribió. Al final del texto, Akerman se presentó como “investigador corporativo” en el “campo privado” y como “columnista” en el “público”.
Lea: Los informes de Jorge Restrepo y la empresa de Yohir Akerman a favor de Chiquita Brands
El periodista no mencionó que el informe de la empresa que dirige y gerencia seleccionó datos convenientes a la defensa de Chiquita Brands, como por ejemplo que antes de 1999 no existían registros públicos que denunciaban una connivencia entre las Convivir y los paramilitares. “Como dije al empezar esta columna, mi trabajo como presidente para América Latina de Guidepost, me llena de orgullo y satisfacción”, agregó en su tribuna periodística.
Akerman tampoco se refirió a la tergiversación que hizo Guidepost para darles plena credibilidad a unos testimonios de exdirectivos de las Convivir que dijeron haber desconocido que Raúl Emilio Hasbún, excomandante del Bloque Bananero, era un comandante paramilitar. La compañía expuso como verdades los dichos de Arnulfo Peñuela Marín y Alberto Osorio, pero omitió que ambos fueron condenados por sus comprobados nexos con el paramilitarismo. En el caso de Peñuela el juez que lo condenó desmintió los apartes citados por Guidepost.
Pese a las omisiones y falsedades descritas en el texto de VORÁGINE y que la opinión pública no conocía, Akerman dijo en su columna: “Ahora tengo que escribir sobre estos dos mundos en los que me muevo que se conectan por un factor: la búsqueda de los hechos, las pruebas y la verdad”.
El informe de Guidepost distorsiona hechos probados por Justicia y Paz que dejaron miles de víctimas en el Urabá antioqueño y que, en el caso de Colombia, aún no han encontrado justicia. Las omisiones y falsedades del informe de la empresa, que no menciona Akerman en su columna, fueron presentadas en un juicio que tendrá consecuencias para las víctimas. El informe fue encargado a Guidepost por la firma de abogados Prias Cadavid, quienes a su vez trabajan para Chiquita Brands en su defensa jurídica. Hay una transacción de por medio que no había sido mencionada por Akerman pero que ya es pública gracias al reportaje que publicamos. El trabajo de VORÁGINE, no obstante, se centró en transparentar ante la opinión pública las falsedades del trabajo de Guidepost en un juicio de trascendencia histórica. No hicimos valoraciones éticas frente a los oficios de la empresa en el litigio en contra de Chiquita Brands, los lectores por sí mismos las están haciendo.
Pese a que Akerman diga que se trató de un artículo que tenía la intención de afectarlo personalmente, tanto en el desarrollo de nuestro reportaje como en este editorial que publicamos hoy dejamos pruebas a los lectores que dan cuenta de que Akerman en Guidepost no es solo un empleado, así asuma parcialmente las responsabilidades del informe para Chiquita Brands y niegue las omisiones y falsedades que terminaron distorsionando la conexión entre los empresarios bananeros y la comprobada historia de violencia que dejaron los paramilitares en el Urabá antioqueño en las décadas de los años ochenta y noventa del siglo XX.
Akerman dijo en su columna que no conocía hasta la semana pasada el informe que elaboró la empresa que dirige y que representa. Esa no fue la sensación que nos quedó cuando lo llamamos el pasado viernes 21 de junio. El periodista y consultor, que habló off the record, en ningún momento dijo no conocer el documento. Al contrario, estaba enterado del trabajo que Guidepost hizo a través de la firma de abogados Prias Cadavid —que como dijimos defiende a Chiquita en Colombia— en torno a la consecución de evidencia y a los análisis que hicieron de las declaraciones de los paramilitares. No revelaremos sus respuestas off the record así él haya roto el pacto diciendo algo distinto en público, y matizado en su columna. Lo que sí podemos decir ahora es que Akerman nos notificó que el informe no lo había elaborado él sino su “socio” Andrés Otero Leongomez, y así lo expresamos con claridad en el reportaje.
En la investigación que publicamos el pasado domingo dejamos claros dos hechos. El primero: que Akerman y Andrés Otero Leongomez son las caras visibles de Guidepost, en ningún momento dijimos que eran sus socios. Y si por el título se puede interpretar que Akerman es el dueño, nosotros, a diferencia de Akerman, no tenemos ningún problema en reconocer que se hubiese podido decir de forma más precisa. La autocrítica en el ejercicio periodístico hace parte de asumir la responsabilidad de cada línea que publicamos. En el cuerpo del artículo de VORÁGINE queda claro que Akerman no es socio ni accionista o dueño de Guidepost, pese a tener una figura claramente relevante en la representación de los intereses de la compañía, como se verá líneas más adelante.
“Guidepost es una empresa con sede en Nueva York que tiene oficinas en Bogotá y en Miami. En varios artículos de prensa en Colombia sus caras visibles han sido Andrés Otero Leongomez y Yohir Akerman. Otero es el primer suplente del gerente de la firma y columnista del diario La República. Akerman es el gerente, presidente de la empresa en América Latina y columnista de la revista Cambio”, dijimos en el reportaje del pasado domingo.
