Somos gente de reinados y está bien. Nos enorgullecen, nos indignan, nos hacen celebrar. Son políticos, son sociales, son diplomáticos. Nos calcan y nos describen. Nos explican. Y es por eso que está bien.
Anoche en la versión número 64 de Miss Universo pasó de todo. Le dieron la corona a Colombia y se la quitaron a los tres minutos porque el comediante Steve Harvey leyó mal los resultados. Cambiaron las reglas y premiaron tres candidatas —dos finalistas y una ganadora— en lugar de cinco. Dejaron de preguntarles por la pareja que elegirían para repoblar la tierra e intentaron que hablaran de control de armas, lucha antiterrorista, bases militares y legalización de la marihuana. La cadena Fox transmitió por primera vez, luego de que el concurso cambiara de dueño. Y Filipinas fue Miss Universo, Colombia ocupó el segundo lugar y Estados Unidos el tercero, pero ¿quién ganó realmente? Con seguridad no fueron Pia Wurtzbach, Ariadna Gutiérrez ni Olivia Jordan. La sociedad es el reinado, o el reinado la sociedad, o las dos. Y está bien.
A pesar de tanta geopolítica el reinado sigue siendo eso, un reinado
EL PODIO
Segunda finalista: Obama
En este año Estados Unidos hizo las paces con Cuba, aprobó el matrimonio entre parejas del mismo sexo, le declaró la guerra al Estado Islámico y firmó el Acuerdo Transpacífico para que doce países más pobres comerciaran libremente. Obama trabajó duro para ponerse la corona y, como era de esperarse, casi es Miss Universo.
Primera finalista: Miss Universo
La organización del certamen tenía que reivindicar su marca. Este año, Donald Trump, su antiguo dueño, insultó a los mexicanos y les dijo violadores, insultó a los latinoamericanos y les dijo narcotraficantes, e insultó a Paulina Vega y le dijo hipócrita. Se ganó el repudio de medio continente, hizo que México y Puerto Rico se negaran a concursar —volvieron cuando Trump ya no tenía nada que ver con Miss Universo— y perdió contratos millonarios de transmisión con Telemundo, Televisa, NBC y Univisión.
Resumiendo, tuvo que vender el concurso y puso a la empresa WME/IMG, su nueva propietaria, a limpiar el desastre. Fue fácil, con Miss Colombia entre las ganadoras quedó cubierta la cuota inmigrante, latina y Paulina Vega. ¡Listo el desagravio y todos felices con Miss Universo!
Miss Universo: el calentamiento global y un buen puntaje en vestido de baño
El cambio climático es el tema de moda. El mundo se está calentando y, dicen los que saben, que aunque el objetivo es que suba solo dos grados si las cosas no cambian la temperatura del planeta va a subir tres. Un desastre. Las cosechas se dañan, hay sequías, hay tormentas, huracanes y gente enferma. El problema es tan grave que 195 países se reunieron por dos semanas en París para encontrar alguna solución.
Eso sumado a que es temporada del de tifones en el Pacífico y que entre ciclones, depresiones y tormentas ya van casi 80, todo lo que queda al sur de Asia sale perdiendo. Filipinas, por supuesto, entra en lista. Hace pocos días le tocó el tifón Melor, en noviembre el Koppu, en agosto el Soudelor y la cuenta está llegando a 20.
En este escenario, con la atención mundial puesta en el calentamiento global, hay que tener en cuenta que la pasarela, un buen puntaje en vestido de baño, la cara y las medidas también importan. A pesar de tanta geopolítica el reinado sigue siendo eso, un reinado. Pia Alonzo Wurtzbach, Miss Filipinas, ganó Miss Universo.