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Diez ideas sobre el periodismo de fuente abierta: colaboración, obsesión y tecnología

En 070 sabemos que todo sale mejor cuando compartimos conocimientos y aprendizajes. Por eso, acá les dejamos las diez cosas que nos llevamos del Bellingfest sobre el periodismo de investigación de fuentes abiertas.

por

Diego Forero y Natalia Arenas


03.12.2024

El 17 de julio del 2014, el avión MH17 de Malaysia Airlines, que viajaba de Ámsterdam a Kuala Lumpur, fue derribado mientras sobrevolaba el este de Ucrania.

Las imágenes del incidente se publicaron en redes sociales, blogs y medios de comunicación. Con el paso de los días también surgieron versiones que culpaban al ejército ruso, a lo que las fuerzas armadas de Putin respondieron con otras imágenes y videos que negaban su participación en el hecho. Pero entonces apareció una pista: unas fotografías de un camión con misiles rusos que viajaba por zonas separatistas ucranianas el mismo día de la caída del avión. Ese día murieron 298 personas.

El ruido de las balas: ¿Quién mató al periodista Abelardo Liz?

El periodista indígena filmó el momento en el que fue herido de muerte por una bala. 070 y Bellingcat usaron sus videos y analizaron el sonido de las balas para investigar lo sucedido.

Click acá para ver

Han pasado diez años desde que Bellingcat, un colectivo independiente de investigadores y periodistas ciudadanos, encontró esas imágenes y las usó para investigar la caída del MH17, dando inicio así a lo que hoy conocemos como investigaciones con imágenes de fuente abierta o de código abierto. Es decir, materiales que son libres y de uso público en internet y que pueden ser de tres tipos: las que se obtienen a través de hackers o por medio de robos de información y que el equipo de Bellingcat evita usar precisamente por su origen; las que son públicas porque alguien las filtró; y las que son libres como mapasbases de datos, publicaciones en redes sociales y todas las huellas digitales que deja alguien en internet.

En sus primeros diez años, Bellingcat ha desenmascarado espías rusos, ha expuesto redes de apuestas, ha explicado asesinatos y desde dónde y cómo son lanzados los misiles israelíes que hoy destruyen Palestina. Han sido diez años de trabajo colaborativo con periodistas y medios de todas partes del mundo entre los que está 070 desde Colombia. Un trabajo que Bellingcat celebró este año con su Bellingfest, al que nos invitaron (y por eso no pudimos ir a recibir nuestro Simón Bolívar, guiño, guiño).

Nos dijeron que el festival sería en Amsterdam, Holanda, pero la ubicación específica era secreta y solo hasta último momento nos dijeron cómo llegar. El evento era pequeño, unas 100 personas más o menos, y la mayoría pertenecía al equipo anfitrión. Nos pidieron no publicar fotos en redes sociales durante el evento para evitar riesgos de seguridad. Entre los invitados estuvieron Brian McClendon, creador de Google Maps, periodistas de la unidad de investigaciones visuales del New York Times, la BBC Eye y el Financial Times y Robert Maher, el experto en audio forense que consultamos para la investigación El ruido de las balas: ¿quién mató al periodista indígena Abelardo Liz?

Fue un evento que celebró la metodología de Bellingcat para hacer más y mejor periodismo investigativo que promueva la rendición de cuentas de quienes participan en crímenes y graves violaciones a los derechos humanos. Discutimos los avances de la inteligencia artificial en la grabación de imágenes y sonidos y el reto que implica para quienes aplicamos estas técnicas; hablamos de investigaciones en regiones poco cubiertas como la nuestra y sobre el trabajo que han hecho medios tradicionales. Pero sobre todo, hablamos de la colaboración como pilar de esta forma de periodismo.

Por eso, porque en 070 sabemos que todo sale mejor cuando compartimos conocimientos y aprendizajes, acá les dejamos las diez cosas que nos llevamos del Bellingfest sobre el periodismo de investigación de fuentes abiertas:

1. Debe ser colaborativo y abierto. Hay que entender que nadie se las sabe todas y que la clave para hacer trabajos más robustos y ambiciosos es trabajar con personas que tienen otros conocimientos que se complementan –y que están dispuestas a sumarse y no únicamente a responder unas pocas preguntas–. En los medios ya no solo hay periodistas y los periodistas ya no pueden trabajar solos.

2. Es un periodismo para curiosos, recursivos y obsesivos con los detalles. Cómo se diferencia el sonido de un disparo según el arma que lo dispara, qué hora es a partir de la sombra que proyecta un objeto y qué palabra se lee en la cubierta de un barco en una imagen satelital pixelada son detalles que pueden terminar siendo cruciales. Hacer periodismo de fuente abierta significa no confiar en nada, hacer preguntas que parecen absurdas y ser recursivos para buscar el mismo dato en todas las fuentes disponibles hasta encontrar una pista.

