Botero expulsado como profesor de la Universidad de los Andes
«Hay que recordar que ese profesor Botero era el Botero antes de Botero y que la alta sociedad bogotana lo veía como un provinciano de Medellín, sin recursos y sin más reconocimiento que el de una valoración crítica que comenzaba a notar sus habilidades.»
Con un «Adiós al maestro Botero» La Universidad de los Andes comunica por redes sociales la muerte de Fernando Botero y resalta con orgullo la vinculación del maestro a la institución:
“Como profesor de la Escuela de Bellas Artes de Los Andes, Fernando Botero fue fundamental para varios de los artistas de la era dorada del arte en Colombia. La Universidad de los Andes, donde Botero compartió su conocimiento y pasión por el arte, rinde homenaje a este gigante del arte […] La Universidad de los Andes, donde Botero compartió su conocimiento y pasión y en donde conoció a su primera esposa, Gloria Zea, rinde homenaje a este gigante del arte. Su legado, sin duda, seguirá siendo inspiración en aulas, galerías y corazones de quienes tuvieron el privilegio de conocer y aprender de su maravillosa obra.”
Tal vez sea oportuno resaltar que el Maestro Botero, según la versión de su primera esposa, fue expulsado como profesor de la Escuela de Bellas Artes (o Escuela Femenina, como se llamaba en ese entonces el programa ideado por Mario Laserna para inscribir, pero sobre todo matricular, a más mujeres en la universidad). En un reportaje a Gloria Zea la versión olvidada de esta historia se cuenta así:
“Se conocieron en la Universidad de los Andes en 1955, cuando ella era una bella estudiante de Filosofía y él, un pintor recién graduado de Europa. Ella, alumna; él, su atractivo maestro de pintura. Pronto, todos en el salón descubrieron que la atracción de ambos era demasiado evidente. Sí, se habían enamorado perdidamente y, en medio del escándalo, a Botero lo expulsaron de la universidad.”
Hay que recordar que ese profesor Botero era el Botero antes de Botero y que la alta sociedad bogotana lo veía como un provinciano de Medellín, sin recursos y sin más reconocimiento que el de una valoración crítica que comenzaba a notar sus habilidades.
A comienzo de este siglo la Universidad de los Andes le ofreció a Fernando Botero un título honorario de doctorado honoris causa, el ofrecimiento fue rechazado por el antes profesor y ahora Maestro Botero.
Posdata: «El pintor fue un fenómeno de la plástica del que sentirse orgulloso, pero también un ejemplo de las contradicciones del mercado del arte.» Lea más sobre Botero aquí > Botero, ¡ay, un buen colombiano!