Desconectarse del mundo, olvidarse de los problemas, alejarse de la rutina y volver la pasión por esta máquina un estilo de vida. Este el común denominador de los moteros de Royald Enfield, una nueva comunidad que sale a rodar por Bogotá.
“Meter el puño, acelerar, escuchar el petardeo y empezar a recorrer. Es sentir que estoy viviendo de verdad, es emocionante”, comenta Daniel Jiménez. Para él llegar a este estilo de vida fue amor a primera vista. “Llegué por que la vi en una exhibición… Nunca había rodado, siempre le tuve miedo a las motos, pero cuando montaba como acompañante era emocionante. Luego me enamoré de esta moto, toda su historia y el estilo que la rodea”, así nació la pasión y admiración de este hombre por las Royald Enfield.
Para Sebastián Leal, motero de esta nueva comunidad, la marca que escogen es un reflejo de su personalidad, de lo que llevan adentro. «Podría decir que es como la ropa que usas o la música que escuchas, son reflejo de lo que eres… y Royal es una marca que tiene todo el espíritu de alguien como yo: descomplicado pero elegante. Mi moto no es ostentosa, pero marca la diferencia”. Esto se vio reflejado en su imagen. La de un joven de 25 años, apasionado por el Punk Rock de la vieja escuela, derivado de la escena americana de los años ochenta y noventa. Con su chaqueta de cuero, pañoleta de MxPx, jeans entubados y tenis Vans, él se siente complementado con su moto.
Para Sebastián la diferencia entre manejar motocicleta y carro, radica en la sensación que se genera. En carro, manejar es parte de la rutina. En moto, en cambio, siempre es una experiencia. “La velocidad genera adrenalina, sumándole la libertad del viento, apreciar de forma diferente cada camino que se toma. El que maneja moto, se siente más libre y es como un escape. Si se está estresado, aburrido, triste y necesita poner su mente en orden, salga a rodar”.
La rodada
Como comunidad en formación este grupo de personas se mantienen al tanto de todos los eventos relacionados a nivel de motos clásicas y antiguas. Entre los últimos en los que han participado se encuentra el Distinguished Gentleman’s Ride. Esta rodada se celebró por cuarta vez el pasado domingo 27 de septiembre. Este evento se realizó en simultáneo en más de 350 ciudades en el mundo y Bogotá no podía faltar. Andrés Pombo organizador de esta rodada, cuenta que “la idea es que todo el mundo este vestido de los años cuarenta y cincuenta. Todo esto va para una buena causa. Apoyar la lucha contra el cáncer de próstata y el desarrollo tecnológico para éste”. Tanto hombres como mujeres lucieron elegantes para la ocasión. Ellas con sus vestidos, peinados clásicos y un maquillaje al estilo pin-up, mientras ellos portaban sus trajes elegantes donde el blazer, la corbata y el corbatín jugaban un papel importante junto a unos buenos lentes oscuros que no podían faltar. Durante la rodada recorrieron algunas calles de Chapinero y la Zona T, para finalizar en el barrio Cedritos.
Acá no importa la marca de la moto, lo que importa es que su estilo sea clásico. Se pudo observar pequeñas Scooters apadrinadas por marcas como Vespa y Lambretta rodar junto a grandes y poderosas motocicletas de estilos como Café racer, Scrambler, Bobber, Bratstyle y Tracker. Todas estas bajo marcas como Harley-Davidson, BMW, Triumph y Royal Enfield. Para alguien que no conozca del tema puede que se vean iguales unas a otras, pero en lo que radica su diferencia, es en su lugar de origen y las modificaciones hechas para los diferentes usos.
La batalla entre estas motos radica en sus diferencias y en los gustos de quienes las montan. Cada motociclista se siente identificado con la marca de su vehículo la cual siempre defenderán. Algunos por sentirse poderosos, como los Harlistas, que en sus grandes motos se sienten los reyes del asfalto donde su rebeldía será su mayor característica. Mientras otros optaran por modelos clásicos y diferentes como las pequeñas Scooters. Pero siempre tendrán algo en común: todos son guerreros de hierro, donde el respeto prima en esta cultura de las motocicletas.