3. La tecnología importa, pero no es lo más importante. Hay quienes piensan que este tipo de periodismo solo se logra cuando se domina una nueva tecnología, cuando existe un botón mágico en forma de software que permite resolver un problema. Para Bellingcat sin embargo, es más importante tener un equipo bien entrenado y desarrollar un proceso, una metodología de trabajo o workflow que les sirva para coordinarse y ser capaces de trabajar con cualquier herramienta para ejecutarlo. El consejo es perseguir la curiosidad y hacer lo que se sienta más natural y cómodo, en lugar de enredarse con cursos sobre inteligencia artificial o técnicas muy sofisticadas.

4. El proceso es tan importante como el resultado. Este es un periodismo que se pregunta constantemente sobre cómo contar una historia cuando no se puede entrar al lugar de los hechos o a la escena del crimen. La respuesta por lo general está en los detalles y en la forma en la que éstos se descubren. Esto es tan importante que incluso hay medios que graban todo lo que sus investigadores hacen en sus computadores mientras trabajan en una investigación. Contar y explicar ese paso a paso es clave para que se entienda de donde proviene el resultado y que cualquiera pueda replicarlo para llegar a la misma conclusión.

5. La reportería clásica nunca va a morir. A pesar de que es un periodismo que se suele hacer lejos del lugar de los hechos, es fundamental contar con reportería en terreno e información local para entender los hechos y las circunstancias. Las fuentes humanas aportan contexto y herramientas narrativas y emocionales que hacen que la historia funcione. Este periodismo debe lograr un equilibrio entre las formas clásicas y la tecnología.

6. Es humilde. El periodismo de fuente abierta tiene limitaciones propias de su metodología y es que no toda la información necesaria para explicar un hecho está disponible en internet. Por eso, por lo general se enfrenta a callejones sin salida. Reconocer estas limitaciones en cada investigación es fundamental para evitar hacer conclusiones que no se pueden probar y que pueden desinformar.

7. Es un periodismo generoso y que construye comunidad. No basta con colaborar. Este periodismo requiere compartir los conocimientos para que otros puedan replicarlos. Así, crea una comunidad que puede responder más rápido a las necesidades de cada investigación. Es la forma en la que el fundador de Bellingcat, Eliot Higgins, concibió este proyecto y él es famoso por nunca haberle dicho a nadie que una idea es suya. En cambio, él y su equipo son conocidos por compartir su metodología, herramientas y conocimientos con todo aquel que se interese en aprenderlos, por sumar gente con trayectorias diversas y por construir equipos en torno a una misma misión.

8. Su reto más grande es el storytelling. Las audiencias más jóvenes no consumen noticias e investigaciones periodísticas como antes. Cada vez, además, huyen de las noticias y buscan consumir contenidos emocionales y que enganchan en pocos segundos. Esto es un reto constante para los medios pero sobre todo para este tipo de periodismo tan serio y complejo y que muchas veces termina produciendo historias solo para un nicho y hablándole únicamente a sus propias comunidades. Este tipo de periodismo quiere llegar a cada vez más gente, pero la pregunta por el storytelling o cómo narrar cada historia sigue sin respuesta y sujeta a la experimentación.

9. La justicia y el periodismo de fuente abierta siguen buscando una forma de trabajar. Esta metodología ha sido clave en procesos judiciales, pero todavía no es del todo aceptada como evidencia por jueces que desconocen las herramientas y cómo se usan y desconfían de los sesgos de investigadores. Por eso Bellingcat creó una unidad de justicia y responsabilidad, que usa la misma metodología pero no comparte la línea editorial del medio, para proteger la cadena de custodia de los materiales y evitar que sean descartados en procesos judiciales.

10. Hay que abrazar el caos. Hacer periodismo es un proceso que puede ser caótico y la información libre en internet es cambiante, inmediata y precoz. Adaptarse a ese dinamismo es parte del proceso que, como hemos dicho varias veces, suele ser más importante que el resultado final.

    En Amsterdam nos dimos cuenta de que los periodistas éramos la minoría. Era difícil seguirle la cuerda a los científicos de datos, expertos en geocomputación o desarrolladores de tecnología. Nos dimos cuenta de que el principal objetivo de Bellingcat, más allá de sacar pecho con las investigaciones que han hecho en los últimos diez años, era construir puentes y unir a las personas con las que han trabajado para crear nuevas alianzas y darle voz a quienes han hecho posible su trabajo.

    Tal vez por eso lo más impresionante no fue saber que hay una empresa que usa a los jugadores de Pokémon Go para escanear el mundo entero y crear un modelo que nos permitirá visitar virtualmente cualquier lugar de la tierra, o que la mejor forma de combatir el impacto negativo de la inteligencia artificial es hacerla más accesible y abierta para todos. Lo más impresionante fue ver a los representantes de los medios tradicionales más importantes del mundo como el New York Times y la BBC halagar a un colectivo de periodistas y a su fundador y reconocer a Bellingcat por permitir que ellos “se roben”, en sus palabras, sus conocimientos para luego verlos retorcerse incómodos en sus sillas cuando desde el público les preguntaron si estarían dispuestos a compartir la información y colaborar con otros como lo hace Bellingcat.

    Tal vez por eso los periodistas en el salón éramos la minoría, porque todavía nos cuesta la idea de dejar de competir entre nosotros.

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    Diego Forero y Natalia Arenas


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