Un fallo histórico: Uribe, condenado a 12 años de prisión Conclusiones veloces para mentes feroces.
Conclusiones veloces para mentes feroces.
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Artículo especial
Conclusiones veloces para mentes feroces.
Por primera vez en la historia de Colombia, un ex presidente es condenado penalmente.
Álvaro Uribe Vélez fue declarado culpable de dos de los tres delitos por los cuales fue acusado: soborno en actuación penal y fraude procesal. Fue absuelto del delito de soborno simple.
Y a pesar de que la lectura del sentido del fallo, el pasado lunes 28 de julio, a cargo de la juez Sandra Heredia, se extendió por más de 10 horas, decenas de miles de personas se conectaron a la transmisión del juicio durante la mayoría de este, a través de medios tradicionales e independientes.
Aunque en muchos momentos la jerga jurídica hacía difícil entender las pruebas expuestas por la juez, la cantidad de personas conectadas constantemente, y sus comentarios en las transmisiones, nos hablan de un interés nacional masivo por el destino penal del ex presidente, desde una orilla u otra.
La juez Sandra Heredia le impuso a Uribe una pena de 12 años de prisión domiciliaria. Además, el fallo establece una multa de «2.420 salarios mínimos, e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas, como sanción principal, de 100 meses y 20 días». La defensa de Uribe apelará la decisión y será el Tribunal Supremo de Bogotá el encargado de dirimir en segunda instancia el fallo.
Aquí, cinco conclusiones de la lectura del sentido del fallo:
La juez Heredia inició su –larga y detallada– intervención refiriéndose al lugar de la justicia en un Estado de derecho. «El derecho no puede temblar ante el ruido y la justicia no se arrodilla al poder», dijo. Sus palabras cobran fuerza si recordamos que el que estaba en el banquillo de acusados ha sido una de las personas más poderosas del país en este primer cuarto de siglo en Colombia. El juicio de Uribe tardó ocho años, pasó por varias instancias y estuvo cerca de precluir. Sin embargo, una juez de la justicia ordinaria agarró el caso y le dio celeridad al proceso para evitar que se hundiera por vencimiento de términos. Si bien ha sido un proceso largo y atropellado, el sentido del fallo muestra que Colombia se puede comportar como un Estado de derecho.
Durante varios momentos de la lectura del sentido del fallo, la juez hizo énfasis en que solo se estaban juzgando los delitos de soborno en la actuación penal, soborno simple y fraude procesal. Sin embargo, es claro que las actuaciones por las que fue condenado Uribe se desprenden de un nudo histórico clave: la creación del grupo Metro, presuntamente en la hacienda Guacharacas, propiedad de la familia Uribe. Esta condena a Uribe no es por paramilitarismo, pero está indudablemente ligado a esa historia fundacional y vuelve a abrir la pregunta por los vínculos del ex presidente con grupos paramilitares. Como decía hace poco la periodista Marta Ruiz: “la trama que hay detrás del juicio Uribe es una trama que explica la historia reciente de Colombia. Lo que aparece en el juicio como trama es el sistema y Uribe representa el sistema”.
Durante la última semana, algunos medios de comunicación publicaron notas con una intención clara: ejercer presión en la juez Sandra Heredia para que decidiera a favor del ex presidente. Desde “cartas abiertas” a la juez, pasando por notas que ponían el foco en Heredia y su familia a modo de perfil, hasta editoriales publicados en primera plana que se adelantaron a los hechos, algunos grandes medios optaron por usar su poder mediático para intentar inclinar la balanza de la decisión. Sin embargo, tras el juicio, hubo cubrimientos periodísticos que entendieron su lugar y se dedicaron a informar a la ciudadanía, en vez de ser jueces dentro del proceso.
«La toga no tiene género, pero sí carácter. Y cuando una mujer administra justicia, lo hace con el mismo rigor, o incluso más que cualquier otro funcionario judicial», dijo Heredia, quien cuestionó en varios momentos cómo el proceso incluyó ataques machistas. Por ejemplo, contra ella misma, o contra la presunta víctima y expareja del testigo Juan Guillermo Monsalve, Deyanira Gómez quien, según Heredia, sufrió amenazas que afectaron su vida íntima. También resaltó que este ha sido un proceso mayoritariamente llevado por mujeres, exaltando la labor de estas en la Rama Judicial. Según Heredia, estas «han enfrentado con valentía incluso ataques machistas y cuestionamientos que no se habrían formulado quizá si quien decidiera fuera un hombre». El solo hecho de mencionar estos cuestionamientos, o invitar a estas reflexiones en medio de uno de los juicios más importantes de la historia colombiana, es histórico para la Rama Judicial.
La izquierda y la derecha colombiana apoyaron o condenaron la decisión de la juez Heredia. Desde la izquierda celebraron ‘un triunfo de la justicia’ y pidieron respetar la Rama Judicial y el sentido del fallo. Esta vez, quienes cuestionaron la institucionalidad, e incluso pidieron salir a las calles, fueron algunos sectores de la derecha y voces del Centro Democrático, que se refirieron al fallo como una ‘decisión política’ y a Uribe como un ‘perseguido político’. Los siguientes días serán claves para entender cómo esto le imprime un nuevo aire a la campaña de un partido que entró a época preelectoral con uno de sus precandidatos en la UCI por un atentado y su mayor figura condenada por la justicia. Pero también para ver si la izquierda saca réditos políticos de este fallo en la contienda electoral. Finalmente, el presidente Petro no ha usado –hasta el momento– el fallo para ganar más protagonismo en sus redes sociales.
*Este texto fue actualizado con la información del fallo de la juez Heredia en el que dictamina la sentencia para Uribe: 12 años de prisión domiciliaria.