Líneas más adelante aclaramos que Akerman y Otero eran socios de Custom Information Services (CIS), compañía que fue adquirida por Guidepost, e incluso vinculamos una nota del diario La República en la que queda en evidencia dicha adquisición:
“Akerman y Otero eran socios en la compañía Custom Information Services (CIS), proveedor de investigaciones especializadas, inteligencia y manejo de reputación, según la página web de Guidepost. Esta última adquirió a CIS en 2019, tal como lo reseñó un artículo del diario La República titulado: ‘Esperamos en tres años estar superando US$10 millones en ingresos’”.
El otro hecho que dejamos claro en la investigación es que Otero Leongomez fue quien firmó el informe de Guidepost. “El trabajo de Guidepost en el caso del juicio en contra de los exejecutivos de Chiquita Brands y Banacol estuvo a cargo de Otero, según el documento en poder de VORÁGINE, y se centró en sugerir que los empresarios desconocían los vínculos de las Convivir con los paramilitares”.
De cara a sus clientes, la empresa Guidepost resalta en su página web el perfil de Akerman como periodista investigador reconocido. “El Sr. Akerman es un comentarista habitual sobre política en América Latina y sus columnas se publican regularmente en El Espectador. También ha sido galardonado como periodista de investigación en Colombia”. La compañía también deja expresas algunas de las funciones que cumple Akerman en Guidepost. “El Sr. Akerman dirigió una serie de investigaciones muy delicadas relacionadas con la corrupción gubernamental y el fraude empresarial en varios países latinoamericanos (México, Ecuador, Venezuela, Colombia y Bolivia). Un asunto notable fue la investigación para uno de los mayores productores de piezas de automóviles de México y América Central, que descubrió un complejo fraude llevado a cabo por empleados del departamento financiero que estaban robando a la empresa”.
En su columna, sin embargo, Akerman les restó importancia a sus labores: “Desde el título queda clara la intención de efectuar un ataque personal, ya que como dije, tengo el privilegio de ser un empleado de la compañía, pero no es de mi propiedad”. La historia de la empresa, que consta en documentos de la Cámara de Comercio de Bogotá, da cuenta de la posición de poder de Akerman, además de su cargo directivo.
En agosto de 2014 se constituyó en una notaría de Bogotá la empresa Custom Information Services (CIS). En ese momento fueron nombrados como gerente Sam Gideon Anson y, como suplente del gerente, Pablo Felipe Iragorri Jaramillo. La única accionista de la empresa CIS era Custom Information Services INC, una compañía que tenía su sede principal en Miami.
El nombre de Akerman aparece por primera vez en 2017. El 31 de marzo de ese año se adelantó una asamblea de accionistas de CIS y el columnista asistió como representante de Custom Information Services INC. Es decir, recibió el poder de la compañía accionista con sede en Miami para representarla en la reunión de su filial en Colombia. Así quedó consignado en el Acta #5 de CIS.
En 2019, un año antes de que Guidepost presentara el informe en defensa de Chiquita Brands, Akerman ya hablaba a nombre de la compañía. Así se constata en una entrevista con el diario La República que señaló que Akerman era “socio” de Andrés Otero Leongomez en CIS, y que esta última fue adquirida por Guidepost. Akerman y Otero quedaron con altos cargos en esta compañía, según la nota, como ‘senior managing directors’.
En esa entrevista hablaron de los servicios que les ofrecen a las empresas. “El lobo no puede cuidar a las ovejas. El que audita no puede ser consultor”, dijeron. Por otra parte, también hablaron de las ganancias que esperaban tener: “Esperamos en tres años estar superando US$10 millones en ingresos”.
Vea la entrevista completa en La República: “Esperamos en tres años estar superando US$10 millones en ingresos”
En agosto de ese mismo año, Otero volvió a dar una entrevista al medio Portafolio. En el artículo se afirmó que él compartía el cargo de director de la compañía en Colombia con Akerman. También se destacó el trabajo que este último hizo en medio de una demanda contra Chevron en Ecuador. La empresa trabajó en pro de los intereses de la petrolera.
En la misma entrevista Otero agregó que habían trabajado casos de señalamientos contra empresarios de tener presuntos vínculos con paramilitares. “Estamos trabajando en tres áreas de investigación: apoyo en litigios e investigación concentrada en arbitramentos, procesos civiles, acciones populares y de clase, donde Guidepost ayuda a la empresa o a la institución estatal a entender lo que realmente pasó. Por ejemplo, en Colombia hemos tenido dos casos de empresas acusadas de tener vínculos con paramilitares, y nuestra tarea fue analizar todas las acusaciones. Logramos desvirtuar, con hechos, que esos testimonios o declaraciones no eran más que montajes de personajes que estaban buscando rebaja de penas ante la justicia”, dijo. El artículo fue acompañado de una foto de Akerman y Otero.
