“Somos cinco mujeres dispuestas a dejarlo todo para ir a poner nuestros cuerpos”: hablamos con la delegación colombiana de la flotilla que va a Gaza

La Global Sumund Flotilla es un nuevo intento de la sociedad civil para llevar ayuda humanitaria a Gaza. Zarpan el 31 de agosto y hay una delegación colombiana. ENTREVISTA.

por

Nathalia Guerrero Duque


22.08.2025

Foto: Freedom Flotilla

En este instante, cientos de personas de 44 países de Latinoamérica, África, Asia y Europa, incluida una delegación colombiana, se preparan para llegar a las costas de Barcelona y Túnez. Desde allí zarparán en un centenar de barcos cargados con ayuda humanitaria para encontrarse en el mar Mediterráneo. Su destino final son las costas de Gaza. O hasta donde las Fuerzas de Defensa Israelí, o IDF, les permitan llegar.

La Global Sumud Flotilla se convocó a finales de julio, como el resultado de la unión entre varias iniciativas solidarias civiles que han intentado romper el bloqueo ilegal que Israel mantiene en Gaza, negando el ingreso de bienes esenciales para la subsistencia del pueblo palestino. Acciones como la Flotilla Magrebí Sumud, la Coalición de Flotilla de la libertad, la Marcha global hacia Gaza y el Sumud Nusantara han tenido el mismo objetivo desde Italia, Malasia, Egipto o la región del Magreb: juntarse para romper el bloqueo, ejercer presión civil y llegar donde la inacción de los estados tomadores de decisiones no ha querido acercarse.  

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Aunque se intensificó desde octubre de 2023, el bloqueo lleva cerca de 18 años, y ha determinado la devastación de la economía del pueblo palestino, su aislamiento del mundo, la falta de acceso a items primordiales y en general su forma de vivir. En marzo, el gobierno israelí empezó a negar, incluso, el ingreso de insumos médicos a la Franja de Gaza. 

En todos los casos, estas iniciativas pasadas resultaron interceptadas por el IDF, con ayuda humanitaria decomisada o activistas detenides, como Greta Thunberg, o las 170 personas detenidas y deportadas en la marcha global hacia Gaza. Quizá esta nueva acción tenga el mismo desenlace. Les participantes entienden que es probable y se están preparando para esos escenarios, pero también explican que llevar la ayuda humanitaria no es el único objetivo.

“El mensaje principal es actuar ante la ausencia de la acción de nuestros gobiernos y de las entidades gubernamentales estatales y que ante la inacción estatal y gubernamental, está la sociedad civil para responder con acciones directas”. Esto explica Elisa María Charpenter, una de las cinco mujeres que lideraron la organización de la delegación colombiana, que cuenta con 16 personas en mar y tierra, como parte de la Global Sumud Flotilla. 

Elisa, activista social y ambiental, cuenta que la marcha global, que tuvo una delegación del Abya Yala, invitó a interesades de todo el mundo a unirse a un grupo de Telegram: eran miles. Entre la multitud global digital, Elisa se encontró con otras cuatro mujeres: Luna Feu, exiliada en Jordania, Manuela Bedoya, Ledys San Juan y Maribel del Valle. Todas de contextos distintos, pero con una fuerte práctica activista social y ambiental. Y todas con la lucha por la liberación del pueblo palestino clara en su horizonte político. “Nos dimos cuenta que éramos cinco mujeres de Colombia dispuestas a dejarlo todo para ir a poner nuestros cuerpos y abrir ese corredor humanitario de Cairo a Rafah (la ruta de la Marcha global)”.

12 personas más se sumaron a la delegación. Mujeres y hombres como Juan Villalobos o Mauricio Morales que, en mar y tierra, se reparten las labores que implican integrar la flotilla: cargar la embarcación con ayuda humanitaria, establecer protocolos para escenarios que incluso contemplan ataques del IDF, preparar apoyo legal y consular para quienes van a estar en la embarcación, hacer la estrategia de comunicaciones y mantener contacto directo con entidades del gobierno, como la Cancillería, entre otras. Entrevistamos a Elisa y a Juan para entender cómo se están preparando desde Colombia para llegar a Barcelona, cuáles son sus objetivos como representación colombiana en la flotilla, y qué más puede hacer la sociedad civil para actuar en contra del genocidio y la ocupación del pueblo palestino.

Entiendo que el objetivo principal de la flotilla es abrir el corredor humanitario para pasar alimentos y ayudas a Gaza. ¿Es lo único que buscan lograr?

