“El Angel exterminador es una de las raras películas mías que he vuelto a ver. Lo que veo en ella es un grupo de personas que no pueden hacer lo que quieren hacer: salir de una habitación. Imposibilidad inexplicable de satisfacer un sencillo deseo. Eso ocurre a menudo en mis películas. En La edad de […]
“El Angel exterminador es una de las raras películas mías que he vuelto a ver. Lo que veo en ella es un grupo de personas que no pueden hacer lo que quieren hacer: salir de una habitación. Imposibilidad inexplicable de satisfacer un sencillo deseo. Eso ocurre a menudo en mis películas. En La edad de oro una pareja quiere unirse sin conseguirlo. En Ese oscuro objeto del deseo se trata del deseo sexual de un hombre en trance de envejecimiento, que nunca se satisface. Los personajes del Discreto encanto quieren a toda costa cenar juntos y no lo consiguen. Quizá pudiera encontrar otros ejemplos.”
“En cuanto los personajes quedan encerrados es como si ya no hubiera tiempo. ¿Cuánto tiempo están allí dentro? ¿Diez minutos, diez días, diez años? No se sabe. Están en otro tiempo. Por eso hay repeticiones: no es el tiempo como una línea”
“El ángel exterminador podría ser una parábola sobre la condición burguesa. Entre obreros no sería igual, seguramente habría una solución al encierro. Yo creo que finalmente hallarían la salida. ¿Por qué? Porque el obrero está más en relación con las dificultades concretas de la vida”
«Todos los días de nuestra vida nos repetimos. Cada mañana nos levantamos, nos lavamos los dientes con el mismo cepillo y con los mismos movimientos de la mano, nos sentamos en la misma mesa a desayunar, vamos a la misma oficina, encontramos a las mismas personas… y cuántas veces ha ocurrido que en una fiesta saludamos a una persona y una hora después le damos otra vez la mano, le decimos hola y después exclamamos: ‘Oh, qué estamos haciendo, acabamos de saludarnos hace un minuto’. El hecho es que, quiéranlo o no, la sociedad está inmovilizada. Creo que ésta es la única interpretación simbólica que uno puede hacer”
“Se me ocurrió que Silvia vendara con un pañuelo los ojos del cordero y le diera el puñal a Nobile. Así quedó. Todo improvisado, sin pensar en que los objetos fueran símbolos. Buen símbolo de nada. A pesar de eso, algunos críticos hicieron varias interpretaciones. El cordero, es decir el cristianismo; el cuchillo, la blasfemia… Y no había nada de eso, todo era arbitrario, se trataba de provocar sólo alguna inquietud…”
“La gente siempre quiere una explicación para todo. Es consecuencia de siglos de educación burguesa. Y para todo lo que no encuentran explicación, recurren en última instancia a Dios. Pero ¿de qué les sirve? A continuación tendrían que explicar a Dios”
“Si no llegué más lejos fue porque me autocensuré. Ahora lo haría mejor. Dejaría a los personajes un mes hasta llegar al canibalismo, a la pelea a muerte, para mostrar que tal vez la agresividad es innata”
“Quizá en El ángel exterminador la carga de la policía no tenga relación con el encierro en la iglesia y sean dos hechos coincidentes por casualidad. Pero yo no sentí la imagen de otra manera, sino así: la fachada de la iglesia, tiros, gritos, los corderos que entran en el templo. Si no se les ocurre a los críticos otra explicación, podrían decir que me gustan las situaciones de caos, que soy un anarquista”.
“En el final de la película no hay liberación. Sólo es momentánea. Pero la situación de encierro se va a repetir infinitamente. Regresarán a la situación inicial, volverán a hacer los mismos gestos. Han salido del encierro en casa de los Nobile, pero se quedan encerrados en la iglesia. Y ahora será peor, porque ya no son veinte personas, sino doscientas. Es como una epidemia que se extiende hasta el infinito”
―Luis Buñuel
Citas extraídas de “Buñuel por Buñuel” (Tomás Pérez Turrent y José de la Colina); “Luis Buñuel, obra cinematográfica” (Agustín Sánchez Vidal); “Mi último suspiro” (Luis Buñuel)