Vea la entrevista completa en Portafolio: ‘Ayudamos a las empresas a identificar sus enemigos reales’
El 13 de julio de 2020 la empresa Guidepost, a nombre de la cual hablaba Akerman más de un año antes, rindió el informe para favorecer a Chiquita Brands en el juicio que se adelanta contra algunos de sus exejecutivos por financiación de grupos paramilitares. Aunque el documento fue firmado solo por Otero —así lo dijimos en VORÁGINE en el artículo del pasado domingo—, en ese momento Akerman tenía una clara posición de poder en la empresa, como lo comprueban los recortes de prensa.
A pesar de que la posición de poder de Akerman en Guidepost se puede demostrar desde 2019 con su vocería en medios, los cambios ante la Cámara de Comercio de Bogotá tardaron un poco más.
El 11 de diciembre de 2020 se adelantó una reunión extraordinaria de accionistas de CIS. Como representante de Guidepost Solutions INC, que en ese momento era la única accionista de CIS, asistió Akerman. A él le fue otorgado un poder de parte de los accionistas de Guidepost Solutions INC. Desde ese día CIS pasó a llamarse Guidepost Solutions S.A.S.
Apenas dos meses después, el 9 de febrero de 2021, hubo otra reunión extraordinaria de accionistas, esta vez, de Guidepost Solutions S.A.S (antes CIS). Otra vez, Akerman asistió como representante del único accionista, Guidepost Solutions LLC. En esa ocasión el columnista fue elegido como gerente. Además, es el representante legal de la compañía.
En otro apartado de su columna, Akerman defiende a Chiquita Brands. “Hablemos de las omisiones de Vorágine. Todo el artículo se centra en 10 páginas de un reporte de 56, pescando elementos convenientes para insinuar un ataque en mi contra. En cambio, omite la evidencia que demuestra que algunos abogados estadounidenses y sus agentes colombianos sobornaron, y en otros casos intentaron sobornar sin éxito, a más de 12 miembros de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, para manipular su testimonio con el fin de obtener mayores indemnizaciones, y desde luego más jugosos honorarios, implicando a esa empresa, y a otras, como supuestos colaboradores de los paramilitares”, aseguró el consultor y también periodista.
Se trata, una vez más, de una explicación tergiversada. En la investigación de VORÁGINE dedicamos cuatro párrafos a hablar de esos supuestos ofrecimientos a excomandantes paramilitares que expuso Guidepost. Lo que omitió decir Akerman en su columna es que la propia empresa que él gerencia y representa confesó que carece de evidencias para señalar que Raúl Emilio Hasbún, excomandante del Bloque Bananero y testigo clave en el caso, haya recibido dinero. “No hay evidencias que muestren que Hasbún recibió pagos. Sin embargo, no cabe duda que las negociaciones y la promesa de pago fueron suficientes para influenciar su testimonio en contra de Dole y Chiquita”, se lee en el informe presentado por Guidepost.
En el reportaje que publicamos en VORÁGINE también quedó reseñado algo importante para Guidepost, el cambio de versiones de Hasbún, quien en un primer momento dijo que Chiquita Brands hizo los pagos como parte de una extorsión, pero luego dijo que fueron voluntarios. Incluimos la explicación de la Fiscalía sobre esos testimonios así: “(Hasbún) manifestó que ello se debió a que en el año 2008, cuando él se entregó ante la jurisdicción de Justicia y Paz, empezó a recibir varias a amenazas contra su vida e integridad y las de su familia, para que no contara la verdad de los hechos que a él le constaban”. Esa cita se encuentra en la acusación contra los empresarios bananeros.
VORÁGINE no detalló otros cuestionamientos contra testigos que hizo Guidepost debido a que eran poco relevantes para el caso que nos ocupaba. Por ejemplo, la compañía intentó desvirtuar los testimonios del excomandante José Gregorio Mangones, pero estos se referían a Dole. Además, la empresa que gerencia Akerman en Colombia aclara: “No hay evidencia específica de que Mangones haya recibido pagos a cambio de su testimonio, y los abogados representando a las víctimas niegan haber realizado pagos a Mangones”. Hay otras dos personas sobre las que la consultora siembra un manto de duda, pero queda claro que se refiere a los casos de Dole y de Drummond, no de Chiquita.
Akerman en su columna y el informe de Guidepost evitaron, de manera hábil, referirse a que hay otros testimonios que son claves para el caso. Por ejemplo, los de Evert Velosa García, conocido en la guerra como ‘HH’, y Salvatore Mancuso. También ignoraron la abundante literatura judicial que hay sobre los nexos de las Convivir con los paramilitares. Basta con evidenciar cuatro hechos: Carlos Correa, uno de los fundadores de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, dirigió una cooperativa en esa región, y el revisor fiscal de esa organización era Arnoldo Vergara Trespalacios, un paramilitar conocido como ‘Mochacabezas’. El representante legal de la Convivir La Palma, Luis Carlos Mercado Gutiérrez, murió cometiendo una masacre en Tocaima (Cundinamarca). Y el revisor fiscal de seis de las 14 convivires de Urabá era Faber Leonel Londoño Londoño, hombre de confianza de Hasbún y financiero de los paramilitares.