E: Llevar ayuda humanitaria es esencial porque respalda nuestra misión. Sin embargo, es una estrategia política y mediática para visibilizar la ausencia de acción directa de los Estados. El objetivo y la esperanza está en que esta ayuda humanitaria llegue a las personas de Gaza. Esa misión estuvo en la Marcha (Global) y es hoy la que nos guía en la flotilla. Y llamar a la sociedad civil, que finalmente somos las fuerzas transformadoras del mundo, a unirse, organizarse y entender que desde nuestras perspectivas, experiencias y diferentes luchas y contextos nacionales podemos avanzar por la liberación de Palestina. 

En el caso de la flotilla Madleen, la cara más visible fue la de la activista ambiental Greta Thunberg, cuya presencia fue estratégica para la iniciativa, no solo por visibilidad sino por seguridad de les tripulantes. ¿En este caso existen líderes de talla global que estén articulando y liderando la iniciativa? 

E: Son en general activistas y defensores de derechos humanos de todo el mundo. Está Saif Abukeshek, palestino, y líder de la causa en España. También estuvo Nkosi Zwelivelile Mandela, nieto de Nelson Mandela. Y personalidades de nuestra generación como Greta Thunberg, que nuevamente se une a esta flotilla después de haber participado en el Madleen y Tiago Ávila de Brasil. También Yasemin Acar, entre otros. Son personas muy puntuales que han militado desde diferentes frentes.

Esta delegación está siendo organizada por cinco mujeres y luego se sumaron más personas, incluido Juan. ¿Ahora cuántas personas hay y cómo se sumaron?

J: Hay 12 personas pero entiendo que se van a sumar cuatro personas más. Yo voy a estar en tierra en Barcelona, y en los barcos creo que van cinco o seis personas de la delegación colombiana. En Colombia habrá otras personas trabajando en temas de medios, de redes, de contenido y demás. 

E: Hoy salen las listas finales de los tripulantes, así como una lista prioritaria, y cada comisión pone adelante a sus personas voceras de esta misión. Se está creando esa red de apoyo no solo con personas de la delegación de comunicaciones, de logística, jurídica y de gobierno, sino también articulando con esos movimientos y organizaciones locales que le han apostado a esta causa desde hace ratico ya.  

¿Cómo se conformó ese proceso de selección y logística? Es decir, ustedes cinco se encuentran en este grupo de Telegram…¿y luego que siguió?

E: Para la Marcha global de Gaza fue más informal esa acogida. Ya para esta misión, en la que se espera más impacto y con esto vienen más riesgos, con la transición de la marcha al movimiento global, cada comisión delegó a una persona para liderar ciertos equipos de trabajo dentro del movimiento. Está el equipo jurídico, el de gobierno, el de acciones paralelas y campañas globales, esa red nacional que se busca articular con este movimiento. Está también Recursos Humanos, los encargados de recibir esas postulaciones por el formulario, hacer la verificación de identidad, hacer las entrevistas y escoger perfiles necesarios dentro de la delegación. Y perfiles de alto perfil, porque finalmente para garantizar la seguridad colectiva de esta flotilla se necesita ese tipo de plataformas y visibilidad. En torno a la verificación de la comisión como tal, hubo un proceso de verificación de identidad, sobre compromiso y autenticidad después de la marcha, antes de que se gestara el movimiento global y ese grupo más coordinado.

¿Qué se necesita para sumarse al movimiento global? ¿Existe un apoyo económico a la delegación para desplazamientos, por ejemplo, o todo iría por cuenta de ustedes?

E: Cuando sale la iniciativa del movimiento global hay perfiles prioritarios o VIP que están cubiertos por el movimiento global en términos de tiquetes, logística y estadía alrededor de la misión. Influencers, creadores, representantes políticos, periodistas como Mauricio Morales de nuestra comisión. Para las otras personas de la comisión y de sociedad civil que quieran participar es responsabilidad de la comisión recaudar esos fondos y garantizar la participación de sus miembros. Es por eso que tenemos la campaña de donación de fondos y habilitamos ciertas cuentas para esa gestión.  

Mencionaste que esta misión busca generar más impacto y eso conlleva más riesgos. ¿Se están preparando de alguna manera con entidades estatales, como la Cancillería, para prever posibles riesgos de detención o de deportación?

J: Inicialmente estamos buscando que se dé un espacio con la Cancillería, ellos atendieron el llamado, y esperamos que suceda esta semana porque necesitamos un apoyo diplomático: que ellos sepan quiénes son los que van a ir en las embarcaciones, y que también preparen un plan o una estrategia para todos los escenarios que se puedan dar. Que las personas las detengan, o que lleguen (a Gaza), que las deporten, que ataquen los barcos, eso es algo que se está gestionando. Ha habido buena recepción por parte de la Cancillería, lo estamos dialogando con Mauricio Jaramillo, uno de los viceministros de Asuntos Exteriores, él ha trabajado mucho el tema de Palestina.