Antonio Martínez, español radicado hace un año en Colombia, cuenta que escogió a Royald Enfield porque la ve diferente a las demás. «No es la clásica Harley con la pinta de lobo’’. Martínez lleva rodando un año, y cada par de días intenta dar una vuelta por Bogotá. Sale poco en grupo porque hasta ahora está formándose la comunidad, pero cuando se afiance el grupo saldrá más.
Durante la rodada se observó un lenguaje de gestos y señas que conocen y manejan la mayoría de moteros. Ellos las emplean para comunicarse con sus compañeros cada vez que salen a rodar en grupo. Es una forma de mostrar compañerismo y respeto por esta cultura. Este tipo de señas les ayuda a intercambiar información siempre que están en plena vía. De esta manera se evita la comunicación verbal, para así tener la atención puesta cuando conducen.
Algunas de las señales más usadas fueron:
El saludo motero: se extiende el brazo izquierdo y con los dedos hacer el símbolo de la V.
Sígueme: se eleva el brazo por encima del hombro y la palma de la mano se extiende hacia adelante.
Parada: se levanta el brazo con el puño cerrado.
Fila de uno: se levanta el brazo y con el dedo índice hacia arriba.
Fila de dos: se levanta el brazo y con el dedo índice y medio hacia arriba.
Obstáculo en la carretera: se saca el pie de la estribera del mismo lado que se encuentra el obstáculo, para así poder avisar al compañero que nos sigue.
Otro de los eventos en donde participaron como grupo fue en el segundo encuentro nacional de motos clásicas y antiguas. Este evento tenia por nombre MODS vs ROCKERS y se celebró el pasado domingo 4 de octubre en el Autódromo XRP de Cajicá.
Durante este evento, Andrés Felipe Plazas comenta que para él rodar es como ir al gimnasio. Es un desestrés completo. “Ahora estamos creando un grupo y esta emocionante la cosa. Es rico pertenecer a algo. Personas completamente distintas con algo en común, que es rodar”. Al igual que los demás, para él su motocicleta va ligada con su personalidad: “Lo fenomenal es que cada uno tiene su propio estilo. La moto mía es más tipo Chopper, más tipo Rockera. Entonces a mí me gusta mucho el cuero. Pero la marca se presta para todo. Para el estilo Café racer o el Clásico”, asegura Plazas.
Una nueva comunidad
En los últimos años se ha visto cómo en el mercado de las motocicletas algunas marcas actuales han sacado nuevos modelos con un estilo retro o vintage, los cuales no tenían antes, y otras han revivido modelos clásicos. Pero Royald Enfield siempre ha estado ahí. Este fabricante de motos lleva 114 años desde la creación de su primera motocicleta (1901), siendo así la marca de motos más antigua que aún se encuentra en el mercado. Originaria de Redditch, Worcestershire (Inglaterra), en sus inicios fabricaron bicicletas y cuadriciclos bajo el nombre de Enfield Cycle Company. Al igual que otros fabricantes de motos de la época, esta compañía participo en la fabricación de armas donde su legado se ve reflejado en el logo de la marca: un cañón con una frase que dice “Made Like A Gun” (Hecho como un arma), el lema que llevan por estandarte y con el que quieren señalar lo fuerte que son sus motocicletas.
Estos vehículos en dos ruedas siguen manteniendo una mecánica básica, siendo fieles a su producto inicial con algunos retoques por el paso del tiempo. No son motocicletas para correr a diferencia de otras marcas que ya le han metido mucha más tecnología. Estos factores hacen que sean diferentes y esta razón es la que cautiva a los amantes del gusto clásico y vintage.
Royald Enfield llego a Colombia en el año 2010 y desde noviembre del año pasado es representada por el grupo Corbeta S.A. En la actualidad hay cinco tiendas a nivel nacional. Dos en Bogotá, una Medellín, Cali y Barranquilla.