“La sociedad civil es la fuerza transformadora del mundo”

Por otro lado, estamos abriendo un canal directamente con el Congreso. Ya hemos recibido el apoyo de congresistas como Alirio Uribe, y la bancada de congresistas que apoyan este tema, evidentemente. Nosotros dejamos claro desde el inicio que esto es algo que buscamos más para visibilización, apoyo diplomático, apoyo político, que no vaya a haber alguna intromisión de cuestiones electorales, más en el contexto en el que estamos. Pero sí estamos esperando que salga un comunicado de diversas personalidades del Congreso dando apoyo a la delegación. Esperamos que en esa reunión podamos acordar como tener un apoyo en términos de donaciones y demás. Es algo que no está definido.

Y más allá de lo estatal, ¿qué preparación interna están teniendo en la delegación?

E: Nuestra propia resolución como comisión está muy basada en el autocuidado, en el cuidado colectivo, entendiendo que vamos como un grupo, una unidad. Vamos como parte de un todo que es la Comisión, y nuestra apuesta siempre es la garantía de que nos mantengamos juntas lo más que podamos, que salgamos juntas y aboguemos por la salida de cada una en solidaridad. Tenemos acompañamiento terapéutico, y nos hemos enfocado mucho en prepararnos mental, física y emocionalmente juntos. 

J: También, dentro de los filtros que se han dado, todo arranca con una prueba psicológica, porque también las personas que deciden ir a Gaza, montarse en los barcos y demás, van a enfrentarse justamente a unos riesgos. Además de que se hace una prueba psicológica previamente, también se dará un entrenamiento a las personas que van en los barcos, previo a su salida. Y entendería que ese entrenamiento es lo que va a determinar si las personas suben o no suben a los botes. Habrán elementos como por ejemplo saber nadar, o que las personas también tengan capacidad de resolución de conflictos, de manejo de crisis. Todo eso hace parte de prepararnos, enviando personas que de pronto ya tengan más o menos la capacidad de lidiar con esas situaciones.

¿Cómo funciona la logística de cargar los barcos con esa ayuda humanitaria? ¿Se las asignan en Barcelona o ustedes la deben conseguir?

E: En paralelo a nuestras campañas de recolección de fondos individuales por comisión, está la gran campaña que se llama Global Sumud Flotilla, que al día de hoy ha recogido 800.000. Es para la compra de las embarcaciones, el registro con las diferentes banderas europeas que puedan llevar, y esa ayuda humanitaria. La capacidad no es mucha, por temas de seguridad las embarcaciones son de 12 metros de largo y máximo 20 personas. 

Sin embargo, entre todos llevaremos la ayuda humanitaria que será compuesta de insumos médicos, pañales, fórmula para bebés, comida, mensajes de solidaridad. Esa gestión de la ayuda humanitaria se asigna directamente a las embarcaciones. Las delegaciones y comisiones más grandes tienen la capacidad de comprar los barcos. En principio se pensaba que iban a ser un barco de Grecia, un barco Latinoamérica, un barco Tunisia, sin embargo ya se definió por seguridad van a ser embarcaciones mixtas. Cualquier barco que se compró para el movimiento es por el movimiento. Va a haber  tripulantes de todos los países con una variedad de perfiles necesarios en cada embarcación.  

Quizá no puedan revelar mucho sobre la ruta, ¿pero cómo han estimado los tiempos hacia su destino?. Por ejemplo, sé que primero sale la flotilla de Barcelona y luego la de Túnez. ¿En qué día planean encontrarse y en qué parte del Mar Mediterráneo?

E: El evento del lanzamiento es el 31 de agosto, donde saldrá la primera flotilla de Barcelona. De Tunisia saldrá el cuatro de septiembre. No habrá una parada, sino que va a ser un encuentro en mar. No solo va a haber barcos de la flotilla, sino que vamos a contar con embarcaciones de acompañamiento, de organizaciones humanitarias, de personas individuales que quieren acompañar ese proceso hasta el momento que se pueda.

El sueño es que la flotilla llegue a Gaza, un escenario complicado dado el resultado de las iniciativas pasadas. ¿Ustedes están teniendo contacto con organizaciones o población civil allá? Por ejemplo, ¿tienen claro cómo y dónde dejar la ayuda humanitaria en caso de lograr llegar a las costas de Gaza?