Sobre la nueva comunidad que se está formando, Sebastian Leal menciona que la tienda ha organizado unas pequeñas rodadas en las que se han podido conocer dueños de Royald Enfield y se está empezando a crear un pequeño grupo. ‘Los MC’ (Motorcycle Club) precisamente existen porque son personas que comparten algunos de tus gustos, son afines a ti. Los hay de todo tipo, desde el que usa una Vespa hasta el Super Bike. Son diferentes tipos de personalidades. No tiene la misma personalidad alguien que maneje una R1, al que anda en una Café Racer o una Cruiser’’, afirma.
Una de los elementos que une a los integrantes de esta nueva comunidad es la pasión por las motos. Formar una hermandad, fomentar el compañerismo, ayudarse unos a otros y salir a rodar. El vestuario de estos personajes es llevado por la misma línea vintage de las motocicletas, ese aire rocker donde el uso de chaquetas de cuero y botas suele ser común para algunos moteros, pero no es algo que sea necesario. La idea es siempre sentirse como cuando se esta rodando.
Oscar Duncan, motero y usuario de Royal Enfield, comenta que rueda porque es “una válvula de escape, de la semana de trabajo”. Oscar comenzó a rodar desde el año 2001. Antes era usuario de motos de alto cilindraje, él venia del grupo Yamaha, las motos conocidas por todos donde algunos pican y se escuchan esos motores a varias cuadras de distancia. Pero desde que conoció el estilo de motos Café racer, ese que se hizo popular en los años cincuenta proveniente de la cultura rocker del momento, se dio cuenta que eso era lo que gustaba y así llego a la marca. «Se puede disfrutar mucho más la moto y el tema de la mecánica es mucho más simple… Al ser motos menos comerciales hace que las personas se integren más como grupo’’, afirma Duncan.
En Royal usted encuentra personas con un perfil un poco más artístico. Desde realizadores audiovisuales, músicos y hasta administradores. Además el promedio de edad de los usuarios también es un poco más joven en relación a otras comunidades
Para él, las personas que hacen parte de esta nueva comunidad son gente juiciosa. «Es un tema más de familia y menos de locura… Hay personas muy tranquilas con los pies puestos en la tierra. Es otro cuento. Eso fue lo que me atrajo para venir acá’’. Oscar comenta que en las salidas en las que ha participado con el grupo, la idea es disfrutar del paisaje y la máquina. «El grupo apenas se esta formando aquí en Colombia, pero es una familia que está creciendo muy rápido. No lleva más de un año’’, explica.
Como comunidad en crecimiento les gusta organizar salidas. Estas son llamadas Rides. En la actualidad están organizando dos salidas mensuales. Suelen hacerlas entre semana en la noche o en el transcurso del día si es un fin de semana. Estas salidas no tienen rutas, ni lugares establecidos. Pero cuando son paseos cortos, por lo general son en la Sabana de Bogotá. Entre estos lugares se encuentran La Calera, Sopo, Guatavita, Chía, Cajicá, Zipaquirá, etc. En fines de semana más largos, ellos intentan rodar a lugares como Girardot o Villa de Leyva. La idea es hacer un consenso entre todos los integrantes del grupo y ahí se escoge el lugar al que se va ir a rodar.
“En Royal usted encuentra personas con un perfil un poco más artístico. Desde realizadores audiovisuales, músicos y hasta administradores. Además el promedio de edad de los usuarios también es un poco más joven en relación a otras comunidades’’, comenta Camilo Galeano, motociclista y administrador de una las tiendas en Bogotá. Este hombre de más de 1.80 de estatura, voz gruesa, brazos tatuados y rostro cubierto por su barba, refleja su gusto rocker con el estilo de sus prendas ya sea por su chaqueta de cuero, pantalón de jean y botas. Su identidad con la marca es debido a su inclinación hacia las motos clásicas y al estilo vintage. Su pasión siempre ha sido por estos vehículos. Desde muy joven ha manejado y desde entonces siempre se ha movilizado en ella. Se ha vuelto su hobby. “Personalmente creo que uno debe rodar como se sienta cómodo e identificado con la marca’’. Para él, rodar es desconectarse de todo. “La principal sensación es de libertad’’.
Sin importar la marca o el estilo de moto, todas estas personas tienen un mismo objetivo. Sentir gusto y pasión por estas máquinas en dos ruedas mientras experimentan la libertad que da la sensación del viento golpeando sus cuerpos.