E: No está tan claro porque como Juan lo resaltó, hay varios escenarios: interferencias portuarias, interferencias burocráticas antes de la salida o ataques de barcos como fue el caso de un barco de la coalición de Flotilla de la Libertad, que con drones lo hundieron antes de que saliera la misión de puerto. También está el escenario, más probable, de la intercepción. Es casi que seguro. Vamos con esa claridad de que nos exponemos. Aquí es muy probable que, como ha sido en casos pasados, haya una intercepción ilegal en aguas internacionales por parte de Israel, a unas cuantas millas náuticas de la Franja de Gaza. 

También está el escenario de ataque. Todos los participantes y representantes van con la claridad de que es una misión riesgosa, que estamos poniendo nuestras vidas en pro de esta causa y de esta visibilización. Y la última, que también tiene muy poca prioridad, aunque está siendo la esperanza final, es que logremos llegar a Gaza. Ya hubo varias flotillas de la Coalición de la Flotilla de la Libertad que lo han logrado. Una de las mujeres llegó a la Franja de Gaza y tuvo la oportunidad de dejar esa ayuda humanitaria. Y ahí se está construyendo ese protocolo de qué pasa después. Hay contacto con familias en Palestina que se encargarían de esa acogida de las personas que llegan, y esa distribución de lo que llevemos. El protocolo y la logística se está centrando más en ese fortalecimiento jurídico y de relaciones gubernamentales para garantizar el regreso seguro y rápido de los que estén.

Yo imagino que habrá gente que va a leer esta entrevista y va a preguntarse por qué insisten en tratar de llegar a Gaza, si las iniciativas pasadas no lo han logrado, ni tampoco entregar la ayuda. ¿Qué le responderían a esas personas?

E: Somos plenamente conscientes de los riesgos y de lo que implicaría ser interceptados y que esa ayuda sea confiscada. Sin embargo, si nos interceptan o atacan, (…) que el mundo sea testigo una vez más de la violencia utilizada para imponer el hambre, y de la complicidad global que la hace posible. Tanto si tiene éxito como si no tiene éxito, esta misión pondrá al descubierto la crueldad, el bloqueo y el silencio que lo sostiene, tanto estatal como global, y de nuestra propia ignorancia o desinformación colectiva.  

J: No solamente se lleva ayuda humanitaria, también se lleva un mensaje de solidaridad. En países como Colombia hemos afrontado a lo largo de la historia un trauma colectivo relacionado con la violencia, con la guerra, con el despojo de tierras. Eso también nos ha llevado a decir como ‘bueno, a pesar de que quizá no podamos llegar a buen puerto con esta ayuda humanitaria, estamos trasladando un mensaje a la humanidad, a Palestina. Seguramente en Gaza muchas personas ya están enteradas de que esto está pasando. Quizás suene ingenuo, pero creo que da un poco de esperanza. Es trasladar ese mensaje: ‘no están solas. No están solos. Nos seguimos movilizando por ustedes. Y acá seguiremos hasta el último instante y hasta las últimas consecuencias’.  

Quizá mucha gente quiera sumarse a la delegación pero no pueda. Quizá otra gente quiera apoyar a la causa palestina de maneras más activas que solo compartir en redes sociales, pero no haya encontrado más formas, y sienta impotencia, como todxs, por lo que ocurre ante nuestros ojos. ¿Qué más podríamos hacer?

J: Generar esta articulación es complejo, pero siempre se van a necesitar manos, las puertas están abiertas para quienes quieran apoyar con donaciones, difundiendo a través de sus redes sociales, si tienen amigos amigas artistas, influenciadores y pueden ayudarnos a compartir contenidos. Pero sobre todo yo creo que generando esa base de articulación en Colombia. Acá la solidaridad con Palestina es muy distinta a lo que pasa por ejemplo en países como España, o países del Medio Oriente. Acá es algo que hasta ahora está emergiendo, creciendo. Entonces el llamado sería que se acerquen, que nos escriban,  lo que viene seguramente va a requerir que nos sigamos sumando, que hagamos más acciones por tierra, por mar, por aire, en consulados, embajadas y en las calles en general.

E: Hay espacio para todos y todas. El movimiento global es una organización que se está poniendo la 10 para estas misiones de acción directa. Pero hay muchos frentes que han venido con dirección del pueblo palestino mismo desde hace años, y hay varios frentes de presión que no solo es la presión directa sino también toda la presión económica, por ejemplo con el movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones). BDS Colombia ha hecho muchos avances aquí con el seguimiento de las medidas de Colombia como el TLC con Israel, el decreto del embargo energético, 1047, en borrador en este momento, para garantizar que ni un kilo más de carbón llegue a Israel. También descentralizar un poco la organización, pero sí centralizar esos mensajes claves de unidad y liberación por Palestina.

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